—Buenos días, habla Lucas.
—Hola Lucas, ¿cómo estás?— dice una voz femenina del otro lado de la línea. Y sigue: —Yo te la hago corta: en la terminal internacional acabo de dejar una bomba en una mochila. Es una bomba casera hecha por mí. En el baño. Estoy harta de este Gobierno. ¡Gobierno de mierda! ....
—Señora... ¿en qué ubicación, señora?
La conversación, a la que accedió Infobae, dura poco más de 20 segundos y corresponde al llamado de una falsa amenaza de bomba que recibió el Call Center de Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000) el pasado miércoles 27 de abril a las 9.55. El caso cobró notoriedad en las últimas horas, luego de que se concretó un allanamiento en la vivienda de la falsa denunciante, el pasado viernes 20 de mayo.
Según pudo saber este medio, se trata de L.V.: una joven de 22 años oriunda de la ciudad de Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe, que intentó retrasar un vuelo que debía tomar su novio para que él pudiera llegar a tiempo.
Tras el llamado de L.V., la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) dio intervención al Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional N°1 de Lomas de Zamora, a cargo del juez Federico Villena.
Además, se activó el protocolo de seguridad previsto para ese tipo de casos en el aeropuerto: participaron el Grupo Especial de Control de Explosivos y Armas Especiales (GEDEX) de la PSA, Sanidad y Bomberos. Se evacuaron y registraron los baños: no se encontró absolutamente nada.
Pero la historia no termina ahí. Tras examinar la línea del teléfono que efectuó el llamado, los investigadores detectaron que pertenecía a I.K.: un hombre de 31 años, también de Santa Fe que, ese mismo día, tomó un vuelo con destino a Bogotá, Colombia, que despegó a las 22.10.
¿El dato? Horas antes, I.K. arribó al aeropuerto junto a L.V., con quien los investigadores suponen tendría una relación sentimental. La pareja llegó a bordo de un Ford Focus cuyo titular es el padre de la joven de 22 años. Ella, incluso, fue vista a través de las cámaras de seguridad en un local comercial del aeropuerto.
De acuerdo a la reconstrucción que efectuaron los investigadores, y a la que este medio tuvo acceso, ese miércoles 27 de abril I.K. ingresó a la Ciudad de Buenos Aires a las 12, y recién llegó a Ezeiza a las 14.38. Aunque su vuelo estaba programado para las 12.45, el hombre terminó despegando casi diez horas más tarde, a las 22.10, “por razones ajenas a la empresa”, según indicaron desde de la compañía. La falsa bomba cambió todos los planes y el novio pudo tomar su vuelo.
Tras la partida de I.K., se activaron las antenas del teléfono en las localidades bonaerenses de Martínez y Campana. A partir de estos datos, los investigadores determinaron la geolocalización del celular que, más delante, impactó en las antenas de Rosario y Cañada de Gómez.
Finalmente, por orden judicial, el viernes 20 de mayo a la tarde se allanó la vivienda de L.V., donde también se encontraba I.K, el hombre que había realizado el viaje. Tras el operativo, el personal policial secuestró el teléfono celular con la línea desde la que había partido la amenaza.
Fuentes con acceso al expediente confiaron a Infobae que el novio de la joven es un medico matriculado y especializado en el uso de cannabis medicinal. De hecho, en el domicilio allanado se encontró material que podría estar vinculado a esa temática.
Según explicó José Glinski, director nacional de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la pareja ahora quedó imputada en una causa judicial por intimidación pública, que podría tener una pena de entre 2 y 6 años de prisión. En una entrevista con Radio La Red, el funcionario relató el caso y el despliegue que debieron realizar las fuerzas para resolver la falsa amenaza.
“Movilizamos en total unos 60 oficiales por un caso de este tipo. En Ezeiza solamente había 35 personas, tres móviles, dos perros. Una acción de este tipo cuesta cerca de 200 mil pesos”, explicó Glinski, y calificó como “muy torpe” el accionar de la pareja.
“Los aeropuertos son lugares sensibles, donde cualquier tipo de amenaza dispara una serie de alertas que pudimos resolver rápido porque fue muy torpe lo que hizo esta pareja”, dijo. También adelantó que le van a cargar los costos del operativo dentro de las costas judiciales que deberá abonar la pareja, más allá de lo que determine el juez.
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