Fernando Alberto Falsetti tiene 56 años y vive en la localidad bonaerense de Villa Madero. Trabaja en un puesto de diarios, también en La Matanza, aunque esa no fue su única fuente de ingresos en 2021. Durante mayo y septiembre del año pasado se dedicó a realizar una serie de estafas a partir de un método que llamó poderosamente la atención de los investigadores: el canillita descubrió un algoritmo para crear tarjetas de crédito y de esa forma logró robar, al menos, más de un millón de pesos.
El hecho fue denunciado por una empresa de TV satelital que resultó perjudicada y es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción de Vicente López Oeste, a cargo del doctor Alejandro Musso. Falsetti fue aprehendido y notificado de la causa, aunque luego recuperó la libertad por orden del juez de San Isidro Esteban Rossignoli, a pesar de que el fiscal había solicitado efectivizar la detención.
Según explicaron fuentes del caso a Infobae, todo comenzó cuando varios titulares de tarjetas de crédito desconocieron 169 operaciones de compra de cuentas prepagas y otros diversos servicios que ofrece la compañía damnificada. En consecuencia, desde el Área de Control de Fraudes de la firma iniciaron una investigación.
Debido a la complejidad de maniobra, al principio se creyó que detrás de todo estaría involucrada una banda especializada en estafas. “Se estimó que se podía tratar de una mecánica orquestada por una organización criminal importante, porque, en teoría, resulta muy complejo adquirir en el mercado negro la cantidad de tarjetas que usó el imputado”, confiaron las fuentes.
Incluso se llegó a presumir la posible participación de algún empleado infiel dentro de la entidad financiera involucrada.
En este contexto, a los investigadores les sorprendió que, en realidad, todo era orquestado por “un lobo solitario”.
Básicamente, Falsetti había implementado un método casero para detectar tarjetas de crédito válidas. Siguiendo patrones, descubrió cómo identificar números de tarjetas -todos de una misma entidad bancaria- y sus códigos de seguridad, empleando un algoritmo propio que le permitía compatibilizar los datos.
Así, el imputado utilizaba diversas tarjetas para cargarse crédito en sus cuentas prepago. Eso mismo hizo en las 169 ocasiones, entre el 12 de mayo y el 27 de septiembre del 2021. Luego revendía los servicios a terceros. Era su forma de obtener ganancias.
La estafa salía a la luz cuando los legítimos titulares de los plásticos desconocían sus pagos, lo cual le produjo un perjuicio patrimonial a la empresa de TV, que debió asumir los cargos.
Hecha la denuncia, los investigadores analizaron la información de pago del usuario, llevaron a cabo un seguimiento a los teléfonos de involucrados y rastrearon las direcciones IP verificadas para el uso de los mismos. Las diligencias llevaron a un mismo camino: todas las cuentas eran manejadas desde el domicilio de Falsetti, que fue allanado recientemente.
Aquel operativo despertó la sorpresa de los investigadores: “Esperábamos encontrarnos con un hacker parte de una banda sofisticada”, dijo una fuente. En cambio, se toparon con Falsetti, definido como un ciudadano de muy bajo perfil, comerciante del rubro de venta de diarios y revistas, y “un delincuente de guante blanco de la vieja escuela”.
Durante el procedimiento hubo otro hallazgo llamativo: el imputado tenía un cuaderno anillado de 32 hojas en el que se verifica la forma en que realizaba las operaciones y descubría los códigos de seguridad de cada tarjeta. De ese cuaderno se desprende que las estafas fueron más que 169, aunque los otros damnificados no realizaron las denuncias correspondientes. En muchos casos se trató de montos menores, por lo cual los investigadores creen que esas transacciones pudieron haber pasado desapercibidas para los titulares de las tarjetas.
Falsetti ahora deberá dar explicaciones a la Justicia. La semana que viene será convocado a una audiencia indagatoria ante el fiscal Musso.
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