Marco Estrada González, alias “Marcos”, el mayor narco de la historia porteña y el histórico gran señor de la Villa 1- 11-14, condenado a fines de 2020 a 24 años de prisión, finalmente será expulsado del país. La decisión de enviarlo hacia su país de origen, Perú, fue tomada por la Justicia Federal tras un pedido de la PROCUNAR, el ala de la Procuración encargada de investigar delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias. Ahora, “Marcos” espera en un calabozo en Complejo Penitenciario de Marcos Paz.
“De alguna manera se tenía que ir. Esta es la única forma que tenemos para disminuir el poder de la organización. Porque ya tiene tres condenadas y nada cambia. Entonces pedimos que lo echen lo antes posible y es lo que resolvió el Tribunal”, dijo a Infobae una fuente judicial del caso.
Así, tras la decisión del Tribunal Oral en la Criminal Nº3, Estrada González, quien nunca se alejó demasiado del poder narco dentro de la Villa 1-11-14, será enviado a Perú.
El 6 de noviembre de 2020 “Marcos” fue condenado a la pena unificada de 24 años de prisión por liderar una organización dedicada a traficar y comerciar drogas y acopiar armas entre 2009 y 2017 en la villa 1.11.14. En el juicio que terminó con su condena declararon cerca de 200 testigos.
Allí, se lo señaló como el principal protagonista por el manejo que hacía del negocio de las drogas ilícitas desde la zona que manejaba en la villa 1.11.14, conocida como “de los peruanos”, que comprende de la manzana 13 hasta la 24 y algunas zonas que rodean la villa y la calle Bolívar como zona de venta de estas sustancias.
“Marcos” siempre resistió ser expulsado del país. Más allá de que fue detenido, su poder nunca fue licuado del todo. El narco peruano sostuvo los hilos de organización tras las rejas. Su liderazgo se mantuvo junto a su ambición por mantener el poder dentro de la villa.
Si bien existieron otros jefes desde que fue alojado en una celda, como Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”, un ex discípulo y jugador de Estrada González, arrestado el 24 de septiembre de 2021, luego de un mega allanamiento concretado por la PFA, el nombre de “Marcos” aún vivía dentro del barrio.
Estrada González llegó a la Argentina de manera ilegal en 1997. Por esos días, Julio Chamorro Revollar se había hecho del control de la venta de droga en la villa 1.11.14, luego de asesinar a su anterior “dueño”, el paraguayo Julio Valderrama. Apenas dos años después, el 12 de febrero de 1999, Marcos y los hermanos Ramos Mariños, Alionzo Rutillo (“Ruti”) e Isidio Teobaldo (“Meteoro”), acribillaron a Revollar y a dos de sus guardaespaldas, mientas jugaban al fútbol en una zona conocida como la “canchita de los paraguayos”. Ese triple crimen marcó el inicio del reinado de la organización Estrada González.
Los tres cayeron presos en 2001 por narcotráfico. A Marcos lo condenaron a tres años y medio de prisión en 2004 y fue el primero en quedar en libertad al poco tiempo. Entonces, decidió traicionar a sus socios, acaparar el negocio de las drogas y forzar al exilio a los hermanos Ramos Mariños, que se fueron a la villa 31 bis de Retiro. La jugada derivó en una guerra que se cobró más de 20 vidas.
El episodio más sangriento y conocido de la batalla por el control del narcotráfico en la villa 1.11.14 ocurrió el 29 de octubre de 2005, en el Bajo Flores, durante una procesión del Señor de los Milagros, un Cristo considerado milagroso en Perú, ya que un mural con su rostro ha sobrevivido a varios terremotos en una pared de Lima. Ese día, los hermanos Ramos Mariños y sus sicarios dispararon a mansalva contra el desfile de peregrinos, del que pensaban que iba a participar Marcos. Sin embargo, el capo narco no había asistido y sus ex socios terminaron acribillando a 13 personas, cinco de las cuales murieron, entre ellas, un bebé. Ruti se entregó cuatro meses después y fue condenado a 18 años de prisión. En abril de 2006, Meteoro fue baleado. Fue el final de la guerra.
Con el tiempo Marcos se convirtió en el jefe supremo de la villa 1.11.14. Hasta su detención ocurrida el 16 de diciembre de 2016, en el country La Celia de Ezeiza.
Ahora, en el poder narco en la villa 1-11-14 está licuado. Según sospechan los investigadores que caminan el barrio, “Marcos” había vuelto mandar en el lugar en un triunvirato junto a su hermano “Piti” y “Dumbo” Martínez Maylli, un viejo tercera línea de su banda convertido en jefe, hoy prófugo por haberse convertido en el número 1 de la droga de Villa Lugano con una mafia de adolescentes.
Sin embargo, no es cómo antes. Hoy, los jefes no están en el territorio, se encuentran detenidos y prófugos. “Marcos”, ahora será expulsado del país. Entonces, las segundas líneas de mando sienten el derecho de hacerse del territorio para ganar el dinero que sus líderes supieron hacer alguna vez. La ilusión de convertirse en capos rige y las ganancias mandan. Ahora, todo es incertidumbre y se resuelve a fuerza de plomo. Mientras tanto, sus habitantes otra vez son rehenes de una guerra ajena, una que comenzó hace más de 20 años y que nunca terminó.
SEGUIR LEYENDO