Luego de que la Policía del departamento de Rocha, en Uruguay, detuviera este jueves al principal sospechoso del asesinato de Lola Chomnalez, la adolescente de 15 años asesinada en diciembre de 2014 en las playas de Barra de Valizas, la madre de la víctima, Adriana Belmonte, expresó lo que sentía tras el arresto.
“Queremos resguardarnos y ser cautelosos. Siento una mezcla de emociones todas juntas. Predominan el alivio y la esperanza”, dijo Adriana a TN mientras espera para viajar a Uruguay. Por su parte, los abogados de la familia ya se encuentran en ese país, a la espera de las distintas medidas que ordene la fiscalía a cargo de la investigación por el crimen de Lola, ocurrido a fines de 2014.
El detenido es un hombre de 39 años, quien fue arrestado en el Chuy, en el límite de Uruguay con Brasil. De acuerdo a las primeras informaciones, distintos testigos señalaron que era frecuente verlo en la zona de Castillos y Rocha.
Según informaron fuentes del caso a este medio, el ADN del detenido coincide con el hallado en la mochila que tenía Lola al momento el crimen. El sospechoso, además, cuenta con antecedentes penales por lesiones personales en 2003 y por violación en 2009.
Tras su detención, el sospechoso fue trasladado al Departamento Judicial de Rocha, donde declaró ante la fiscal del caso, Jéssica Pereira; y el juez de Primera Instancia de esa jurisdicción, Juan Manuel Jiménez Vera.
En el marco de la investigación por el asesinato de Lola ya había un detenido, acusado de “encubrimiento”, Ariel Moreira, un cuidacoches apodado “El Cachila”, para quien la fiscal Pereira solicitó el mes pasado una condena a 10 años de prisión, requerimiento que aún debe resolver el juez Vera.
En este caso, el procedimiento es escrito, ya que el crimen de Lola ocurrió antes de la reforma judicial que instaló en Uruguay los juicios orales.
Por su parte, Diego Chomnalez, padre de la víctima viajó a fines de abril a Montevideo y se reunió con el fiscal de la Corte, Juan Gómez, para interiorizarse de las últimas novedades de la causa y solicitar junto a sus abogados que continuasen con la búsqueda de los otros copartícipes del crimen.
El caso
Lola viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo del hombre.
Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.
Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.
Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.
Por su parte, “El Cachila” fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre, ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en las pertenencias de la víctima, y a pesar de que estaba imputado como “coautor” de “homicidio agravado por alevosía”, un delito más grave que el de “encubrimiento”.
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