Un joven que fue asesinado de forma mafiosa el pasado 26 de abril en Rosario fue identificado por sus familiares que habían denunciado su desaparición: su nombre era Brian Leonel Pino. Si bien todavía no está claro el móvil del crimen, entre las prendas de Brian –hallado con los brazos atados, ojos vendados y con nueve impactos de bala calibre 9 milímetros en el cuerpo– se secuestró una hoja que tenía un mensaje amenazante escrito con tempera negra: “Que peleen, sino que corran”.
Brian tenía 27 años y su domicilio estaba registrado en el barrio Toba, zona oeste de Rosario, muy lejos de donde fue encontrado su cuerpo, en Esmeralda y Presidente Quintana, pleno barrio Tablada, en el distrito sur de la ciudad.
El único registro policial que tiene Pino de los últimos meses también lo tiene como víctima. Data del 2 de febrero del año pasado, cuando lo balearon en la pelvis. Ese ataque ocurrió en Centeno y Ayacucho, también en el barrio Tablada, donde fue encontrado muerto.
Del homicidio de Pino se desprenden características curiosas: sus familiares lo vieron por última vez el 25 de abril pasado. A la madrugada del día siguiente fue encontrado su cuerpo, pero recién fue identificado el 2 de mayo último por un hermano en el Instituto Médico Legal de Rosario. No obstante, la comunicación oficial de la Fiscalía se dio a conocer este martes, dos semanas después.
Por otra parte, la investigación la llevó en un primer momento la fiscal Georgina Pairola, que estuvo en la escena del crimen y explicó por entonces en Radio 2: “Estaba con los ojos vendados. Tenía también un cabestrillo de inmovilización en un brazo cuya tira también sujetaba al otro brazo”. Sobre el papel que fue incautado entre la ropa de la víctima, sugirió que aún no estaba claro que si se lo dejaron los agresores o si fue Brian mismo interceptado antes de dejar esa hoja en un domicilio al que buscaba intimidar.
La causa por el crimen luego pasó al Alejandro Ferlazzo y éste la reasignó a su colega Gastón Ávila, quien investiga una seguidilla de enfrentamientos violentos en barrio Tablada, donde encontraron muerto a Brian.
En las horas previas al crimen del joven hubo una serie de balaceras en la zona sur de Rosario. Llamativamente, algunas fueron contra propiedades de familiares de Alan Funes, líder de un clan narco que se encuentra condenado a más de 50 años de prisión por causas por venta de droga, homicidios, extorsiones y ataques a tiros.
Los ataques a tiros previos al homicidio de Pino ocurrieron en direcciones donde vivían familiares de Alan Funes, entre ellas, su abuela Alicia Leonarda Cordero, que está imputada como parte de una presunta asociación ilícita dedicada a delitos violentos. El fiscal Ávila que tiene a cargo la causa, a su vez, se encuentra de turno desde el jueves pasado en Homicidios Dolosos: en menos de una semana, ya investiga seis crímenes.
El último homicidio ocurrió este martes a la tarde, cuando vecinos llamaron a la Policía de Santa Fe porque sentían un “olor nauseabundo” en un domicilio lindero. Cuando ingresaron los agentes se encontraron con el cuerpo de Pablo Sebastián Vivas, de 46 años, que estaba en avanzado estado de descomposición.
Según las actuaciones hechas por la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal y el fiscal Ávila, el cuerpo de Vivas tenía indicios de una herida de arma blanca y golpes en el rostro. El cadáver fue enviado a la morgue judicial para la realización de la autopsia.
Rosario acumula 112 asesinatos en lo que va del año, de acuerdo a las estadísticas oficiales del Observatorio de Seguridad Pública, organismo provincial integrado por el Ministerio de Seguridad y el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
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