Tras una investigación de dos meses, la División Investigaciones Comunales 3 de Policía de la Ciudad desarticuló a la banda de “Las Simuladoras”, una organización liderada por dos mujeres que se encargaba de estafar a adultas mayores en distintas zonas de la ciudad de Buenos Aires para luego fugar el dinero a bancos de Uruguay. Fuentes policiales confirmaron a Infobae que están acusadas, junto a otros dos cómplices, de concretar al menos ocho engaños en las que se alzaron con 250 mil dólares y más de 800 mil pesos.
La detención de los cuatro integrantes de la banda -todos de origen peruano- fue llevada a cabo por la División de Investigaciones Comunales de la Comuna 3 de la Policía porteña, en el marco de una causa en la que se descubrió que los delincuentes engañaban a sus víctimas bajo distintas estrategias, todas enmarcadas bajo la modalidad del “cuento del tío”.
Para obtener el dinero la organización utilizaba, por ejemplo, el engaño del “billete de lotería ganador”. Se trata de una estafa que consistía en que las mujeres fingían poseer un boleto ganador por una gran suma de dinero pero que como supuestamente no sabían leer ni escribir, necesitaban ayuda para cobrar el premio y un lugar seguro donde guardar el billete.
De esta manera, lograban que la víctima las llevara hasta su domicilio, momento en el que aprovechaban para robar dinero y otros objetos de valor. Después de irse del lugar, las delincuentes eran buscadas en un auto por los dos cómplices.
El comienzo del fin
La investigación comenzó en marzo luego de que una mujer de 80 años entregó cerca de dos mil dólares. En este caso, una de las estafadoras le mostró a la víctima un papel con una dirección donde supuestamente tenía que entregar el billete ganador y otro papel con el texto “sacale toda la plata a esta….”
Cuando la jubilada le advirtió a la mujer que iba a ser estafada, la ladrona -que supuestamente no saber leer- fingió ponerse a llorar. Segundos después, apareció en escena la cómplice, quien haciéndose pasar por una persona que estaba allí de casualidad, ofreció su ayuda y convenció a la verdadera víctima de llevar a la mujer desconsolada hasta la casa para auxiliarla y calmar su angustia.
Una vez dentro de la vivienda, las estafadoras le propusieron a la dueña de casa que era mejor que tuviera en su poder el billete hasta que se pudiera cobrar y le recomendaron dejarlo junto a los ahorros con un insólito argumento: le dijeron que en su pueblo había una costumbre aborigen que decía que “la plata llamaba a la plata”.
En medio del engaño, una de las estafadoras pidió un vaso de agua y mientras la víctima iba a la cocina, una de las delincuentes accedía al lugar donde estaba el dinero y se robó lo que encontró. Ya con el botín, huyeron.
Tras la denuncia, el expediente recayó en manos de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N° 60, a cargo del fiscal Edgardo Orfila, quienes encargaron a la División Investigaciones llevar adelante las tareas de campo para dar con la banda.
Fue de esta manera que descubrieron otros robos cometidos con el mismo “modus operandi”, en los que los investigadores detectaron que la delincuente que se hacía pasar por analfabeta tuvo un error. Utilizó un mismo falso nombre y apellido: Camila Soto. Así, la Policía pudo descubrir puntos en común y establecer que se habría tratado de la misma banda.
Con la suma de los casos, los investigadores hallaron también videos de cámaras de seguridad donde se ve que dos hombres apoyaban a las mujeres una vez que tenían en la mira a una víctima. El par de cómplices se movilizaba a bordo de una camioneta Renault Duster y esperaba a que “Las Simuladoras” saliera airosas para luego escapar.
Gracias a las cámaras, entrecruzamientos de datos y las tareas de campo, los investigadores dieron finalmente con las identidades de los involucrados y dos domicilios donde presuntamente residían. Pero no fue lo único. También confirmaron que viajaban con frecuencia a Uruguay y depositaban dinero en bancos de ese país.
Las detenciones
Ya con todos los datos, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº48, a cargo de juez Javier Sánchez Sarmiento, ordenó dos allanamientos en dos departamentos, uno en la calle Acevedo al 100, del barrio de Villa Crespo, y otro en Catamarca al 200, en Balvanera.
En el primero fue detenida Carolina Veronica Silva Fuentes, una mujer de 43 años que en la puesta en escena fue quien se ofreció para ayudar a la mujer de 80. En el lugar le secuestraron dólares, pesos argentinos, alhajas, relojes, perfumes importados, electrodomésticos, celulares y ropa utilizada al momento de los hechos.
En el departamento de Balvanera fueron detenidos una mujer de 41 años identificada como Rosa Yanet González López, quien se hizo pasar por analfabeta, y los dos hombres: Asecencio Marco Antonio Alvarado (41) y Domingo Severo de la Torre Navarro Alvarado (62).
El mayor de los hombres era el que daba seguridad a las mujeres durante todo el proceso delictivo. Las seguía y verificaba que nada alterara el desarrollo de la maniobra. El otro hombre involucrado oficiaba de conductor de la Duster.
Entre los dos allanamientos fueron secuestrados la Renault Duster, 37.540 pesos argentinos; 3,860 dólares estadounidenses, 4.190 pesos uruguayos, una heladera nueva, una TV 32 pulgadas; un monitor, once celulares, 26 relojes de distintas parcas, perfumes importados de distintas marcas, tarjetas de bancos uruguayos, tickets de cambio de dólares en Uruguay, además de ropas utilizadas por los delincuentes al momento de los robos.
De acuerdo con la investigación, la organización actuó en los barrios de Almagro, Balvanera, Caballito, Flores, Floresta, Monte Castro, Recoleta, Palermo, Parque Patricios, Parque Chacabuco, Villa Crespo y Villa Riachuelo. Creen que concretaron al menos otras 13 estafas.
Más formas de engaño
Otra de las modalidades de estafa era la llamada “bolsa de dinero”. Se trataba de fingir que encontraban una gran suma de dinero en la calle y bajo la promesa de compartir con la víctima lo que habían hallado se ganaban su confianza. Después le indicaban que les entregara sus pertenencias a cambio de dejarle la supuesta bolsa con el dinero. En medio del apuro y la posibilidad de tener dinero fácil, la víctima accedía y se quedaba con el supuesto botín. Ya con los estafadores lejos, la persona descubría que dentro de la bolsa sólo había papel de diario cortado en forma de billetes.
El tercer “cuento del tío” utilizado por las dos mujeres detenidas consistía en simular ser extranjeras y encontrarse perdidas en la vía pública. Con la excusa de no tener donde dejar sus pertenencias mientras buscaban la embajada de su país, lograban que las víctimas les abrieran la puerta de sus casas para ayudarlas. Ahí, aprovechaban un descuido para hurtar sus pertenencias.
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