Un cartonero de 28 años fue asesinado de un escopetazo en la cara mientras circulaba a bordo de su carro tirado por un caballo en San Miguel de Tucumán y por el hecho fue detenido un vecino, que declaró ante la policía que días antes esa persona le había robado su moto.
El hecho ocurrió este sábado por la tarde cuando la víctima, identificada como Ariel Melián, circulaba con un amigo por la avenida Alem y López Mañana, en el Barrio Sur de la capital tucumana.
La agresión quedó registrada en una cámara de seguridad de la zona, en la que se ve cómo Miguel Bartolomé Cajal, de 74 años, estaba esperando el momento exacto en que el cartonero pasara por la puerta de su casa para concretar el ataque.
Al escuchar el galope del caballo, el hombre agarra su escopeta, sale de su vivienda y sin mediar palabra le pega un tiro en el rostro a Melián y vuelve a meterse en su domicilio, situado sobre Alem al 2300.
Si bien el joven murió de forma instantánea, su amigo -que era quien llevaba las riendas del caballo- continuó con la marcha sin detenerse para escapar del agresor por temor a que lo matara a él también.
El fiscal Carlos Sale, a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios II, ordenó el allanamiento de la casa de Cajal para secuestrar elementos de interés para la causa, en especial la escopeta utilizada en el hecho.
“Melián es un chico con muchos antecedentes y que según lo que se obtuvo de las primeras declaraciones de testigos, el móvil podría ser el robo de la moto de Cajal, unos días atrás”, dijo un investigador del caso citado por el diario La Voz.
Las pericias están a cargo del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) del Ministerio Fiscal y la División Homicidios de la Policía de Tucumán.
Por su parte, el fiscal Sale cuenta con 48 horas para llevar adelante la audiencia de formulación de cargos contra el acusado, añadieron las fuentes.
No es la primera vez, en lo que va del año, que un vecino decide hacer justicia por mano propia ante un hecho de inseguridad. El 16 de enero, un grupo de vecinos linchó a un motochorro que cometió varios asaltos a mano armada ese mismo día y falleció 8 días después a raíz de los golpes.
Todo comenzó alrededor de las 21, cuando dos motochorros asaltaron a tres mujeres de una misma familia, en la ciudad tucumana de Concepción, a quienes les arrebataron sus teléfonos celulares a punta de pistola cuando dialogaban en la puerta de su vivienda, ubicada en la calle Roque Sáenz Peña al 2200. Tras cometer el delito, se dieron a la fuga.
A la hora, en la intersección de calle Hipólito Irigoyen y Los Cedros, de la ciudad de Alto Verde, intentaron cometer nuevamente un asalto contra otro grupo de personas, entre los que había un menor de edad. Sin embargo, esta vez el resultado no fue el esperado.
Con el mismo modus operandi, el ladrón fallecido se acercó a las víctimas portando su arma de fuego y se apoderó de tres celulares. No obstante, una de las personas a la que había asaltado decidió ir del delincuente, a quien alcanzó a los 20 metros.
Para defenderse, el delincuente sacó la pistola y apuntó contra su víctima, quien empezó a forcejear con él hasta provocar que perdiera el arma. Allí, el hombre atacó al ladrón con golpes de puño y patadas. Casi de inmediato, vecinos de la zona se sumaron a la golpiza.
El ladrón quedó inconsciente y en grave estado. Cuando llegó la Patrulla Motorizada de la zona, el hombre fue rescatado y trasladado al Hospital Padilla, donde quedó internado y finalmente murió.
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