Sofia Roseli, de 78 años, está internada desde este sábado en grave estado luego de haber sido golpeada en la cabeza con un martillo en su casa de la localidad bonaerense de Zárate. “Se encuentra en terapia intensiva, en coma y con respirador, pero su pronóstico es estable”, se informó este domingo.
Por el ataque a Roseli fue detenido su nieto de 17 años, quien vivía con ella. “Ahora permanece internado en Minoridad de La Plata y adujo que ella lo maltrataba”, confiaron fuentes del caso, mientras se investiga si el adolescente padece un problema psiquiátrico que lo llevó a golpear a su abuela.
La causa es investigada por el fiscal Fernando Martin Reinas, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil del Departamento Judicial de Zárate-Campana, quien ordenó las pericias en la vivienda que compartían la víctima y el agresor, el secuestro del martillo y el testimonio de los vecinos: ”Se cree que es una familia conflictiva”, deslizó un investigador. La Justicia formalizó la detención.
La agresión ocurrió el sábado en la casa que abuela y nieto compartían en General Giachino al 2.700 del Barrio Saavedra, ubicada en la zona Norte de la provincia de Buenos Aires, y fue descubierta por los agentes del Comando de Patrullas de Zárate.
Al llegar al lugar, los policías constataron que la Roselli yacía sobre el piso y tenía una fuerte lesión en su cabeza, presuntamente, provocado por un martillo. “El golpe le generó un profundo sangrado. La mujer estaba desvanecida cuando fue encontrada”, expresó una fuente policial.
Ante esto, los policías solicitaron la presencia de una ambulancia y así la víctima fue trasladada al hospital local, con pronóstico reservado.En tanto, en la propiedad de Giachino al 2.700 fue detenido uno el nieto, acusado de ser el autor de la agresión.
El indignante suceso ocurrió casi en simultáneo con otro episodio de violencia que tuvo como víctima principal a un jubilado. En Rosario, un hombre de 70 años fue encontrado asesinado de más de 25 puñaladas en el cuerpo en una fábrica abandonada en el barrio Cinco Esquinas, donde vivía.
El cadáver fue hallado por la Policía provincial en el interior del predio ubicado a metros del cruce de las calles Castellanos y Viamonte. Los agentes llegaron hasta allí tras una denuncia por desaparición de los vecinos, a quienes les había llamado la atención la ausencia del jubilado desde el miércoles pasado.
De acuerdo a fuentes policiales, lo primero que advirtieron los policías al arribar a la propiedad fue que había sangre en el picaporte del portón de ingreso que lleva a un patio. Como nadie les atendía, forzaron el portón y, a unos pocos metros, se toparon con el cuerpo del hombre, que estaba tendido en el suelo.
En el lugar, además, había dos cuchillos de cocina ensangrentados que fueron secuestrados. Para los investigadores serían las armas homicidas, dado que, en un primer análisis al cadáver, se le detectaron al menos 28 heridas de arma blanca.
La investigación del hecho quedó en manos del fiscal de Homicidios Dolosos Gastón Ávila, quien dispuso el relevamiento de las cámaras de seguridad públicas y privadas en la zona. Todavía no hay una hipótesis firme sobre el móvil del crimen
También se trabaja en la identificación de la víctima: se estima su edad entre los 70 y 75 años. Los vecinos aseguraron que era conocido como Carlos, con quien tenían buen trato cotidiano. El terreno de la fábrica donde vivía abarca media manzana y no tiene iluminación artificial. El hombre había construido allí una vivienda humilde.
*Con información de la Agencia Télam.
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