Un nuevo hecho de sangre se registró en la ciudad de Rosario, donde la escalada de violencia no cesa. Esta vez, la víctima fue un jubilado de alrededor de 70 años que fue encontrado hoy asesinado de más de 25 puñaladas en una fábrica abandonada donde vivía, en el barrio Cinco Esquinas.
El cadáver fue hallado por la Policía provincial en el interior del predio ubicado a metros del cruce de las calles Castellanos y Viamonte. Los uniformados llegaron hasta allí tras una denuncia por desaparición de los vecinos, a quienes les había llamado la atención la ausencia del jubilado desde el miércoles pasado.
De acuerdo a fuentes policiales, lo primero que advirtieron los policías al arribar a la propiedad fue que había sangre en el picaporte del portón de ingreso, que lleva a un patio. Como nadie les atendía, forzaron el portón y, a unos pocos metros, se toparon con el cuerpo del hombre, que estaba tendido en el suelo.
En el lugar, además, había dos cuchillos de cocina ensangrentados que fueron secuestrados. Para los investigadores serían las armas homicidas, dado que, en un primer análisis al cadáver, se le detectaron al menos 28 heridas de arma blanca, según señalaron las fuentes a la agencia Télam.
La investigación del hecho quedó en manos del fiscal de Homicidios Dolosos Gastón Ávila, quien dispuso el relevamiento de las cámaras de seguridad públicas y privadas en la zona. Todavía no hay una hipótesis firme sobre el móvil del crimen
También se trabaja en la identificación de la víctima: se estima su edad entre los 70 y 75 años. Los vecinos aseguraron que era conocido como Carlos, con quien tenían buen trato cotidiano. El terreno de la fábrica donde vivía abarca media manzana y no tiene iluminación artificial. El hombre había construido allí una vivienda humilde.
Los homicidios en Rosario se acumulan semana tras semana. En lo que va del año ya se superaron los 100 crímenes y en ocho de cada diez hubo “un componente de planificación”. Además, la mitad fue por encargo.
Dentro de las víctimas hay bebés de un año y nenes que quedaron en medio de las ráfagas de tiros, como en los casos de los tres triples crímenes de este 2022, ocurridos a fines de enero, a mediados de abril y el último, el 6 de mayo, cuando las víctimas fueron un joven de 26 años, su pareja de 25 y la hija de ambos, de 6.
El último informe del Observatorio de Seguridad Pública santafesino indica que entre enero y abril, alrededor del 7 por ciento de las víctimas no fueron las principales destinatarias de los tiros mortales.
Además, sostiene que más de la mitad de las muertes se dieron en el marco de “organizaciones criminales y/o economías ilegales”. Y añade que en Rosario “se observa un componente de planificación (aunque sea mínima) en el evento homicida” en ocho de cada diez asesinatos.
En ese contexto, el organismo provincial que analiza la criminalidad de Santa Fe señala que en Rosario la mitad de los homicidios fueron cometidos –según las causas en curso– por encargo.
Los principales territorios donde se focalizan los asesinatos en Rosario son la zona Sur; Oeste y Noroeste. Según los homicidios de este año, los barrios más “conflictivos” son Tablada, Las Flores, y el complejo de Fonavi de Grandoli y Gutiérrez (zona Sur); Villa Flammarión (Sudoeste); Villa Banana, Triángulo y Godoy (Oeste); Ludueña, Larrea, Nuevo Alberdi y Empalme Graneros (Noroeste). Queda fuera del “área crítica” el microcentro de la ciudad: allí hay más presencia de las fuerzas de seguridad.
En los barrios Ludueña y Empalme Graneros es donde mayor nivel de violencia se puede apreciar. Se da, particularmente este año, debido una disputa entre los cabecillas de presuntas organizaciones identificadas con Los Monos o Esteban Alvarado.
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