Del otro lado del teléfono, Marysol Fátima Robledo (40) larga un bostezo y enseguida se disculpa. Durmió poco. Desde anoche, cuando se enteró que una de las mellizas acusadas de haber matado a su hijo en una fiesta clandestina en Lanús se entregó a la Justicia tras ocho meses prófuga, la mujer es un sube y baja de emociones.
“La verdad que, después de tanta tristeza, fue el día más feliz de mi vida. No sabés cuánto esperé este momento. Era increíble que estas chicas no aparecieran. Las buscaron por todos lados: hicieron más de 40 allanamientos. Me acuerdo de pensar: ‘¿Se las tragó la tierra? No podía ser que no las ubicaran’”, le contó a Infobae la mamá de Dylan Robledo (20), asesinado durante la madrugada del 18 de septiembre en la zona Sur del Conurbano.
La noticia de la detención de Brisa Ayelén Acebey (19) se la dio su abogado y Marysol aseguró que quedó en un estado de “shock”. “No lo podía creer. Lo primero que hice fue llamar a mi nene de 13, que estaba en lo de la novia. Su respuesta me hizo volver a la realidad. ‘Qué bueno que se entregó la asesina, pero la vida de mi hermano no me la devuelve nadie’, me contestó. Y tiene razón. Dylan era el mayor de mis cuatro hijos: acá todos los extrañan. Estaba todo el día con nosotros en casa”, relató su mamá, que todavía recuerda la última vez que lo vio, antes de que se fuera a la fiesta.
“No me olvido más de esa noche. Dylan estaba con su amigo Damián, ‘El Papu’, y se fueron a comprar hamburguesas. Volvieron, cenamos todos juntos y, mientras se cambiaba, me pidió que le llamara un remise. ‘¿Dónde vas?’, le pregunté. ‘Me voy a una joda’, me dijo todo contento, sonriendo. Al día siguiente, a eso de las las 19.30, aparecieron en casa unos amigos de él para avisarme que lo habían matado”, recapituló Marysol.
Según la reconstrucción del crimen, esa fatídica noche del 18 de septiembre Dylan había salido con las mellizas y su amigo “El Papu” que, además, era primo de Brisa y Priscila. Los cuatro llegaron a un encuentro en un galpón de la zona de Lanús. Pasada la madrugada, se fueron a otra fiesta en una casa de Talcahuano al 3.600. Allí sucedió el homicidio.
Durante el festejo, el joven recibió un tiro en la cara cuando, supuestamente, una de las mellizas tomó un arma y comenzó a disparar. Desde entonces, Brisa, al igual que su hermana Priscila, había permanecido en las sombras.
El caso es investigado el fiscal Martín Rodríguez, de la UFI Nº6 del Departamento Judicial de Avellaneda que, desde el primer día, dispuso distintas medidas para dar con las hermanas Acebey. Finalmente, el martes 10 de mayo el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires hizo lugar al pedido de recompensa que solicitó la fiscalía.
Un día después de que se pidiera la recompensa de $5.000.000 por datos que permitan su captura, Brisa Ayelén Acebey se puso a disposición de la Justicia.
La joven, ex integrante del equipo de fútbol femenino de San Lorenzo, las “Santitas de Boedo”, está imputada por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Según supo Infobae, el miércoles 11 de mayo se entregó en compañía de su abogado defensor en el Juzgado de Garantías Nº 4 de Avellaneda-Lanús a cargo del juez Esteban Pablo Baccini.
Este jueves a la mañana, la acusada fue indagada y sus dichos fueron insólitos. ¿Qué dijo? “En su declaración Brisa Ayelén Acebey negó haber estado prófuga y aseguró que durante estos ocho meses siempre estuvo en su casa”, confiaron a este medio fuentes de la investigación.
¿Qué pasa con su hermana? “Priscila Nicole Acebey no está imputada en la causa. Para el fiscal Rodríguez la autora del crimen de Dylan Robledo es Brisa Ayelén”, dijeron las mismas fuentes. De momento, el titular de la UFI N°6 solicitó la prisión preventiva de la imputada. “El lugar donde quedará detenida está por verse, depende del cupo que haya en el Servicio Penitenciario provincial”, explicaron a este medio.
Dos días después de enterrar a su hijo, Marysol entró en una depresión profunda. “La pasé muy mal. Hay veces que no quiero salir de la cama”, reveló. Muchas veces lo hace por sus nietos, Valentino (1) y Bastián (5) que, desde el 18 de septiembre de 2021, se quedaron sin su papá. “Mi temor era que el asesinato de mi hijo quedara impune, pero ahora sé que no. Solo resta esperar que llegue el juicio”, se despidió la mujer.
En la pared de la habitación de la víctima, se ve una foto de Dylan, que levanta el pulgar. “Cuánto te extraño hijito”, dice más arriba un corazón blanco con letra imprenta en color celeste. “Fiel a vos hasta la muerte, Mamá te ama”.
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