Samuel Lucas Adrián López, un efectivo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, asesinó a tiros a su novia, también integrante de la fuerza, en su casa de la localidad bonaerense de Monte Grande y segundos después se hirió de gravedad de un disparo en la cabeza en plena calle. El hombre, de 29 años, murió al poco tiempo de llegar a un centro médico.
El femicidio ocurrió ayer en una casa situada en la calle Herminio Constanzo al 400, en medio de una presunta pelea. Fuentes policiales indicaron a la agencia Télam que la investigación comenzó luego de que se alertara al 911 acerca de que el oficial López -policía desde el año 2015- se había disparado con su pistola Bersa Thunder Pro calibre 9 milímetros en las inmediaciones de la propiedad.
Después de que en el hospital se confirmara la muerte del hombre de 29 años, personal de la subcomisaría 25 de Mayo comenzó a investigar el episodio y pudo saber que López había pasado la noche con su novia, una mujer identificada como Alina Mansilla, quien tenía el rango de sargento y trabajaba en la Unidad Policial de Prevención Local de Esteban Echevería (UPPL).
Como la joven no respondía los llamados de sus compañeros, los agentes se dirigieron a la vivienda y encontraron una escena dramática: a través de una ventana de la casa de Mansilla, observaron que la víctima estaba muerta sobre una cama con manchas de sangre a su alrededor. Al ingresar, los investigadores pudieron ver que había recibido dos balazos en la cabeza.
Luego, la investigación determinó que López le disparó a su novia mientras discutían.
El expediente quedó a cargo de la fiscal Vanesa González, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº3 Especializada en Violencia de Género descentralizada en Esteban Echeverría, quien calificó la causa como homicidio seguido de suicidio en contexto de violencia de género.
Más policías femicidas
El crimen ocurrido ayer en Monte Grande no es un hecho aislado. En enero, la localidad santafesina de Murphy fue escenario de un episodio casi idéntico. Un policía de 50 años asesinó de un tiro en la cabeza a su ex pareja con su pistola reglamentaria. Sin embargo, hubo un agravante: lo hizo frente a uno de sus tres hijos. Luego del crimen, se suicidó.
Todo ocurrió en una vivienda de Murphy, un pequeño pueblo situado a unos 150 kilómetros al sudoeste de Rosario. Allí, el policía Gabriel Robles, que prestaba servicio en la comisaría de la localidad de Melincué, distante a unos 50 kilómetros de Murphy, se dirigió hasta la casa de su ex pareja, Marina Espíndola, de 42 años.
Pocos minutos después, la policía llegó al sitio alertada por el llamado al 911 y constató que Espíndola estaba muerta por una herida de arma de fuego en la cabeza. Luego, los policías encontraron a Robles herido gravemente de un tiro, ya que tras el femicidio también se quitó la vida.
El hombre fue trasladado al hospital zonal Alejandro Gutiérrez de la localidad de Venado Tuerto, donde los médicos constataron que presentaba una herida de arma de fuego en la zona de la cabeza, que le originó la muerte alrededor de las 4 de esta madrugada.
En octubre del año pasado, en Alta Gracia, provincia de Córdoba, un efectivo también mató a tiros a su pareja con su arma reglamentaria y luego se quitó la vida. Ocurrió en la vivienda que compartían, ubicada en la calle Godoy Núñez. La víctima fue identificada como Silvia Carolina Figueroa (37): también era policía, con el rango de sargento, y prestaba servicios en un local de Tarjeta Naranja como adicional. El agresor, en tanto, se llamaba Carlos Rubén Suárez (42).
Según pudieron reconstruir los investigadores, tras una fuerte discusión, el oficial le disparó cuatro veces a su pareja: tres tiros impactaron en la cabeza y uno en la mano. La mujer murió en el acto. Minutos más tarde, el efectivo de 42 años fue encontrado en el cementerio La Paloma, donde se habría dirigido después de consumar el crimen para quitarse la vida frente a la tumba de su padre.
Algunos meses antes, en mayo, el lugar de un hecho similar fue la localidad bonaerense de Virrey del Pino, partido de La Matanza. Allí, un efectivo de la policía de la Ciudad mató a su hija de 6 años mientras discutía con su mujer, también integrante de la fuerza.
De acuerdo con la investigación, el hombre efectuó un disparo en el suelo para amedrentar a su mujer pero la bala rebotó e impactó en el abdomen de su hija. El agresor fue identificado como Juan Ramón Herrera, de 34 años, quien cumple funciones en la Comisaría 6 B de la Ciudad de Buenos Aires; mientras que su pareja, de nombre Natalia Analía Bergamaschi, de 29 años, trabaja en la Comisaría 13 B.
SEGUIR LEYENDO: