Gregorio Ramón “Yoyo” Brítez fue imputado este viernes en Rosario por haber matado de 17 puñaladas a su pareja Nora Laura Escobar, a quien luego enterró debajo de una carpeta de concreto en el patio trasero de su casa de Granadero Baigorria. El cuerpo fue encontrado el pasado martes, después de que la víctima estuviera desaparecida desde el 22 de abril.
Brítez, de 57 años, fue detenido el pasado miércoles en la provincia de Misiones por personal de Gendarmería, cuando pretendía ingresar a Paraguay, según fuentes de la investigación. Este viernes fue trasladado a Rosario y ya fue llevado a audiencia imputativa junto a su amigo Alberto Antonio Lipari, un mecánico del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) que colaboró en tratar de ocultar el femicidio de Escobar.
De acuerdo a la acusación de la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro, Brítez asestó 17 puñaladas a su pareja, de las cuales cinco o seis fueron por la espalda. Según el pre informe de la autopsia realizada en el Instituto Médico Legal, la mujer murió por lesiones cardipulmonares graves.
La fiscal agregó que, una vez consumado el femicidio, Brítez procedió a excavar “una cavidad semejante a una fosa” en donde colocó el cuerpo. Y luego, construyó un cerramiento mediante la colocación de una loza de aproximadamente 60 centímetros de ancho y dos metros de largo por encima del cadáver.
En la audiencia, la funcionaria del Ministerio Público de la Acusación además afirmó que el ataque se dio en un contexto de violencia de género, en el que “Yoyo” sometía constantemente a su pareja, de 42 años. En ese marco, recordó golpes de puños y lanzamiento de objetos que habían sido denunciados por la propia víctima en marzo del año pasado, ocasión en la que sufrió una fractura en la nariz y en una mano.
Al amigo del femicida, Alberto Antonio Lipari, de 58 años, la fiscal lo acusó por el delito de encubrimiento agravado, por haber colaborado para encubrir el femicidio. Concretamente, le atribuyó haberse llevado en su Renault 6 pertenencias con manchas de sangre del domicilio de Liniers 1781 de Granadero Baigorria, donde fue el crimen.
La colaboración de Lipari con el femicidio no quedó allí. Según explicó Fabbro, después concurrió en repetidas ocasiones a la casa para colaborar con la limpiza y con la construcción de la carpeta de concreto que fue hecha sobre el cuerpo de Nora Escobar. Y por último, le prestó dinero en efectivo para que Brítez pudiera fugarse, tal como lo hizo.
Nora Escobar estuvo desaparecida desde el 22 de abril pasado. La búsqueda de paradero comenzó con la denuncia hecha por su hija Karen Gigena a principios de mayo ante la comisaría 24ª de Granadero Baigorria. En aquella presentación, la mujer señaló que hacía un año estaba distanciada de su madre, pero comenzó a preocuparse cuando los empleadores de su mamá (empleada doméstica) a finales de abril fueron a su casa a preguntarle si sabían algo sobre ella, ya que no se había presentado a trabajar hacía varios días.
En ese marco, Karen dijo ante la Policía que su madre corría maratones y que, incluso, se había preparado para participar en una competencia el domingo 24 de abril en Rosario, pero como no asistió le llamó la atención. La hija de Nora, además, explicó que debido a la desaparición abrupta de su madre fue a la casa que ella compartía con su marido. Allí, afirmó que fue atendida por Brítez, quien le respondió que hacía tres meses que no veía a Nora porque se habían separado tras supuestamente haberle encontrado mensajes con otro hombre.
En la presentación hecha en la comisaría, la joven comentó también que al ir al domicilio de Liniers de 1700 de Gregorio Brítez le despertó curiosidad que su madre le dejara su perra, ya que la consideraba “muy apegada” a la mascota
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