“Te juro que no vi a nadie, me desvanecí. Estaba desvanecido. No sé qué me pasó...”, aseguró el taxista que el sábado en Palermo atropelló a tres estudiantes francesas tras sufrir un síncope: una de las chicas murió. Las afirmaciones de R.J.P. forman parte del diálogo que el jubilado de 74 años entabló minutos después del siniestro vial con una de las pasajeras de un Fiat que también embistió el Volkswagen Voyage que manejaba. En el intercambio, que duró apenas unos segundos, el chofer todavía llevaba puesto el cinturón de seguridad y, tras enterarase de lo sucedido se tomó la cabeza y volvió a desvanecerse.
Según supo Infobae, el registro de antecedentes de tránsito de R.J.P. está al día. “La licencia de conducir estaba vigente. La había prorrogado durante pandemia hasta abril 2023. Estaba habilitado para llevar hasta 20 pasajeros”, confiaron fuentes de la investigación: había renovado en 2021. De acuerdo con la Dirección General de Administración de Infracciones, tampoco poseía multas ni deudas.
Su estado de salud, por el contrario, es crítico. El lunes a la noche sufrió un episodio de taquicardia ventricular del que todavía está recuperándose. “Sigue grave, debido a su condición, pero estable”, sostiene el último parte médico emitido por el Hospital Rivadavia, donde está internado desde el sábado a la tarde y donde el domingo sufrió un infarto.
El panorama de las estudiantes francesas que sobrevivieron al accidente, ambas de 23 años, en cambio, era un poco más alentador este martes 10 de mayo en el hospital Fernández. Clemence fue dada de alta esta tarde y Anne continúa “estable” en terapia intensiva, con traumatismo de cráneo leve y fractura de pelvis. “Se encuentra consciente y evoluciona favorablemente”, confiaron a este medio.
Lwana Bichet, de 25 años y que había sufrido una fractura de cráneo con hemorragia subaranoidea, murió el domingo a la madrugada mientras era operada en el hospital Fernández.
Hasta este martes el caso era investigado por el fiscal porteño Matías de Sanctis de la Fiscalía PC y F Nº7. Esta mañana, sin embargo, se declaró incompetente en la causa tras considerar que la muerte de Lwana puede investigarse como un homicidio por imprudencia, delito considerado en el artículo 84 del Código Penal y que castiga con uno a cinco años de cárcel a “el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo; causare a otro la muerte”.
El trágico accidente ocurrió a 200 metros de donde residía Clemence el sábado al mediodía en el cruce de Armenia y la avenida Santa Fe.
El taxista perdió el control del Volkswagen Voyage y embistió a las tres jóvenes. Luego, el vehículo impactó contra dos autos estacionados y quedó detenido en medio de la calle.
Cuando el SAME llegó al lugar, los médicos constataron que el chofer estaba descompensado sobre el asfalto y no reaccionaba a los estímulos: debieron reanimarlo. Primero, se informó que había sufrido un ACV, aunque luego se supo que fue un síncope, por lo que fue derivado al hospital Rivadavia, donde permanece internado en grave estado.
El síncope es la pérdida transitoria de la conciencia y del tono postural, producto de una disminución del flujo de sangre al cerebro, que se genera de manera transitoria, con un inicio brusco, de corta duración y una recuperación espontánea y completa.
Las tres amigas pertenecían a un programa de intercambio de estudiantes de la Universidad de San Andrés durante medio año y llevaban ya más de tres meses de residencia en la Argentina.
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