La corrupción policial no suele ir de la mano de la inteligencia. En Rosario, Rodrigo Nahuel Vieyra, un policía de la fuerza provincial. fue detenido el domingo a la madrugada por cobrar una coima a cinco personas que buscaban ingresar sin entrada a una fiesta electrónica. Según la investigación del fiscal de Flagrancia Matías Ocariz, el agente pasó sus datos bancarios para recibir el soborno vía transferencia bancaria.
El hecho ocurrió en las inmediaciones del Salón Metropolitano, ubicado en el predio del shopping Alto Rosario, donde el sábado por la noche tocó el dúo suizo de DJs Adriatique. Vieyra, con rango de suboficial, quedó demorado en la Comisaría 10ª, en la zona norte de la ciudad. Por la información surgida de las actuaciones ordenadas por el fiscal Ocariz se sospecha que recibió 15 mil pesos por la maniobra–un promedio de tres mil pesos por persona–.
El agente fue aprehendido por el delito de cohecho, aunque la calificación legal que el fiscal Ocariz puede escoger para imputarlo es la de defraudación, ya que el perjuicio fue generado a los organizadores del evento. Básicamente, Vieyra cobraba la coima en forma de entrada, un boletero de uniforme. Así, en la seccional 10ª se lo fichó, se le tomaron imágenes, se secuestró su pistola reglamentaria y su celular.
El policía, que podría ser imputado en las próximas horas, realizaba tareas dentro de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de acuerdo a las primeras actuaciones realizadas en la comisaría. La AIC es un sector clave de la Policía santafesina: se desempeña en investigaciones complejas y protagoniza allanamientos a grandes narcos.
Hay casos similares en la historia provincial reciente, donde la policía corrupta, en vez de embolsar unos pocos pesos, muestra su vínculo con las estructuras mafiosas. El 6 de abril pasado, Axel Telliz, otro suboficial santafesino, fue condenado por haber recibido 50 mil pesos de la presunta banda narco de Brandon Bay a cambio de liberar a dos integrantes de la supuesta organización que estaban en esa seccional de la zona oeste.
Además, en la actualidad se desarrolla el juicio provincial contra el capo mafioso Esteban Lindor Alvarado, donde siete policías ya fueron condenados como integrantes de una asociación ilícita: la lista la integran Jorgelina Cháves, Luis Quevertoque, Martín y Marcelo Rey, Javier Makhat, Pablo Báncora y Cristian Ariel Di Franco. En esa causa, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra explicaron que esos uniformados recibieron terrenos, departamentos y dinero como forma de pago para “aportar impunidad” a la organización.
Los casos recientes en la provincia de Buenos Aires también sorprenden. El jueves pasado, un jefe de una seccional de La Matanza fue detenido por la división Antisecuestros de la PFA, en una causa a cargo del fiscal federal Sebastián Basso, con la colaboración del área de Asuntos Internos de la Bonaerense misma.
Nazareno Damián Barragán, subcomisario, cabeza de la Comisaría 9° de La Matanza Oeste, fue arrestado por retener a dos jóvenes que habían sido arrestados por tenencia de marihuana y exigirles una coima para no formar una causa en su contra. Primero, empezó ambicioso. Pidió 20 mil dólares. Luego, bajó las pretensiones. Se conformó con 100 mil pesos. Al final, Barragán -de 39 años, miembro de la fuerza provincial al menos desde 2012- no cobró nada. Los propios amigos de las víctimas lo delataron: los detenidos fueron obligados a llamarlos para hacer una “vaquita” para pagarle a la Bonaerense.
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