El fiscal Jorge Sebastián Fitipaldi, de la UFI de Rincón de Milberg pidió al juez de Garantías Diego Martínez que Joaquin Duhalde Bisi, el joven de 20 años que borracho mató a dos amigos en un choque en Tigre, vaya a juicio por el delito de “doble homicidio y homicidio culposo agravado por la conducta imprudente, negligente y antirreglamentaria”.
En el requerimiento de elevación a juicio del caso contra Duhalde Bisi y al que accedió Infobae, el fiscal Fitipaldi lo acusa por conducir con un nivel de alcoholemia superior a un gramo por litro de sangre y por la pluralidad de víctimas fatales.
Ese 9 de mayo de 2021, aproximadamente a las 03.50, Duhalde Bisi manejaba el auto marca Audide su padre. Junto a él iban tres amigos: Franco Rossi y Joaquín Alimonda fallecieron en el acto cuando el coche se estrelló contra una columna metálica en el Camino de los Remeros. El cuarto ocupante del coche resultó ileso: Mateo “Colo” Lezama.
Tras el accidente, el resultado de la alcoholemia que registró Duhalde Bisi fue de 1,39 gramo por litro de sangre, casi el triple de lo permitido. También se sospechaba que iba a exceso de velocidad.
Duhalde Bisi, Lezama y las víctimas, Rossi y Alimonda, eran amigos de toda la vida: habían ido juntos al Colegio Santa Teresa de Tigre, y entre todos formaban un grupo unido.
Rossi iba en el asiento del acompañante del conductor y Alimonda se encontraba en el asiento de atrás de Duhalde Bisi. Mateo Lezama iba también en la parte trasera del vehículo y se salvó. El accidente quedó registrado por las cámaras de seguridad: la violencia del impacto produjo que el guardarrail se desprendiera: ingresó por la rueda derecha y atravesó el auto de arriba hacia abajo y hacia la izquierda.
El accidente fatal sucedió en un horario en el que por aquel entonces estaba prohibido circular, tanto por la provincia como por la Ciudad de Buenos Aires, ya que estaban rigiendo aún las restricciones por la pandemia del coronavirus.
En su pedido de elevación a juicio, Fitipaldi destacó que Duhalde Bisi, sumado a que había ingerido alcohol, circulaba a una velocidad aproximada entre 140 y 165 km/h previo al hecho, por lo que “era imposible mantener el control del rodado, como así también cualquier posibilidad de reacción ante las rotondas y curvas que posee el camino”.
Para el fiscal, el imputado “internalizó la posibilidad” de un desenlace trágico “dadas las características del lugar en donde circulaba, y de las condiciones bajo las que conducía”, pero “le resultó indiferente y aceptó la posibilidad de su ocurrencia”.
“La temeraria conducta desplegada demuestra un estado de certeza del eventual resultado lesivo. Dicho comportamiento indefectiblemente hacía prever el resultado ocurrido en autos, y la adhesión o aceptación de este por parte del imputado Duhalde Bisi resulta irrefutable. El imputado mantuvo dicha conducta hasta el desenlace señalado; demostrándose así la indiferencia ante el probable resultado; aceptando el mismo, cuya posibilidad -destaco, en virtud de la zona y velocidad apuntada- estuvo en él representada. Por ello, el homicidio ocurrido en autos, debe analizarse a la luz del dolo eventual”, consideró.
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