En los tribunales de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba, comenzará este martes la octava semana del juicio por el crimen de Nora Dalmasso, cometido en esta ciudad en el año 2006, el cual lo tiene al viudo de la víctima, Marcelo Macarrón, como único imputado.
El debate, que comenzó el 14 de marzo pasado, continuará este martes, desde las 9.00, con la recepción de nuevas pruebas testimoniales, luego de que en las 20 audiencias anteriores declararan unos 51 testigos del caso, lo que representa el 17% de los casi 300 que estaban previstos.
En el marco de este proceso, Macarrón, médico traumatólogo, está acusado como presunto instigador del delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, calificación legal que contempla prisión perpetua.
La acusación fiscal concluye que en una fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
La semana pasada, el bioquímico Néstor Gutiérrez, que fue coordinador de la Policía Científica del Ministerio Público Fiscal de Córdoba cuando ocurrió el asesinato de Dalmasso, declaró frente al jurado popular que se armó para este juicio que, si bien los profesionales del organismo en el que trabajaba no fueron convocados para recolectar las muestras biológicas en la escena del crimen, sí analizaron luego las evidencias que fueron levantadas en la casa del country Villa Golf de Río Cuarto. Además, confirmó que en el lugar no fueron hallados restos orgánicos como para elaborar un ADN del atacante.
El abogado Marcelo Brito, defensor de Macarrón, le preguntó al bioquímico si luego de analizar las muestras encontró indicios de semen o de patrón genético, el profesional respondió que no encontró “absolutamente nada”, tal como ya había declarado en la etapa de instrucción de la causa.
Otro de los testimonios que se escucharon durante esa jornada fue el de Marcos Bárzola, uno de los obreros que realizaba tareas de pulido de piso en la vivienda de la víctima a la fecha del crimen. Dijo que vio a Nora una sola vez y que el contacto con ella lo tenía su jefe.
Bárzola recordó que cuando fue a trabajar el sábado 25 de noviembre de 2006 -cuando la víctima ya estaba muerta-, no le atendieron el timbre y que regresó a su casa, y que en una oportunidad allanaron su vivienda en búsqueda de un celular.
También declaró José Stinson, un amigo de la adolescencia de Macarrón y de la víctima, quien manifestó que siente un “enorme dolor por lo que atraviesa él y la familia de Nora”, y reprochó el rol de la prensa con el caso, al sostener que “ventila un montón de cuestiones que no tiene nada que ver con lo que pasó”.
Por su parte, la familia Macarrón apunta contra agropecuario Miguel Rohrer, a quien señalan como el verdadero autor del homicidio: “Nunca fue investigado; pese a los muchísimos indicios y fundamentos y conversaciones que hemos tenido con verdaderas amigas de mi mamá, a quienes ella sí les contaba sus intimidades; pensamos que puede haber sido.”, sostuvo Facundo, el hijo de la víctima, en una entrevista a Infobae en la que respaldó la inocencia de su padre.
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