Un diseñador gráfico de 41 años y su cómplice, otro hombre de 52, fueron detenidos por la Policía Federal Argentina en los últimos días en la ciudad bonaerense de San Nicolás de los Arroyos, acusados de fabricar, comercializar y distribuir chapas patente y documentación trucha para autos y motos robados.
Todo comenzó con una investigación de los efectivos de la División Delitos Contra el Automotor de la PFA -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- que, siguiendo el camino que hacen los autos robados hasta ser insertados en el mercado como vehículos “mellizos”, llegaron hasta esa ciudad del extremo norte de la provincia de Buenos Aires.
Ahí, de acuerdo a los primeros datos que recabaron los detectives, estaba la “base de operaciones” y virtual showroom de material clandestino de un hombre que aparentemente trabajaba en la fabricación de patentes de modelos viejos y nuevos para autos y motos de origen ilegal.
Con esta información preliminar, los investigadores se contactaron con la Fiscalía Federal de San Nicolás, a cargo del fiscal Wenceslao Insúa, y el Juzgado Federal N° 2 de San Nicolás, a cargo del juez federal Carlos Villafuerte Ruzo, que tomaron intervención en el caso y dispusieron una serie de órdenes de allanamiento que la PFA concretó el jueves pasado por la tarde.
En el operativo dos hombres fueron detenidos en sus domicilios y afectados a la causa. Se trata de Alejandro Aldo Alcaraz, un diseñador gráfico de 41 años oriundo de San Nicolás, identificado en la investigación como el fabricante y distribuidor de patentes, cédulas y documentación apócrifa y su cómplice, Cristian Javier Ponzi, de 52, también vecino de la ciudad, apuntado como el encargado de “colocar” las chapas en los distintos autos y motos.
Además, en los domicilios particulares de los acusados se encontraron 50 chapas patente listas para ser distribuidas, 100 tarjetas plastificadas utilizadas para la confección de cédulas verdes de autos y motos, 75 planchas plásticas similares a las que utiliza la Dirección Nacional de Registros Nacionales de la Propiedad Automotor y una moto Yamaha con la documentación acorde a su patente.
También pegamentos, tintas, herramientas y maquinaria utilizada para el corte de la documentación, varias impresoras y computadoras con software y programas de diseño, documentación apócrifa de distintos autos y motos lista para ser entregada, un sello foliador con la inscripción “United States Federal Reserve System”, el banco central de los Estados Unidos, y cuadernos con información de interés para la causa.
Alcaraz y Ponzi quedaron ahora a disposición de la Justicia Federal de San Nicolás en una causa por el delito de falsificación de documentación automotor.
La venta de autos mellizos es una estafa que crece cada vez más no sólo en Buenos Aires sino en todo el interior del país, y que tiene detrás una operatoria sofisticada.
La dinámica en general se repite: los delincuentes obtienen distintos vehículos robados y luego adultera las numeraciones registrales para volver a introducirlos en el mercado legal mediante engaños en todo el país. Estas estafas proliferan en el mundo online y tienen como víctima en general al ciudadano que dispone de una suma de dinero en el momento e intenta adquirir un vehículo a buen precio y de buena fe.
“Por lo general este tipo de delitos de autos mellizos tienen detrás dos bandas de delincuentes: una más chica que se encarga del robo del auto y otra un poco más grande, más específica, que se encarga de confeccionar e imprimir la documentación falsa que va a acompañar la venta, que suele hacerse por internet”, explicaba meses atrás a Infobae Javier Miglino, abogado especialista en delitos de falsificación.
Los robos suelen ser a mano armada, porque el objetivo es obtener la llave, y en general de vehículos en buen estado, modelos recientes y vendibles. Después, los autos se “enfrían”: quedan abandonados en algún punto sin riesgo para descartar que alguien lo esté rastreando o que cuente con rastreador de una empresa de seguridad.
En ese momento, la segunda banda delictiva bucea las bases de datos de los registros automotores en busca de otro auto del mismo modelo y mismo año que tenga seguro, libre deuda y papeles al día y falsifican la documentación.
El título de propiedad, la cédula verde, formularios 08 y certificado de dominio se entregan con los datos del auto clonado, pero con números de motor y chasis del robado para evitar sospechas. Las ventas luego se concretan en días y horarios en los que los registros ya estén cerrados, por lo cual la estafa se hace evidente una vez que el cliente vaya al día o la semana siguiente a terminar el trámite. Para entonces, el estafador ya escapó con el dinero.
Según los datos más recientes de la Dirección Nacional de Registros Nacionales de la Propiedad Automotor y Créditos Prendarios (DNRPA) el Volkswagen Gol tradicional es el auto más elegido por los delincuentes, seguido por el mismo vehículo en su versión Gol Trend.
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