Un policía de la Ciudad retirado fue asesinado este lunes por dos “motochorros” que intentaron robarle cuando acompañaba a su hijo a tomar el colectivo en la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown. Según la esposa de la víctima, su marido periódicamente iba hasta la parada por los hechos de inseguridad que se sufren en el barrio: “Él defendió a su hijo. Lo único que le interesada en ese momento”.
El crimen ocurrió esta mañana, cerca de las 6.30, cuando Juan José Alajarín, de 58 años, salió de su domicilio familiar, ubicado en Teniente Craig al 800, junto a su hijo de 23, quien se dirigía al trabajo. Luego de caminar dos cuadras, cuando estaban en el cruce con la calle Pedro Belou, ambos fueron abordados por dos motochorros, que los amenazaron con fines de robo.
En ese momento, Alajarín se identificó como personal policial y extrajo su arma. Pero no llegó a usarla: el oficial segundo retirado fue rematado de dos disparos en presencia de su hijo por uno de los delincuentes que, finalmente, escapó con su cómplice sin concretar el asalto.
Tras un llamado al 911, personal de la Comisaría 7ª de Almirante Brown se hizo presente en el lugar: el cuerpo de Alajarín yacía tendido en el piso. Es que, el ex policía no alcanzó a ser asistido por el SAME. Falleció en el acto.
“No le dieron tiempo a identificarse como policía. Él defendió a su hijo. Lo único que le interesada en ese momento”, declaró ante la prensa la esposa de la víctima, de nombre Andrea.
De acuerdo al primer informe policial, la víctima recibió dos disparos en el pecho. Sin embargo, según indicaron fuentes de la investigación a la agencia Télam, todavía se aguarda que se realice la autopsia.
En la escena del crimen, los investigadores hallaron el arma que llevaba el policía retirado, una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros, que tenía en su cargador siete municiones y que fue secuestrada para peritajes por orden del fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción N°1 de Lomas de Zamora, Javier Gramajo, a cargo de la causa.
Además, a unos 50 metros de la escena del crimen, por la calle Teniente Craig, encontraron otros elementos tirados, como ropa, dinero y documentación. Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que todos estos objetos habían sido robados por los motochorros y que los descartaron en la huida. Escaparon en una moto negra.
El caso es investigado como “homicidio”, mientras que el personal policial se encuentra abocado al análisis de imágenes tomadas por las cámaras de seguridad particulares y municipales de esa zona con el fin de identificar y arrestar a los sospechosos. El fiscal, en tanto, dispuso tomarle declaración al hijo de la víctima.
Juan José Alajarín se había retirado de la Policía de la Ciudad el 1° de enero de 2019 y su último destino fue en el Grupo Auxiliar de Oficiales Superiores (GAOS), donde se desempeñó como oficial segundo. Antes había sido Policía Federal pero luego fue traspasado a la Fuerza porteña.
El crimen de Alajarín generó consternación en el barrio donde varios vecinos se salieron esta tarde a la calle a exigir mayor seguridad, entre ellos, la propia esposa de la víctima. “Lo único que pido es Justicia por mi marido, y que respeten el dolor de la familia. Él era una persona buenísima. Que le pase esto es muy injusto. No puedo creer que ya no tengo más a mi marido”, expresó la mujer.
Según Andrea, su esposo acompañaba a su hijo a tomar el colectivo todas las mañanas “por la inseguridad”. “Acá es tierra de nadie. Las cámaras que hay no graban”, sostuvo la mujer, quien residió en el barrio prácticamente toda su vida.
Y agregó: “Quiero ver la cara de los asesinos de mi marido y que se pudran en la cárcel. Destruyeron a una familia. Pedimos seguridad, más cámaras y más apoyo policial. Que pasen los patrulleros”.
El último caso de un miembro de una fuerza de seguridad, activo o retirado, asesinado por delincuentes en una salto cometido este año en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ocurrió a principios de abril en la localidad de José C. Paz, en el Noroeste del Conurbano.
En esa ocasión, Hugo Daniel Báez (33), cabo del Cuerpo de Guardia de la Infantería de la Policía Federal, murió tras recibir dos balazos efectuados por un delincuente que lo abordó con intenciones de robo cuando se encontraba en una parada de colectivos en el cruce de la avenida Derqui y Somellera.
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