Después de entregarse este viernes en la sede del Instituto de Menores Inchausti de la calle Perón al 2048 y de negarse a declarar ante el fiscal Mauro Tereszko y la querella, la jueza de Menores Carla Cavalliere dictó la prisión preventiva de C., el joven de 17 años que golpeó y dejó inconsciente al playero del estacionamiento del barrio porteño de Monserrat en noviembre del año pasado.
En la audiencia, el imputado se negó a responder preguntas tanto del fiscal como de la abogada Mirian Luna, ex pareja de la víctima, y representante legal de la familia en la causa. Sin embargo, las fuentes consultadas por Infobae señalaron que el imputado pidió declarar ante la magistrada y dar su versión de los hechos.
El joven en ningún momento negó la salvaje agresión que quedó registrada por dos cámaras de seguridad, pero sí la justificó: le dijo a la jueza que momentos antes de atacar a traición al playero Arturo López (66), éste supuestamente lo había discriminado por ser miembro de la comunidad gitana. Luego de escuchar las explicaciones del agresor, la jueza aceptó el pedido de Tereszko y dictó la medida preventiva.
Otro de los datos de la causa que recabó este medio es que el menor, que permaneció prófugo más de 5 meses, está acusado del delito de lesiones gravísimas y deberá permanecer detenido al menos por los próximos 60 días. En ese sentido, desde la Justicia explicaron que la intención de la magistrada es mantener el expediente bajo esta calificación, ya que si se agrava a tentativa de homicidio -como pretende la familia de la víctima- el caso pasaría a la órbita de la Nación y el poder judicial de la Ciudad de Buenos Aires perdería competencia.
Además, si la investigación pasa al fuero nacional, indicaron las fuentes, el juicio tardaría más tiempo en concretarse y el imputado podría quedar en libertad. En cambio, de seguir caratulado como lesiones gravísimas, el caso se trataría en la Capital Federal y el debate se llevaría a cabo en no más de tres meses.
Por lo pronto la investigación sigue y ahora se centra también en qué pasó durante los últimos cinco meses en los que el agresor se mantuvo prófugo. Según publicó la agencia Télam, C. estuvo oculto en una comunidad gitana de General Rodríguez. Respecto a esta versión, las fuentes explicaron a este medio que esa localidad bonaerense, junto a Moreno, fueron los lugares donde más allanamientos se realizaron para dar con él. Los investigadores apuntaron a esa zona a raíz de que las celdas de los celulares y las escuchas telefónicas indicaban que podría estar en ese lugar. De igual forma todavía faltan pericias para confirmar fehacientemente si recibió ayuda de esa comunidad para permanecer fuera del ojo de la Policía.
Tal como informó este medio, el acusado se entregó ayer poco después de la medianoche. Tanto las fuentes judiciales como la familia del empleado del estacionamiento indicaron que el principal motivo para ponerse a disposición de la Justicia es un eventual beneficio durante el proceso. Como el 11 de mayo próximo el sospechoso cumple 18 años, si no se entregaba en estos días, estaba todo listo para pedir orden de captura a Interpol y mostrar su rostro porque dejaría de ser menor. El tiempo le jugaba en contra.
El salvaje episodio ocurrió el 19 de noviembre pasado cuando el menor, luego de quejarse porque su auto estaba rayado, le propinó un golpe de puño en la cara al empleado del estacionamiento, un hombre de 66 años que todavía sigue internado en un hospital de la Ciudad para tratar de superar las secuelas que le dejó la agresión. Concretamente, C. estuvo prófugo desde el 26 de noviembre luego de que la Justicia emitiera la orden de captura.
Mientras el imputado permanecía en libertad, la víctima pasó los últimos cinco meses en un sanatorio porteño, para someterse a una “rehabilitación física y cognitiva”. Infobae dialogó ayer con Florencia, la hija mayor del playero, quien dijo que la entrega ante la Justicia no obedece a un arrepentimiento genuino sino al simple hecho de amenguar la pena por su condición de menor de edad.
“Creo que es parte de una estrategia de esta familia de nefastos para empezar a aminorar la pena aún más. Como es menor de edad y pareciera que no cometió ningún crimen”, dijo la joven a este medio minutos después de enterarse de que el joven se había entregado. “Está a días de cumplir la mayoría de edad por lo cual me da la sensación de que no es que haya recapacitado o que se arrepintió, sino que no le quedó otra”, agregó.
La justificación del imputado ante la jueza le dio la razón a la familia.
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