Un policía de Rosario que se desempeñaba en la Sección Balística fue imputado por haber vendido armas de su lugar de trabajo a sospechosos que integran una presunta banda narco de la zona Noroeste de la Ciudad y que está ligada a Los Monos. En concreto, los fiscales lo acusaron de haber cambiado diez pistolas de diversos calibres y más de 100 municiones por una moto Honda Tornado XR roja que tenía los guarismos adulterados. Después de que el juez ordenó que quede detenido preventivamente por 90 días, la madre se acercó a saludarlo y le dio una bofetada en el rostro tras decirle: “Me decepcionaste como madre”.
El suboficial Juan Carlos Belotti, de 21 años, fue imputado en la tarde de este martes por los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y David Carizza de la Agencia de Criminalidad Organizada. Le atribuyeron haber hecho un trueque con las armas –de calibre .22, .40, .45, .380 y 9 milímetros– con el cuñado de un presunto narco del barrio Empalme Graneros, una de las zonas más calientes en materia de venta de droga y de homicidios de Rosario.
Según expusieron los fiscales, el motivo del cambio de armas por el vehículo habría sido porque el suboficial y el cuñado del presunto narco se conocían por concurrir al mismo gimnasio, que está situado en Juan José Paso al 5200. Los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación añadieron que el policía imputado había ingresado a la Sección Balística hacía dos meses, y hacía cuatro que había entrado a la fuerza de seguridad de Santa Fe.
El caso destapó un verdadero revuelo institucional al punto tal de que, por orden de la fiscal regional María Eugenia Iribarren, todos los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación ya no trabajarán con la Sección Balística de la Agencia de Investigación Criminal, que depende de la provincia de Santa Fe.
En paralelo, la jefa de fiscales de Rosario pidió a Gendarmería Nacional hacerse cargo de las cuestiones balísticas hasta que finalice un inventario en el depósito de armas que está ubicado en el predio de la Jefatura de la Policía de Rosario. Es que, si bien este martes se acusó al suboficial de haber robado diez armas, los investigadores sospechan que en esa suerte de depósito faltan muchas más.
Para llegar a la imputación, los fiscales partieron del hallazgo de las armas, que fue el miércoles de la semana pasada en una propiedad de Garzón al 900 bis, en la zona Noroeste. Allí, se hizo un operativo como consecuencia de las imágenes que subía un joven a sus historias de Instagram en las que exhibía frascos de marihuana y una gran cantidad de pistolas sobre su cama.
El joven en cuestión es Omar Lautaro Greco, de 30 años, y está vinculado a cabecillas de Los Monos en barrio Empalme Graneros. Fue imputado el viernes de la semana pasada y quedó preso tras ser acusado por el secuestro de 11 armas de fuego en su casa con sus respectivos cargadores, municiones y tres frascos con flores de marihuana.
De las 11 pistolas, los fiscales pudieron constatar que diez habían sido sacadas por el policía Belotti de la Sección Balística de la AIC –situada en el predio de la Jefatura de la Policía–, quien se las dio al cuñado de Omar Greco a cambio de la moto. El vehículo fue incautado en la casa del agente y fue enviada a peritar, ya que desde un primero momento no saltó en el registro un pedido de captura por robo.
En tanto, el cuñado de Omar Greco fue detenido este lunes y va a ser llevado a audiencia imputativa este miércoles.
Que el delito lo haya cometido el policía Belotti, de acuerdo a la recolección de testimonios de los fiscales, fue hasta una cuestión azarosa, ya que no había inventario, control ni orden en el lugar donde debían estar secuestradas y con la respectiva cadena de custodia las armas de fuego que son llevadas allí tras órdenes judiciales.
Un policía de la Sección Balística que señaló: “Estoy trabajando con una causa compleja. Un día llego y veo que estaba todo desordenado. Lo primero que hago es controlar el material que estaba trabajando y estaba todo bien. Me voy a las cámaras y reviso la filmación. Vi que en la noche anterior a mi guardia había estado este muchacho Belotti, y otro de los nuevos, manipulando todo el material que estaba dentro de la oficina. Sacaban las cosas, las armas, se sacaban fotos y movían los secuestros”.
Otro agente comentó que “no hay personal fijo para recibir los secuestros” de las armas en esa sección y que esa oficina “no queda bajo llave”.
Una vez que los fiscales terminaron de realizar la acusación y el juez Héctor Núñez Cartelle dictó la detención del policía Belotti, la mamá del suboficial –que presenció la audiencia– preguntó si se podía acercar a saludar a su hijo. La mujer se arrimó y le pegó una cachetada a mano abierta después de decirle: “Me decepcionaste como mamá”. Por supuesto, hubo un tenso silencio en toda la sala del Centro de Justicia Penal.
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