El abogado Daniel Lacase, ex representante legal de Marcelo Macarrón y al que varios testigos señalan como quien desvió la investigación por el crimen de Nora Dalmasso en 2006, negó este martes en el juicio al viudo haber sido el vocero del imputado aunque reconoció haberse excedido al aportar detalles de lo sucedido en el country Villa Golf de Río Cuarto, Córdoba, a la prensa en aquel momento .
Al declarar como testigo en la 18ª audiencia del juicio por jurados que se le sigue al viudo por el femicidio de su esposa, Lacase (67) admitió que fue él quien insistió en que “se investigara” como sospechosos a quienes habían participado de un asado la noche previa al crimen, entre ellos, el entonces secretario de Seguridad provincial, Alberto Bertea, y su asesor Rafael Magnasco.
“Yo insistí con que se investigara esa noche. Que se investigara toda la noche de Rio Cuarto”, sostuvo el abogado, en referencia a un encuentro realizado el 24 de noviembre del 2006 en la casa de Nicolás Curchod, del cual participaron Bertea y Magnasco.
En el transcurso de este proceso de enjuiciamiento algunos testigos habían apuntado a Lacase como el responsable de instalar ante los medios a Magnasco como amante de Nora como una maniobra que perseguía dañar a su adversario político: Bertea. Como consecuencia de ese rumor, ambos tuvieron que renunciar a sus funciones, incluso más adelante también tuvo que hacerlo el entonces ministro de Gobierno del gobernador José Manuel de la Sota, Sergio Busso.
El ex abogado contó ante el tribunal técnico de enjuiciamiento y los jurados que, dos días antes del femicidio, se enteró “del rumor de que Nora tenía un romance con Magnasco”, y que desde la misma Fiscalía que investigaba el caso “decían que fue Magnasco” el asesino. Luego, Lacase afirmó que “nunca” fue vocero de Macarrón, que “todas las opiniones fueron a título personal”, aunque reconoció que se excedió “con ayudar” al viudo “con la prensa”.
En otro tramo de su testimonio, el abogado narró que fue él quien le avisó a Macarrón lo que le había pasado a su esposa mientras el viudo participaba de un torneo de golf en Punta del Este. “Le dije a Marcelo ‘abrázame’; me abraza y le dije: ‘Norita está muerta’, o algo así. Marcelo se cae, estaba como desencajado en ese momento, lloraba como cualquier persona que pierde un ser amado”, dijo.
Cuando Macarrón se enteró del crimen estaba “devastado”, recordó y amplió: “No ha tenido respiro en 16 años. Marcelo es un buen tipo. Es buen médico y buen compañero”. Lacase, junto a Rubén Tirso Pereyra y Benjamín Sonzini Astudillo, integraba el equipo de letrados asesores que trabajaban conjuntamente para el viudo en una de las etapas de la investigación.
En su relato, y entre lágrimas, manifestó que durante la etapa de instrucción de la causa “han pasado muchas cosas”, y entre esas situaciones dijo que su hija Agostina fue “amenazada” por alguien que le dijo que le iba a hacer “lo mismo que le hicieron a Norita”.
El fiscal Rivero le preguntó a Lacase si conocía de una supuesta relación entre Nora y el empresario Miguel Rohrer, pero el letrado contestó, que por lo que él sabía, había una “relación familiar, normal” entre ambos.
Tanto Lacase como Rohrer están señalados por los hijos de Macarrón, Facundo y Valentina, como sospechosos del crimen de Nora, aunque no necesariamente como autores materiales sino como personas que podrían conocer cómo ocurrió el crimen y quiénes son los autores, además de desviar la investigación para proteger a los responsables.
En la apertura de la 7ª semana del juicio, también declaró el médico cardiólogo Roberto Ernesto Cagnolatti (81), compañero de Macarrón en la Clínica Regional Sud. Luego de estos dos testimonios, el Tribunal de la Cámara 1ª del Crimen de Río Cuarto pasó a cuarto intermedio hasta mañana para continuar con la recepción de pruebas testimoniales.
El debate oral por el femicidio de Nora tiene al viudo Macarrón como único acusado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”. El fiscal Luis Pizarro, el último que investigó y elevó a juicio la causa, consideró que el crimen pudo estar motivado por “desavenencias matrimoniales y cuestiones económicas”.
Al respecto, el fiscal consideró que Macarrón “con personas aún no identificadas planificó dar muerte a su esposa Nora Dalmasso”, para lo cual proporcionó “al asesino las llaves o la inteligencia para ingresar sin forzar la cerradura de la casa, información y movimientos, y asegurando un espacio de tiempo en el que se hallaba sola, sin ningún otro integrante de la familia”.
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