Este fin de semana, una de las esquinas centrales de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño se convirtió en el escenario de un baño de sangre: dos hombres -uno de ellos un histórico miembro de la banda del temible capo narco “Marcos” Estrada González- murieron acribillados y un tercero resultó gravemente herido al ser atacados a balazos desde dos motos.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, se trata de Jhon Henry Sosa Farfán, un reconocido dealer doblemente condenado por su participación en la organización criminal liderada por “Marcos” Estrada González, el mayor narco de la historia porteña, condenado a fines de 2020 a 24 años de prisión junto a otros 50 integrantes de la banda que en el momento de auge de sus más de 20 años de control en la zona llegó a recaudar unos 14 millones de pesos por mes.
Farfán, con domicilio registrado en Villa Soldati, a unas 25 cuadras de la esquina donde fue acribillado, había sido expulsado del país en junio de 2014, tras una primera condena a seis años de prisión, pero fue nuevamente detenido por la Policía Federal en marzo de 2015 mientras vendía sustancias estupefacientes en el denominado “Puesto San Juan”.
Por este hecho fue declarado reincidente y se le impuso una pena única de nueve años de prisión: estuvo encerrado en el penal de Senillosa, en el penal de Neuquén, donde cursó la escuela primaria: en 2019 aprobó sexto y séptimo grado, así logró acortar su tiempo para acceder a beneficios. En 2018, las juezas Ana María Figueroa y Ángela Ledesma de la Cámara Federal de Casación Penal rechazaron en esa oportunidad un recurso pedido por su defensa para recibir el beneficio del extrañamiento y salir del país. Las juezas de la Cámara ordenaron que esta vez cumpliera la sentencia en el país. Según documentos judiciales, ya había recibido otro extrañamiento años antes.
El feroz ataque sicario ocurrió el sábado por la noche, cerca de las 22, en el cruce de las avenidas Riestra y Coronel Esteban Bonorino, a apenas dos cuadras del estadio de San lorenzo, en una zona céntrica y de alto tránsito del asentamiento también conocido como Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli.
A esa hora, de acuerdo a información policial, al menos cuatro personas que circulaban a bordo de dos motos pasaron frente de un grupo de personas que estaban reunidas en la calle -a apenas 100 metros del puesto de la Gendarmería Nacional Argentina- efectuaron varios disparos y luego escaparon a toda velocidad.
Al oír las detonaciones, según datos de Télam, os transeúntes que circulaban por la zona comenzaron a correr en distintas direcciones para ponerse a resguardo, mientras que la GNA alertó de lo ocurrido a la Policía de la Ciudad. En el lugar, efectivos de la Comisaría Vecinal 7A encontraron tendidos en el piso y con heridas de bala a tres hombres -todos de nacionalidad peruana- por lo que solicitaron asistencia del SAME.
Dos de las víctimas, Sosa Farfán y un joven de 23 que estaba junto a él y aún no fue identificado, ya habían muerto a raíz de los disparos. El tercero, otro joven de 20, fue trasladado de un auto particular hasta el Hospital Piñero, donde fue operado y continúa internado en terapia intensiva y coma farmacológico.
La investigación del doble crimen quedó ahora en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 19, a cargo del fiscal Martín Mainardi, que dejó a cargo de los peritajes al personal de GNA. Los peritos que trabajaron en la escena del crimen secuestraron en total 11 vainas servidas, 5 proyectiles y varias prendas manchadas con sangre.
Los crímenes ciertamente no ocurren en un vacío.
A principios de abril tras una investigación de la PROCUNAR, el ala de la Procuración encargada de investigar delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias, junto al fiscal federal Eduardo Taiano, la Policía Federal llevó a cabo una redada de 26 allanamientos en la 1-11-14 y varios puntos del conurbano que terminó con seis detenidos y 23 kilos de cocaína incautados.
El asentamiento ya había sido allanado en octubre y septiembre del año pasado, cuando se produjo la caída de de “Pantro” Quispe Arnao, el nuevo capo de facto, hoy preso y procesado, con un fuerte arsenal a disposición.
Este viernes, apenas 24 horas antes de la presunta emboscada a Farfán Sosa, el juez federal Ariel Lijo había procesado con prisión preventiva a uno de los líderes y seis integrantes -cinco hombres y una mujer- de una banda dedicada al almacenamiento, fraccionamiento y distribución de cocaína, marihuana y pasta base a través de un sistema de turnos en un territorio de 7 hectáreas conocido como “El Sector de los Peruanos”, que comprende a las manzanas 15, 25 y 31 con al menos tres puntos de venta.
Según informó el Ministerio Público Fiscal porteño en un comunicado, en base a las pruebas recolectadas durante más de 100 procedimientos se pudo establecer que los siete procesados -que se suman a otras doce que esperan ser juzgadas en la misma causa- pertenecerían justamente a la organización narcocriminal que encabezaba Estrada Gonzáles.
En esta investigación, un imputado colaborador, un arrepentido, brindó información que fue clave para montar el nuevo rompecabezas y rearmó la trama de nombras.
De acuerdo a ese dato, Fernando Estrada González, alias “Piti”, hermano de “Marcos”, controlaría un turno de venta. El turno de “Pantro” habría quedado en manos de “Marcos” mismo, una versión que no termina de quedar clara para la Justicia y, como hipótesis adyacente, “Dumbo” Martínez Maylli, el capo prófugo del barrio Mugica de Villa Lugano, también habría desembarcado en la villa a pesar de estar buscado por la Justicia.
El imputado colaborador aseguró, según documentación de la causa a la que accedió Infobae, que la banda se estaría manejando en tres turnos rotativos de 15 días consecutivos que terminan los días jueves y se renuevan al día siguiente. Adjudicó a “Marcos”, a “Piti” y a “Dumbo” roles de responsabilidad y dio ocho nombres y alias de quienes serían los subjefes a cargo del control.
Fuentes en la Justicia federal revelaron a este medio que la segunda víctima fatal en el crimen era un hombre ligado a “Dumbo”.
Entonces, ¿cuál es la hipótesis? Para investigadores en el terreno la posibilidad es doble: “O se la dio la gente de Pantro, o se la dieron entre ellos”.
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