Mientras Arturo López (66), el playero de un estacionamiento de Monserrat agredido el 19 de noviembre de 2021 tras una discusión con un cliente, continúa internado; Carlos Manuel A., el adolescente de 17 años que lo golpeó, sigue prófugo desde el 26 de noviembre último, cuando el fiscal Penal, Contravencional y de Faltas a cargo de la causa, Mauro Tereszko, solicitó su inmediata detención.
Este domingo, a poco más de cinco meses del ataque, el padre del sospechoso aseguró que su hijo está oculto en Uruguay y defendió su accionar con un insólito argumento. “Mi hijo solamente respondió ante un hostigamiento. Él era un tipo grande que se dedicaba a molestar a criaturas. Ahora, las criaturas tienen que estar pagando los platos rotos”, sostuvo Javier A. en diálogo con la agencia Télam.
El papá del prófugo explicó que su hijo no se presentó ante la Justicia porque no tiene “garantías jurídicas” y apuntó contra la familia del playero, quien todavía se encuentra “en estado delicado” en el Centro Médico Fitz Roy, del barrio porteño de Villa Crespo.
“La familia de este tipo nos inició juicio en lo civil. Las hijas de esta persona me nombraron. Me pregunto: ‘¿En qué estoy imputado para que me nombren?’. Obviamente les interesa la plata”, indicó Javier A., quien dijo desempeñarse como changarín, y sostuvo que “no tenía ni un peso”.
En enero pasado, la fiscalía hizo un pedido para que se pueda difundir la identidad del imputado, que es menor: es decir, dar nombre y apellido completo y fotos recientes. También se propuso ofrecer una recompensa, pero fue rechazado.
“Hasta ahora la Justicia tomó todas las medidas para proteger a este delincuente. No se sabe nada de él. Pero, en pocos días, cumple la mayoría de edad y, por lo tanto, ya no nos van a prohibir difundir sus imágenes”, dijo este domingo a Infobae Mirian Luna, ex pareja de la víctima, y representante legal de la familia en la causa que investigan la jueza Carla Cavallieri y el fiscal juvenil Mauro Tereszko.
Una de las principales hipótesis de los investigadores es que el sospechoso habría sido refugiado por miembros de la comunidad gitana. Habrá que ver si ellos fueron quiénes los ayudaron a llegar a Uruguay, y si realmente está en Uruguay como dijo su padre.
“Mi hijo se lamenta y quisiera volver el tiempo atrás. Yo también ya quiero que se termine esta causa. Trato de seguir el estado de salud del hombre: hago que me digan cómo está”, finalizó el padre del adolescente.
Oriundo de Curuzú Cuatiá, al Sur de Corrientes, Arturo López terminó su carrera militar en el Ejército en 2008. Como no quería jubilarse, accedió al empleo en el garaje ubicado en la calle Moreno al 800, en el barrio porteño de Monserrat. “Lo tomaba como una distracción”, había contado a este medio Luna.
De momento, el hombre de 66 años sigue internado y con “rehabilitación física y cognitiva”. “Está consciente, nos reconoce. A veces se va de contexto, que son cosas propias del terrible golpe y las lesiones que tuvo. Él por suerte puede caminar, no está afectada su parte motora, pero la parte del habla se vio bastante afectada, que es lo más esperable en este tipo de situaciones”, explicó a la agencia Télam Agostina López (23), una de las hijas del playero, quien acude todos los días a visitar a su papá.
Según su familia, Arturo pasa las 24 horas del día junto a un equipo de cuidadores que lo acompañan en su rehabilitación porque hay un montón de cosas que no puede hacer solo. “Todavía los médicos no nos dan un pronóstico cierto: solo que tenemos que esperar”, cerró la ex mujer de López.
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