En un operativo internacional, una banda compuesta por traficantes, despachantes y gestores de Aduana fue desarticulada por intentar una de las jugadas narco más osadas de los últimos tiempos: enviar 71,5 kilos de cocaína a España ocultos en la carrocería de una casa rodante, según confirmaron fuentes del expediente a Infobae.
El operativo, tal como ocurrió con el hallazgo de la cocaína en la embajada de Rusa en 2018, un caso que terminó con múltiples condenas, incluyó una entrega controlada en España para capturar a los sospechosos. Hay 7 detenidos, cuatro de ellos en España y tres en Argentina. La investigación fue realizada por la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal con la intervención de la AFIP y la Guardia Civil española. Entre los arrestados se encuentra el español J.J.C.L, acusado de ser quien tramitó la recepción y el despacho del vehículo.
El caso comenzó el 24 de noviembre pasado, luego de que la casa rodante y una camioneta Nissan ingresaron al país por el puerto de Puerto Madryn mediante una importación temporaria, un trámite aduanero que permite ingresar al país pienes de capital sin necesidad de pagar derechos de importación. El 16 de febrero último, la Dirección General de Aduanas detectó en el Puerto de Zárate el cargamento con 71.5 kilos de cocaína ocultos dentro de la casa rodante. Su destino final era España. Así, comenzaron a conectarse los puntos. Así, se identificó en un comienzo a J.J.C.L, a un despachante de Aduanas y a un gestor del rubro.
Así, el Juzgado Federal de Campana, a cargo del expediente, ordenó una entrega controlada. También, se analizaron movimientos de cámaras de seguridad, que revelaron que en torno a la llegada de la casa rodante al puerto de Zárate se observó a un auto Kia Rio color azul, similar al que había trasladado a J.J.C.L en su salida de Argentina, con un vuelo desde Ezeiza. Su patente estaba enmascarada, se pudo determinar el dominio y que la titular y autorizado a conducirlo vivían en España desde 2019. Sin embargo, el seguro estaba a cargo de otro argentino, cuyas iniciales eran G.H, de 35 años, dedicado al rubro de la dietética en los papeles.
Los investigadores descubrieron que G.H tenía un taller mecánico en Lanús y que había salido a Brasil junto a otro argentino. Era una maniobra para despistar a las autoridades: se descubrió luego que abordó un vuelo a España desde Paraguay.
En paralelo, la Guardia Civil española encontró a J.J.C.L en Barcelona y comenzó a seguirlo. Allí, lo encontraron junto a G.H. Se encontraron con otra sorpresa: los acompañaba otro argentino, M.G.P, un empresario de 49 años con domicilios en San Justo y Nordelta, integrante de dos firmas dedicadas al negocio de la construcción y de maquinaria vial. Era el mismo que acompañó al mecánico de Lanús desde Argentina.
Para viajar, insólitamente, M.G.P usó un nombre falso.
La casa rodante llegó por barco al Puerto de Valencia el 8 de abril junto con la camioneta Nissan. Ambas fueron trasladadas por tierra hacia Barcelona. El 14 de abril, los tres sospechosos mencionados en esta nota fueron arrestados por la Federal y la Guardia Civil cuando fueron a buscarlos con un cuarto jugador. Con ellos cayó un cuarto argentino, un hombre de Bernal dedicado al negocio del transporte. La cocaína había quedado en Argentina. Dentro del vehículo viajó una sustancia sustituta.
Mientras tanto, se realizaban otros 13 allanamientos en territorio argentino.
Las tareas de inteligencia criminal revelaron que la banda realizó una fiesta en casa de J.J.C.L para celebrar la llegada del barco con lo que creían era una fortuna en cocaína que podía superar los 30 mil euros el kilo. No sabían que ya habían perdido. La fiesta estaba monitoreada por la Guardia Civil española y un subcomisario de la PFA ya estaba en territorio español para detenerlos.
SEGUIR LEYENDO: