Mientras la Justicia sigue buscando al novio de la mujer que este lunes fue hallada muerta en el jacuzzi de un hotel de Rosario, a 293 kilómetros de la triste habitación 801 donde falleció Nara Giselle Acosta (32) y a poco más de un día del hallazgo del cuerpo; esta tarde la familia de la víctima recibió la terrible noticia. Fue en la puerta de su PH de la Ciudad de Buenos Aires.
La mamá de Nara fue la primera en enterarse de lo sucedido en Rosario: quedó en estado de shock. En la casa, además, estaba su nieta, hija de la víctima, y una media hermana de la mujer fallecida. “No puede ser mi hija”, fue lo primero que se escuchó cuando la noticia cayó y quebró el vaivén de un día normal en el interior del PH porteño. Un sentimiento hostil, mezclado con incredulidad, se esparció por el lugar. Primero, fue la ingrata sorpresa de la muerte. Después, la negación ante una circunstancia que nunca tendría que haber ocurrido. Y por último, someterse a los hechos de que la madre de Nara oyó del otro del teléfono, y de boca del fiscal de Homicidios de Rosario, Adrián Spelta, quien le comunicó en detalle lo sucedido.
Spelta le contó que el lunes por la tarde un grupo de investigadores judiciales y policiales ingresaron a la habitación 801 del Hotel Plaza Real, un establecimiento de cuatro estrellas en la ciudad de Rosario, y en el baño, en el interior del jacuzzi, vieron lo que los empleados del hotel habían denunciado poco antes: el cuerpo sin vida de Nara, una porteña de 32 años y madre de dos hijos adolescentes.
Nara, beneficiaria de una Asignación Universal según registros oficiales, había realizado el check in ese sábado en el hotel Plaza Real junto a un hombre, identificado por los investigadores como E.M.M, de 45 años, quien también tiene domicilio en la Capital Federal: es la misma dirección de la familia de Nara.
Según informaron fuentes del caso, ese sábado el sospechoso pagó en efectivo la mejor habitación del Hotel Plaza Real y ambos subieron al cuarto. Al otro día, E.M.M se retiró solo: se subió a su vehículo, aceleró y se esfumó.
Los trabajadores del hotel comenzaron a sospechar de la situación cuando el lunes, el día del check-out, nadie en el cuarto respondía los llamados. Así, ingresaron a la habitación 801 y se encontraron con el peor escenario: Nara estaba muerta. Tras el hallazgo, dieron aviso a la Policía que arribó al lugar junto al fiscal Spelta.
Este martes, en la Ciudad de Buenos Aires, la madre de Nara no creía lo que escuchaba. “No puede ser, eran pareja hace 2 años y vivían juntos”, soltó sobre el sospechoso. “Sí, ella me contó que iba a ir Rosario, me intenté comunicar y no me respondía. También lo llamé a él, y tampoco contestó”, agregó.
El vacio por la muerte invadió a la familia y comenzaron a moverse. Hicieron lo que pudieron frente al momento, cerraron la puerta y comenzaron a preparar el viaje hacía Rosario para hablar en persona con el fiscal Spelta.
Según indicaron fuentes del caso a este medio, aún no se determinó la causa de la muerte de la mujer. En principio, el fiscal ordenó la autopsia bajo el protocolo de femicidio: los resultados preliminares no indicaron lesiones traumáticas que puedan haber causado la muerte.
En la habitación 801 los peritos hallaron estupefacientes y los forenses estimaron la data de muerte de 48 horas previas al hallazgo del cuerpo, o sea, el sábado mismo que llegaron al hotel. Ante el avanzado estado de descomposición del cuerpo, el fiscal solicitó que se profundicen los exámenes anatomopatológicos, que según indicaron, los resultados tardarán cerca de 30 días.
Entre las hipótesis del caso se baraja la posibilidad de una sobredosis.
Mientras tanto, los detectives del caso buscan a la pareja de Nara para que declare qué fue lo que pasó en la habitación 801 y por que, tras la muerte de su novia, el domingo E.M.M se fue de Rosario. Por el momento, es el único dato que manejan los detectives del caso.
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