Estaban perdidos. Un grupo de jóvenes en un auto habían tomado una calle para llegar hasta la localidad de La Reja, en el partido de Moreno, y se toparon con un numeroso grupo de motociclistas que ocupaban ambos sentidos de circulación.
“¿Por acá derecho a donde salimos?”, le preguntó el conductor a su amigo, que iba de copiloto, mientras transitaban por un camino que bordea el río Reconquista, en las inmediaciones de la Presa Roggero.
“Salimos a La Reja”, le responde el hombre mientras filmaba con su celular todo el movimiento de motos, que habían llamado fuertemente su atención.
Mientras el conductor del vehículo trataba de esquivar a los motociclistas para avanzar a marcha lenta, su acompañante le advertía que no era buena idea continuar en esa dirección.
“Mirá la que hay de motos. Una locura. Están todos re locos”, dijo con preocupación el automovilista al comprobar que le iba a resultar imposible llegar a destino por esa vía. “Hay un accidente, ahí lo tenés”, agregó. Y él mismo se cuestionó: “¿Ahora cómo vamos a pasar?”.
Fue en ese momento cuando un joven vestido con jean y chaleco negro, gorra del mismo color y buzo rosa se acercó hasta la ventanilla del conductor para pedirle y un favor: “Eh, don….se quebró la pata. ¿No me lo lleva rápido que se nos va a a ir? No sea malo”.
El accidentado era su amigo. Tenía la pierna ensangrentada y a pesar de las maniobras que hicieron para cargarlo en una moto y llevarlo al hospital, no pudieron.
El hombre, muy amablemente, le contesta que no podía porque estaba perdido. “Es que no lo puedo llevar, no sé ni donde estoy”, le explicó para tratar de zafar de la situación, según se puede ver en el video viralizado en redes sociales y presentado por el programa local Semanario Actualidad.
El joven, desesperado, se aleja del auto, desenfunda un arma que llevaba escondida entre la ropa y a punta de pistola le grita: “Llevámelo al guacho. Dale, llevámelo al guacho que se va a ir. Llevámelo al guacho porque te mato. No me importa la gorra”.
Al observar que el joven había pasado de una petición pacífica a una actitud intimidante, el conductor cambió de opinión y se comprometió a trasladarlo. “Si, tranquilo”, le respondió.
Pero a pesar de la respuesta afirmativa, el agresor seguía enajenado y fuera de sí. Repetía la misma frase: “Llevámelo al guacho, llevámelo al guacho”. En todo momento le apuntaba con el arma.
Otro de los jóvenes motociclistas, trató de ser un poco más amable con el automovilista y le dijo: “Llevalo al hospital amigo”. Y el automovilista reiteró lo mismo: “Lo llevo, lo llevo”. Mientras, el agresor no le quitaba los ojos de encima y lo seguía intimidando con el arma. “Dale, dale que se re pudre”, repetía sin parar.
Debido a la cantidad de motos que había sobre la calle, al hombre se le complicaba circular para llegar hasta donde estaba tendido el herido. “Acercate, acercate, la concha de tu madre”, le exigía al conductor pero sin hacer el espacio necesario para que el hombre pudiera auxiliarlo.
“Uy mira como está”, se lo escuchó decir al conductor cuando la filmación quedó completamente con la pantalla negra. Aunque el sonido se seguía escuchando, todo indicaba que el copiloto dejó caer el teléfono en el interior del vehículo para que los agresores no se dieran cuenta que los estaba filmando.
“Acercate más que te voy a matar”, “acercate más la concha de tu madre”, “dale, dale que te cago a tiros”, gritaban todos a la vez frente a la desesperación de ver al motociclista ensangrentado.
Finalmente, el herido fue subido al auto.
Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que no hubo denuncia sobre lo ocurrido pero que el personal de la Comisaría 7ma de Moreno libró actuaciones de oficio. En la causa, caratulada como averiguación de ilícito, interviene la UFI N° 5 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez.
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