El 13 de enero pasado por la tarde, la Policía Rural encontró una camioneta abandonada al costado de la ruta 42, a la altura de Luján. Cuando los agentes se acercaron, notaron que en la caja del vehículo estaba el cadáver de un hombre. Tenía golpes en la cara, quemaduras y el cuello quebrado. No tardaron en descubrir que se trataba de Marcelo Longhi, ex rugbier y presidente del club VILO de Vicente López. Según la Justicia, fue atacado por, al menos, dos personas. Al principio, la investigación giró en torno a una supuesta transacción que la víctima iba a realizar por unas cabezas de ganado. Sin embargo, un mes después del crimen, la causa dio un vuelco total. La fiscal Mariana Suárez ordenó detener al socio y amigo de la víctima, Pablo Achard.
Achard, el mismo que estuvo en el velatorio y llorando junto a los familiares de Longhi, quedó acusado de ser el principal responsable del homicidio y de mentir en su testimonial, inventando una historia falsa para desviar a la Justicia. Los investigadores también detuvieron a un supuesto cómplice: un hombre llamado Javier Flores, casero del campo que los socios arrendaban en la localidad de Tomas Jofré.
En las últimas horas, un sorprendente audio se adjuntó al expediente y fue considerado como una prueba fundamental.
La fiscal Suárez recibió la grabación de una conversación en la que Achard intenta sobornar a Flores para que se haga cargo del crimen a cambio de 6 millones de pesos. Infobae accedió al audio completo de la conversación y lo reproduce en esta nota. “Vos lo que tenés que decir es que Marcelo se propasó con tu novia y que después, bueno, pasó lo qué pasó”, le explica Achard en la charla.
Para entender la importancia de ese audio en el expediente, conviene repasar los hechos previos. En las primeras horas de la investigación por el crimen de Marcelo Longhi, los investigadores buscaron hablar con las últimas personas que habían tenido contacto con la víctima. El primero en declarar como testigo fue Pablo Achard. Contó que eran amigo desde hacía algunos años, y que arrendaban juntos un campo en la zona de Tomas Jofré.
Sobre el día del crimen, explicó que habían estado juntos al mediodía en el campo, pero que luego el presidente del club VILO se había ido a la localidad de Navarro a comprar cabezas de ganado. Dijo también que le había dado $140 mil para realizar la transacción. Intentó introducir la idea de que el asesinato se había producido en un contexto de robo. Algo similar relató el otro testigo que declaró por esas horas, el casero Javier Flores.
Tres semanas después, se descubrió que los dos mentían.
La señal del celular de Longhi indicaba que nunca había salido del campo. Por lo tanto, lo asesinaron ahí. Además, en sus dispositivos no encontraron conversación alguna con ningún vendedor de cabezas de ganado. Sin embargo, una prueba fundamental terminó por derribar la coartada de Achard y Flores: en el cuerpo de la víctima se encontraron restos de una flor que coincide con la que se encuentra en el campo de Tomas Jofré.
Con estas pruebas en su escritorio, la fiscal Suárez ordenó la detención del socio y amigo de Longhi, Achard y del casero, Flores. El primero fue esposado en su casa de Vicente López, mientras que el segundo fue detenido en Chaco, luego de permanecer algunos días prófugo.
La hipótesis de la fiscalía es clara: estando los tres en el campo de Tomas Jofré, Achard discutió con Longhi. Luego, lo golpeó y, con la aparente ayuda del casero Flores, lo asesinaron para luego meter el cuerpo en la caja de la camioneta de la víctima y abandonarlo al costado de la ruta.
Con este escenario, era el turno de las indagatorias. La oportunidad de los dos acusados de defenderse. Pero algunas horas antes sucedió un hecho insólito, que quedó registrado.
En la celda de una comisaría de Vicente López, Achard tomó su teléfono celular y llamó a Flores, que por esos días estaba detenido en Luján. El objetivo del principal acusado era sobornarlo con 6 millones de pesos para que se inculpe y, de esa manera, él desligarse de cualquier responsabilidad.
Nunca se dio cuenta de que Flores grabó toda la conversación.
“Yo lo que te digo es así. Viene alguien, o se ve como se hace. Se le entregan 200 antes de que vos vayas a declarar. Antes. Una vez que vos declaraste, se le dan 300. Ya estás en medio. ¿Me seguís, no?”, comenzó Achard en la conversación a la que accedió Infobae, y que forma parte de la causa.
Continuó: “Una vez que pase una semana, que es lo que tarda eso, se te ponen 300 y, a los 10 días, 200 más. En menos de 20 días, un mes como mucho, vos tenes un millón. Y yo soy de palabra Javi. Yo no soy de dejar colgado. Es más, tengo que darte 200 lucas antes de que vos hables”.
En la conversación, Achard mencionó a un emisario que, aparentemente, se habría reunido con Flores en la comisaría horas antes de la conversación y habría hecho el primer acercamiento. En el expediente no está identificado de quién se trata.
Superado el tema económico, Flores le dio pie a Achard para que diga qué quería que declare. “Y tu amigo me dice que quiere que yo diga que sé, que el otro ya estaba ahí muerto. Y quiere que diga que yo te apuré a vos, que te amenacé a vos. Eso me dijo que quiere que yo declare”, le relató el casero.
Achard respondió: “Escúchame bien esto. Vos tenes que decir que discutiste con él (por Longhi) porque se quiso hacer el vivo con Sole. Y por eso yo le saqué un pasaje para que se vuelva. Porque vos no confiabas en Marcelo. ¿Entiendes? Y que vos arrancaste de caliente, que discutiste y qué pasó lo qué pasó. Y listo.”.
La “Sole” que se menciona en el audio es la pareja de Flores, que el año pasado vivió unas semanas en el campo de Tomas Jofré hasta que decidió volverse a Chaco, su provincia natal.
Todo lo que intento consensuar con Flores, Achard lo declaró en su indagatoria. Su propia historia.
Como reveló Infobae la semana pasada, Achard dijo en su declaración: “Llegué al campo donde fui recibido por Flores y me dijo que, momentos antes, había discutido con Longhi porque se había enterado que tuvo intenciones de mantener relaciones sexuales con su pareja, de nombre Soledad. Me contó que lo había matado esa mañana mediante un disparo de arma de fuego en la nuca”.
En esa misma indagatoria, manifestó que fue amenazado por Flores: “Ese día me apuntó con un arma. Me decía que lo ayude a esconder el cuerpo. Allí fue cuando me amenazó con matarme si no lo hacía; incluyendo en esa amenaza a mi mujer y a mi hija”.
Esto también se habló en la conversación telefónica que tuvieron ambos antes de las indagatorias.
Achard le explicó una y otra vez a Flores lo que debía decir para que las dos declaraciones coincidan: “Tenes que decir que yo después te ayudé, lo cargué y que vos te fuiste de ahí. Y que yo, como estaba bajo presión porque acaba de ver muerto a mi amigo y que no sabía que estaba pasando, bla, bla, bla, y me fui. Que es lo que yo voy a decir. Me fui y nunca declaré por miedo, y porque no sabía que iba a pasar y listo”.
En el resto de su declaración indagatoria, Achard dijo que ayudó a Flores a esconder el cadáver porque estaba amenazado. También, que guardó silencio durante tres semanas porque seguía con miedo, a pesar de ser dueño de una agencia de seguridad.
Por su parte, a la hora de declarar, Flores no siguió el relato que intententaron imponerle. Dijo simplemente que estaba en el campo, pero que no vio nada del crimen.
Tanto Flores como Achard permanecen detenidos. El primero, representado por Marcelo Costantino y Carolina Caliva Haro, sigue en la misma comisaria de Luján donde recibió el llamado. El segundo pasa sus días en el penal de Marcos Paz. Los dos están acusados de homicidio simple.
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