La quinta semana del juicio oral por el crimen de Nora Dalmasso, asesinada en un country de Río Cuarto, Córdoba, en 2006, que tiene al viudo Marcelo Macarrón en el banquillo de los acusados, continuó este martes con una audiencia en la que hubo cuatro testigos. Entre ellos, declaró Rosario Márquez, una amiga de la víctima, quien aseguró que la noche previa al asesinato circulaba un rumor acerca de un supuesto romance entre Nora y el abogado Rafael Magnasco, por entonces asesor de la Secretaría de Seguridad provincial.
Márquez es una de las mujeres que cenaron con Dalmasso la última noche que fue vista con vida. Precisamente, contó que fue con la víctima y otras mujeres al restaurante Alvear, y que como había una tormenta importante, decidieron continuar el encuentro social en su casa, a la que fueron alrededor de las 2.
A continuación, dijo que esa fue la última vez que salieron en grupo y que se enteró del fallecimiento de Nora en momentos en que estaba bañando a su hijo más pequeño: “Sonaba mucho el teléfono y mi hijo mas grande luego me dijo que Norita se había suicidado”, relató.
Durante su testimonio, el fiscal Julio Rivero le preguntó a la testigo si conocía a Magnasco, a lo que ella contestó que sí, para luego referirse al supuesto vínculo entre el abogado y Nora, de acuerdo a la agencia de noticias Télam. La mujer puntualizó sobre sus dichos al respecto cuando declaró en la instrucción de la causa: “Yo dije que (Magnasco) era amante de Nora y que lo había escuchado de Silvana Masoero”, otra de las amigas que previo al crimen compartió la cena.
Magnasco, que en ese momento era asesor del entonces secretario de Seguridad Alberto Bertea, fue el primer imputado que tuvo la causa. Declaró la semana pasada en el juicio que él no conocía a Dalmasso y aseguró: “Me tiraron un muerto en la puerta de casa.” “Sigo sosteniendo que esto fue armado para tapar algo. Esto lo hicieron para inculparme a mí y tapar al verdadero homicida que está sentado en ese banco”, sostuvo ante el jurado popular y el tribunal técnico y señaló como el responsable del crimen al viudo Macarrón.
Márquez, además, dijo que conoce a Macarrón, aunque no se considera de su círculo íntimo pese a compartir el mismo grupo social. Por último, pidió “que se conozca quién la mató”.
A su turno, Víctor Hugo Daniele, integrante del grupo de amigos del entorno de Macarrón, consideró que el asesinato de Nora fue “un homicidio armado y planificado”. “No creo que haya sido espontaneo”, dijo y añadió que se fue “desviando” la investigación e “instalando personas” como sospechosas.
Por su parte, Gustavo Gagna, esposo de Rosario Márquez y quien fue parte del grupo, junto a Macarrón, que participó de un torneo de golf en Punta del Este el fin de semana del crimen, dijo que era paciente y amigo del acusado y que compartían la práctica deportiva y viajes. En su caso, fue consultado sobre si había escuchado rumores acerca de la vida privada de Nora y afirmó: “Nunca”.
La audiencia de este martes finalizó con la declaración de la suboficial Nancy Salinas, quien dio detalles sobre el procedimiento que realizó el personal policial cuando se notificó el hallazgo del cadáver de Nora.
El juicio seguirá mañana -será la jornada 14ª- con más testimoniales. Hasta el momento declararon 33 testigos, un poco más del 10% de lo previsto para todo el proceso.
Macarrón está acusado del delito de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal, que contempla una pena de prisión perpetua. Según el pedido del fiscal de elevación a juicio, se presume que unos meses antes de noviembre de 2006, el marido de Nora planificó el crimen de su mujer motivado por conflictos matrimoniales y acordó con otras personas -que aún no fueron identificadas- la ejecución.
Para los acusadores, el viudo tuvo la intención de “obtener una ventaja, probablemente política y/o económica del estrépito de la eventual muerte”. El femicidio fue cometido entre las 20 del 24 de noviembre de 2006 y las 3:15 del 25, mientras Macarrón se encontraba en el torneo de golf uruguayo.
En ese momento, al menos una persona ingresó en la casa de la familia, situada en el barrio Villa Golf, de Río Cuarto, atacó a la mujer y “la abordó una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija, ubicada en la planta alta de la vivienda”.
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