Nicolás “Laucha” Tofanelli y Alexis Obregón cometieron un robo en una casa de la ciudad santafesina de San Lorenzo, el 23 de febrero pasado. Obregón escapó con un televisor 47 pulgadas. Pero su cómplice quedó atrapado durante tres horas en la casa de las víctimas. La paliza que, un padre y sus dos hijos -varios de ellos con antecedentes penales-, le dieron al delincuente fue de una crueldad particular. Según indicaron después de haberlo secuestrado para golpearlo por más de tres horas, buscaban obtener información para saber dónde estaba su cómplice y el TV. Y lo lograron.
Con el dato del “Laucha”, el padre y uno de sus hijos fueron hasta el escondite de Obregón: recuperaron -también a los golpes- el televisor. Pero terminaron detenidos, como los ladrones. A poco más de un mes del robo, Tofanelli y Obregón cayeron otra vez.
El jueves pasado, ambos sospechosos, supuestamente, arrebataron una cartera y fueron arrestados tras una persecución en el barrio Mitre. En la audiencia imputativa del sábado último, Obregón, de 26 años, volvió a recuperar la libertad por decisión del juez Eugenio Romanini, que contempló que ese sospechoso tiene “cierto arraigo por tener trabajo y changas”.
Ambos fueron acusados por el fiscal de San Lorenzo Aquiles Balbis, quien les atribuyó un robo simple en carácter de consumado. Según la imputación, abordaron a una joven de 18 años en Dorrego al 1.100, le arrebataron la cartera y huyeron a pie hasta que fueron arrestados por el Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional XVII en Rivadavia y Ombú. En medio de la persecución policial, los sospechosos descartaron la cartera negra de la víctima, que contenía un teléfono Samsung A20 y una tarjeta SUBE.
Si bien el fiscal Balbis pidió prisión preventiva por 60 días para los dos sospechosos, el juez Romanini solo hizo lugar al planteo para “Laucha” Tofanelli. Insólitamente, Obregón está bajo libertad asistida: el 11 de mayo termina de cumplir una condena de 6 años de prisión efectiva por robo calificado, tentativa de robo simple y tenencia de arma de fuego.
Para este delincuente, el juez solo dictó prohibición de acercamiento y contacto con la víctima. “Entorpecimiento no habría porque es un hecho de flagrancia. La prisión preventiva no es razonable ni proporcional”, enfatizó Romanini en su decisión.
Mientras tanto, Walter y sus dos hijos Brian y Ernesto, la familia que golpeó y atormentó a Tofanelli y Obregón, sigue presa desde aquel 23 de febrero. El fiscal Leandro Lucente los acusó por haber retenido al “Laucha” durante tres horas. El ladrón aseguró que lo ataron de pies y manos, le cortaron parte de una oreja con una (herramienta) pico de loro, lo mojaron, lo golpearon, le martillaron un dedo y le pusieron una soga al cuello.
Lucente agregó que Walter y sus dos hijos después cargaron a Tofanelli en una camioneta, bajaron sus pantalones y amenazaron con violarlo si no decía dónde estaba el televisor que su cómplice le acababa de robar. La TV fue recuperada cuando las víctimas del escruche fueron con Tofanelli hasta la casa de una mujer, a la que le exigieron la devolución del televisor 47 pulgadas que acababa de adquirir por cinco mil pesos.
En esa casa fue localizado Obregón, a quien retuvieron también a golpes hasta que llegó el Comando Radioeléctrico y se llevó a los protagonistas del robo.
Luego, Walter y sus hijos, Brian y Ernesto, fueron acusados por privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de la violencia y lesiones leves dolosas. En paralelo, “Laucha” y Obregón fueron imputados por tentativa de hurto y recuperaron la libertad.
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