Hugo Daniel Báez, de 33 años, cabo del Cuerpo de Guardia de la Infantería de la Policía Federal, salió de su casa en la localidad de José C. Paz, cerca de las 4, como todos los días, a esperar el colectivo que lo llevaba hasta su lugar de trabajo en la Ciudad de Buenos Aires. En ese momento, dos motochorros le intentaron robar, él dio la voz de alto y lo asesinaron de dos disparos. Luego, se llevaron su arma reglamentaria.
Por el momento, ambos sospechosos están siendo fuertemente buscados por los investigadores del caso, a cargo de la fiscal Gloria Reguan, titular de la UFI Nº22 de la localidad de Malvinas Argentinas. El crimen de Baéz dejó una familia devastada, y a dos nenas de 4 y 10 años sin padre.
“Era una hermosa persona. Trabajador, un padre de familia, cabo de la Federal y como decía, él quería superar y había empezado a estudiar abogacía. Buscaba lo mejor para darle a su familiar. Le cortaron la vida”, relató Gustavo, el tío de Hugo a Infobae.
“También era músico, estaba en la banda de la Fuerza: tocaba el trombón. Vivía allí hace unos 4 años. Estaba cerca de la casa de la mamá, tenía dos hijas. Siempre iba de civil, pocos sabían que era Policía en el barrio. La zona es insegura también, nadie hace nada. Poco tiempo atrás, le habían robado la moto al hermano más chico a metros de donde pasó el hecho”, agregó Gustavo.
Luego, el tío de la víctima contó que están esperando que les entreguen el cuerpo de Hugo para poder despedirlo en la iglesia Evangélica del barrio, ya que Hugo y todo su familia eran practicantes de esa religión.
El crimen ocurrió sobre la avenida Derqui, en la intersección con edro de Somellera, en los límites con la localidad de Moreno. De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, dos motochorros atacaron a Báez mientras esperaba el colectivo. En ese momento, quiso resistirse y recibió dos disparos: uno impactó en el cuello y otro en el abdomen. Los asesinos escaparon sin llevarse las pertenencias de la víctima. Sí su arma.
La causa quedó a cargo de la fiscal Reguan, quien por el momento calificó el expediente como homicidio en ocasión de robo. Al lugar del crimen concurrió personal de la Comisaría Nº3 de José C. Paz, que luego de observar el cuerpo del cabo, notaron que tenía su billetera, la credencial que lo identificaba como Policía, dinero en efectivo y su celular.
Otro dato que llamó la atención de las autoridades es que tenía puesto el cinturón porta pistola pero su arma reglamentaria no fue todavía encontrada. No fue lo único llamativo: el cabo Báez tenía en su mano derecha un arma blanca.
En este momento, el grupo de investigadores liderados por la fiscal Reguan recopilan testimonios y se disponen a hacer el relevamiento de las cámaras de la zona para tratar de dar con algún dato que permita llegar al asesino. Además, en la parada de colectivo donde ocurrió todo trabaja personal de la Policía Científica de la Provincia de Buenos Aires.
SEGUIR LEYENDO