En la cuarta semana del juicio por el crimen de Nora Dalmasso -y tras la explosiva declaración de un ex amigo de Marcelo Macarrón, el viudo de la víctima y único imputado en la causa- este miércoles por la mañana el proceso continúa con nuevas declaraciones testimoniales.
Pasadas las 9.30, el primero de los testigos en llegar fue el ex secretario de Seguridad de la provincia de Córdoba, Alberto Bertea, quien renunció a su cargo tras el crimen, según indicó en su momento, para “evitar los comentarios malintencionados de quienes, por mezquinos intereses, pretenden sospechar que mi desempeño personal y funcional podría entorpecer la investigación y el esclarecimiento” del asesinato.
En su llegada a los Tribunales de Río Cuarto, Bertea fue abordado por la prensa y consultado por su supuesta rivalidad con el abogado Daniel Lacase, que fue el primero en representarlo y quien apuntó públicamente contra el primer imputado, Rafael Magnasco, que en ese momento se desempeñaba como asesor de la Secretaría de Seguridad de Córdoba.
Rafael Magnasco fue sindicado en ese momento por testigos como amante de Nora, aunque ayer, al declarar en el debate, su hermano, Justo Magnasco, dijo que esa versión la difundió el propio Macarrón por sugerencia del propio Lacase.
Para la época del crimen, entre Bertea y el letrado Lacase existía una fuerte interna política que arrastraban desde la época en la que compartieron el mismpo espacio político vinculado al expresidente Carlos Menem. Esa disputa , según especularon algunos testigos e investigadores del caso, podría haberse inmiscuido en la investigación del crimen de Dalmasso.
“No es rivalidad”, respondió Bertea sobre Lacase. “Son cuestiones propias de alguna psicopatía de algunos miembros del peronismo”. Luego, al ser consultado sobre si hubo un intento de desviar la investigación, su respuesta fue tajante: “No le quepa duda”.
“¿A quien responsabiliza de desviar la investigación?”, le preguntaron. “Eso lo va a resolver el tribunal. Lacase tuvo participación, era el vocero del imputado”, respondió. Finalmente, consultado sobre el papel del viudo en la causa, sentenció: “Algún grado de responsabilidad tiene. Eso lo va a resolver la Cámara”.
Para esta jornada también fue citado Nicolás Curchod, anfitrión de un asado del que participó Rafael Magnasco en la época del femicidio.
Este martes, Justo César Magnasco, uno de los hombres que estaba con Marcelo Macarrón en la competencia de golf en Punta del Este cuando ocurrió el crimen, también apuntó contra Lacase y contó ante los jueces técnicos y el jurado que se enemistó con Macarrón a partir de la acusación contra su hermano Rafael.
Magnasco aseguró que en su momento le cuestionó a Macarrón haber invitado al abogado Lacase al torneo de golf en Punta del Este, ya que “no era parte del grupo cerrado” de amigos que habitualmente participaban de este tipo de eventos.
El fiscal Luis Pizarro, el último que investigó a la causa y la elevó a juicio, prestó mucha atención en su acusación contra el viudo a las circunstancias en las cuales Macarrón insistió con llevar a Lacase al torneo de golf y, a partir de ello, construyó su hipótesis sobre la estrategia homicida del viudo.
“Queda claro que Lacase no era un invitado del resto del grupo, sino que sólo insistió Macarrón en su compañía. Necesitaba de ello, esto es la compañía de Lacase durante el fin de semana en que se ejecutaría el plan criminal en la ciudad de Río Cuarto, mientras él estaba en la ciudad de Punta del Este”, sostuvo Pizarro en el requerimiento de elevación a juicio.
Allí añadió que “esa sospecha se torna aún de mayor peso si se advierte también que Lacase hizo, durante el viaje de regreso, contactos y llamados telefónicos con el jefe de Policía de la ciudad de Río Cuarto (comisario general Sergio) Comugnaro, y con un referente de la prensa local” hoy fallecido.
De ese modo, a través de su amigo Lacase y del referente de prensa, el viudo acusado “se aseguró tener cabal conocimiento de la instrucción desde su inicio, y controlar la información que de la misma se daba”, teorizó el fiscal.
Con la declaración de Magnasco -que es consuegro de Miguel Rohrer, el empresario al que los hijos de la víctima apuntan ahora como principal sospechoso del asesinato- quedó al descubierto una especie de batalla subterránea entre la familia de Macarrón y el empresario.
Del mismo modo que dos de las amigas de Nora (Paula Fitte de Ruiz y María del Carmen Pelleritti) apuntaron al viudo y se reconocieron como amigas suyas; Facundo, Valentina Macarrón y su tío Juan Dalmasso señalaron al empresario.
Este martes también declaró María del Carmen Garro (59), ex esposa de Magnasco, quien también confirmó que Macarrón impuso como sospechoso a su entonces cuñado y que a partir de ese momento decidió cortar su vínculo con él.
“A mí me lo dijo”, contó. “‘Si es tu cuñado el que mató a Norita, nuestra amistad no tiene por qué desaparecer’. Eso me lo dijo frente a mi hijo Salvador”, afirmó la mujer, que también sembró dudas sobre el comportamiento de los hijos de la víctima. “Siempre me pareció raro que los chicos no pidieran justicia por su madre. Si a mí me mataran, estoy segura que mis cuatro hijos pedirían justicia”, concluyó.
“Fue una investigación que se ocupó de tirarle amantes a Norita y no llegó a nada, lamentablemente por los hijos, por su madre y por todas las familias que nos vimos afectadas”, concluyó.
Según la acusación fiscal, en una fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
Así, el médico traumatólogo Macarrón está acusado del delito de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal, que prevé la pena prisión perpetua.
Fotos: Mario Sar
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