En la cuarta semana del juicio por jurados contra Marcelo Macarrón como presunto instigador del crimen de su esposa Nora Dalmasso, ocurrido en 2006, la expectativa está puesta en la declaración de los nuevos testigos citados para este martes, todos allegados y amigos del matrimonio.
El primero en llegar hasta el edificio de Tribunales de Río Cuarto fue Justo César Magnasco, y hermano del ex asesor del Gobierno cordobés Rafael Magnasco, primer imputado en la causa y además uno de los hombres que estaba con el viudo en el torneo de golf que estaba jugando en Punta del Este cuando ocurrió el crimen de su esposa. Tras la noticia, Magnasco habría regresado con el abogado Daniel Lacase y Macarrón en el auto desde Uruguay.
En sus primeros 40 minutos de declaración, Magnasco declaró, según consignó el sitio Puntal, sobre su relación con el viudo. Dijo que “era amigo de Macarrón” cuando ocurrió el crimen pero, ante la pregunta del fiscal sobre la continuidad de ese vínculo, señaló que la relación se cortó cuando su hermano Rafael comenzó a ser involucrado en la investigación.
Justo César Magnasco también aseguró que fue “sorpresiva” la presencia de Lacase en el torneo porque nunca lo había visto jugar y que, si bien “siempre viajaban los mismos”, hasta hubo una apuesta entre algunos de los integrantes sobre su presencia en la competencia.
También está previsto el testimonio de la esposa de Justo, María del Carmen Garro de Magnasco, quien formaba parte del entorno de amigos de la pareja Dalmasso-Macarrón y se espera que aporte datos sobre lo que sabía de su vida matrimonial.
Para la audiencia de hoy también había sido citado el médico psiquiatra Jorge Rocha con el fin de que aporte datos sobre las condiciones de salud de Alicia Cid, quien en la instrucción de la causa aseguró que mantenía una relación extramatrimonial con Macarrón desde hacía más de 20 años pero que no estaba condiciones de testimoniar. Sin embargo, Rocha pidió ante el tribunal y el jurado popular a cargo del debate declarar mañana miércoles.
También estaba prevista la declaración de la esposa de Magnasco y del médico Ivan Aznar, también integrante del grupo de golf que viajó a Uruguay con Macarrón, pero que no se presentó a testimoniar.
En paralelo, el abogado defensor del viudo, Marcelo Brito, solicitó al tribunal de la Cámara Primera del Crimen que investigue qué es lo que hizo la Justicia con la causa Dalmasso desde que el fiscal Luis Pizarro pidió la elevación a juicio. Así, el letrado busca probar que todas las causas conexas quedaron paralizadas desde el 23 de septiembre de 2019, cuando se decidió llevar a juicio a Macarrón.
El proceso, que tiene a su cargo el tribunal técnico de la Cámara 1ª del Crimen de esa ciudad, comenzó el 14 de marzo último y tiene como único acusado al viudo de la víctima, quien llegó en libertad al debate y enfrenta una acusación por el delito de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal, que prevé una pena de prisión perpetua.
Según la acusación fiscal, en una fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Marcelo Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
Transcurridas las tres semanas de debate, Facundo Macarrón, hijo del acusado, había manifestado en declaraciones a la agencia Télam que “hasta el momento no se ha presentado ninguna prueba, y específicamente ningún testimonio que sirva para sustentar la absurda hipótesis del Fiscal (Luis) Pizarro”.
En ese sentido, había sostenido que durante las nueve audiencias los testimonios “no hacen más de ratificar lo que ya es sabido: el matrimonio entre mis padres era normal, que se llevaban muy bien, con expresiones de amor de parte de ambos como lo dijeron la mayoría de los testigos”, y que “nunca existió entre mis padres un conflicto por cuestiones económicas”.
Por su parte, el fiscal Julio Rivero consideró que el juicio “se está desarrollando por los carriles normales y con la intensidad propia” de los procesos de estas características, y que en muchos testimonios hubo que recurrir permanentemente a la “incorporación por lectura de los testimonios porque que no recuerdan porque pasaron 15 años” del hecho criminal.
Fotos: Mario Sar
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