Crimen del ciclista en Pergamino: creen que los asesinos lo atacaron tras un intento frustrado de robar lechones

Son tres los detenidos, acusados del matar a Fernando Liguori cuando intentaba huir de un asalto junto a su mujer

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Fernando Liguori, la víctima del
Fernando Liguori, la víctima del crimen

Un joven de 22 años fue detenido ayer como sospechoso por el crimen de Fernando Daniel “Poroto” Liguori (52), el ciclista y empleado judicial que fue asesinado el jueves pasado de un balazo durante un asalto en un camino rural de Pergamino. De esta manera, son tres los acusados bajo arresto que, de acuerdo a la investigación, atacaron a la víctima luego de un intento frustrado de robo de lechones.

El reciente detenido fue identificado como Marcelo Barrionuevo. El fin de semana ya habían sido capturados Fernando José Aita Valiente (30), señalado como el autor del disparo que mató a Liguori, y Amílcar Leonel Valente (28), propietario de la camioneta Ford F 100 verde y sin patente delantera en la que se movilizaban.

El crimen ocurrió alrededor de las 15.30 del jueves último en un camino de tierra paralelo a la ruta nacional 8 que conecta con la localidad de Fontezuela, ubicado antes de las vías del ferrocarril. Liguori estaba en ese momento con su esposa. Ambos circulaban en bicicletas a unos 2 kilómetros de la ciudad cuando fueron abordados por los delincuentes.

El fiscal de la causa, Horacio Oldani, quien subroga la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial de Pergamino, reveló que el grupo de ladrones venía de intentar sin éxito cometer otro hecho delictivo: quisieron robar lechones en un campo de Fontezuela y, como no pudieron, regresaron a Pergamino. En el camino se cruzaron con Liguori y su pareja, que venían en dirección opuesta.

La camioneta F100 en la
La camioneta F100 en la que se movilizaban los acusados

En ese momento, según la reconstrucción del caso, Aita Valiente y Barrionuevo se bajaron de la camioneta y comenzaron a correrlos. Al ver que uno de ellos estaba armado, y al percatarse que se trataba de un asalto, los ciclistas empezaron a pedalear fuerte. En esa circunstancia, los delincuentes efectuaron, al menos, cuatro disparos: hirieron en la espalda al ciclista y después escaparon, sin llevarse ninguna pertenencia.

La mujer llamó al 911 y el personal médico que llegó en una ambulancia constató que la víctima había fallecido. La autopsia confirmó que el proyectil ingresó por la zona de la espalda, atravesó uno de los pulmones y salió por la parte frontal del tórax. Esa lesión causó un shock hipovolémico que le ocasionó la muerte. Tenía 52 años.

Durante la investigación, los detectives de la DDI de Pergamino descubrieron que la F100 sin patente había estado involucrada en otros episodios delictivos en la zona antes y después del ataque a Liguori. Oldani dijo que está prácticamente confirmada la participación de Aita Valiente en estos hechos, que incluyeron el robo de una motocicleta Honda Tornado, de celulares y de dinero.

Aita Valiente tiene antecedentes por robos calificados por el uso de arma. Durante el allanamiento a su vivienda, los uniformados secuestraron un arma 9 milímetros -mismo calibre del proyectil que recibió la víctima; por lo que se presume que es el arma homicida-, la motocicleta robada, una mochila y ropa.

La Policía Bonaerense detuvo a tres sospechosos de haber asesinado a balazos a un ciclista

Al seguir el rastro de la camioneta a través de las cámaras de seguridad, los investigadores llegaron a un domicilio en la calle Merlino. Allí detuvieron a un hombre de 28 años, conocido de Valente, que en principio era señalado como sospechoso pero luego declaró como testigo: dijo que Valente le había llevado, después del crimen, la camioneta para que la tuviera “guardada” en su casa.

Los acusados se negaron a declarar y quedaron detenidos mientras avanza la investigación. Están imputados por homicidio agravado criminis causa, es decir, matar para ocultar otro delito -en este caso el intento de robo-, y lograr la impunidad. Esta calificación prevé como única pena la prisión perpetua.

Liguori trabajaba en el Juzgado de Familia de la ciudad de Pergamino y su asesinato causó conmoción en la ciudad. El sábado hubo una manifestación frente al palacio municipal, donde miles de vecinos se convocaron para pedir justicia y seguridad.

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