A. J. S, alias “Muni”, de 36 años, se paró primero en una fila de más hombres similares a él. Lo observaron dos testigos de la causa que lo tiene como principal acusado por ser el autor material del crimen de Miguel Michel (39), ocurrido el 11 de febrero pasado en La Tablada. Una de las personas que lo miraba lo reconoció. La otra, no. Falta una tercera, que está de viaje, pero el resultado de la rueda de reconocimiento de este jueves ha dejado varias cosas en claro a los investigadores.
Lo cierto es que “Muni” fue indagado por el fiscal del caso, Marcos Borghi, titular de la UFI de Homicidios del departamento judicial de La Matanza. El sospechoso, por su parte, negó todo, dijo que le habían robado la billetera y que no conocía a los procesados.
Así, el fiscal Borghi entendió que “Muni” seguirá detenido mientras espera los peritajes realizados al celular del acusado. Además de la tercera testigo que participe de la rueda de reconocimiento, aguarda, también, comprobar o desechar sus vínculos con los cuatro procesados, dos detenidos y dos en libertad, imputados como los autores intelectuales del absurdo crimen de Michel.
La historia que terminó con el homicidio de Michel comenzó un tiempo atrás, cuando la ex pareja de Miguel comentó frente a sus compañeros de trabajo de la cooperativa Cimarrón de La Tablada, que el presidente Alberto Fernández visitó en diciembre de 2020 -y además es conocida porque le da trabajo a ex presidiarios-, que estaba teniendo problemas con su ex pareja, Michel, por la tenencia de su hijo.
Luego de relatar varias veces los conflictos por los que la joven atravesaba con el padre de su criatura, al menos cuatro de las personas que la habían escuchado decidieron interceder e involucrarse, pero sin que ella estuviera al tanto.
Así, contrataron a un hombre para que fuera a “asustar” a ese ex que ni ellos conocían. Incluso, averiguaron donde vivía y toda la información se la pasaron al ‘elegido’. Según se reveló en la investigación, Gastón, uno de los detenidos y compañeros de trabajo de la mujer, habló por teléfono con “Muni” y le dijo: “Vos apretá Muni, apretá”. Ese diálogo lo aportó a la causa la ex de la víctima: ella fue quien lo escuchó.
De este modo, el 11 de febrero pasado, dos hombres en moto frenaron frente a una casa de Ayacucho al 500, en la localidad bonaerense de La Tablada, en La Matanza. El conductor, que llevaba casco, esperó con el motor encendido y su acompañante, a cara descubierta, descendió y se dirigió hacia el lugar.
Ahí, Michel comía un asado junto a su hermano. El recién llegado lo miró, y le preguntó: “¿Vos sos Miguel?”. Ante la respuesta positiva, el sicario desenfundó su pistola, le pegó dos tiros y escapó junto a su cómplice. Uno de los tiros le perforó la arteria femoral y la víctima murió sin saber por qué lo habían atacado, desangrado en el Hospital Ballestrini.
“Los 4 procesados son todos malandras que solucionan las cosas de esa manera. Ya estuvieron presos. La vieron llorando dos veces y fueron a solucionarlo”, indicó un investigador del caso a Infobae para graficar la pregunta que por detrás del crimen: ¿Hay algo más, más allá de haberse enojado porque hacía llorar a una compañera como para matarlo?
Agregó la fuente consultada: “En la causa, la mujer aparece como testigo, ya que para el fiscal Borghi no estuvo involucrada en el plan criminal que terminó con el crimen del padre de su hijo”.
De este modo, tras tareas de inteligencias y entrecruzamiento de llamados llegaron a “Muni” y fue detenido ayer en la localidad bonaerense de Villa Celina. En principio, había dudas sobre la responsabilidad del “Muni” detenido ya que adeujo que le robaron la billetera con su documentación. Poco tiempo antes del hecho, alguien compró un celular con la identificación del hombre detenido y ese mismo teléfono, luego de distintas triangulaciones de antenas, apareció en la zona del crimen en el mismo horario e intercambiando llamados con Gastón, uno de los detenidos.
Sin embargo, “Muni” esta mañana fue reconocido por uno de los dos testigos. Mientras tanto, los detectives del caso buscan identificar al cómplice del sicario, el conductor de la moto.
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