Ayer miércoles y hoy jueves, el Ministerio de Seguridad de la Nación celebró el Consejo de Seguridad Interior en el Centro Cultural Kirchner, con dos jornadas que incluyeron una inauguración a cargo del presidente Alberto Fernández y un eje en un abordaje expansivo al delito del narcotráfico, con los desafíos que representa a las políticas públicas.
Ante un auditorio que incluyó a fiscales, investigadores judiciales y jefes de fuerzas de seguridad de todo el país, conversaron representantes locales de la DEA, la Drug Enforcement Agency estadounidense, el departamento de Homeland Security, el fiscal federal Diego Iglesias, jefe de la PROCUNAR, con un destacado discurso, su colega Horacio Azzolín, cabeza de la UFECI -el ala de la Procuración dedicada a investigar delitos informáticos-, así como comisarios especialistas como Daniel Fiori, jefe de la división Precursores Químicos de la PFA.
El objetivo era uno: cruzar información y tratar al narcotráfico como un delito complejo, trasnacional, que corrompe diversas estructuras y que incluye diversos eslabones para un comercio que comienza de forma local e impacta de forma global.
Entre todas las presentaciones, ocurrió esta mañana una conversación entre el ministro Aníbal Fernández y Ricardo Hernández, representante del FBI en Argentina y agregado jurídico de la Embajada de Estados Unidos. La clave del diálogo -más una demostración de unidad geopolítica que una exposición técnica- fue la cooperación y la organización sistematizada para abordar al delito complejo. “Gracias por abrir la puerta a la colaboración de fuerzas federales”, le dijo Hernández al ministro al final de la charla. “La decisiones son civiles y las ejecutan los profesionales”, completo el ministro. En la audiencia estaban, por ejemplo, los jefes de la Policía Federal y la Policía de Santa Fe, Juan Hernández y Emilce Chimenti.
Hernández, ex policía, destinado a la división San Juan de Puerto Rico del FBI, con experiencia en el tráfico de drogas en el Caribe e investigación en el terrorismo internacional, aseguró que las fuerzas de seguridad argentinas son destacadas internacionalmente por ser “sofisticadas” y “de vocación”.
Para el FBI, el 11 de septiembre de 2001 representó un cambio de paradigma. El investigador jefe aseguró: “Aprendimos el intercambio en redes humanas y tecnológicas, intercambiamos información. Antes no lo hacíamos. Se trata de buena voluntad, animarse a trabajar juntos. Antes no se compartía información con policía local. Que llega el FBI y se hace cargo de la situación, como en las películas, eso no existe. Sin cambio de visión y de estructura no cambia nada. Cambió la idea de información y de quién la necesita saber. La información no es un lujo, es una obligación compartirla”.
Luego, siguió: “Es preferible que se filtre un dato a que nadie lo tenga.”
Fernández mencionó a los GOC, los Grupos Operativos Comando, que nuclean a Prefectura y GNA, hay dos en el país -uno en el NOA, el otro en el noreste- y se apuesta a crear a un tercero. “Es imperativo que así sea. Sino, es como jugar al ajedrez y avanzar solo con la dama.... No se trata solo de quitarle la sustancia a los traficantes. Si logramos sacarle el dinero de las manos se termina el conflicto. Nos ponemos de acuerdo y cruzamos la información entre todos. Cuando los profesionales se juntan, les sacamos ventaja”.
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