La historia que se conoció en un comienzo cuenta que Walter G. y sus dos hijos, Brian y Ernesto están detenidos más hace más de un mes porque los ladrones que ingresaron a robar a su propiedad denunciaron malos tratos de parte de ellos. A priori, el caso -ocurrido en la ciudad santafesina de San Lorenzo- sería un ejemplo más de las fallas y las injusticias del sistema judicial. Sin embargo, el extraño episodio esconde detrás una trama de violencia y antecedentes penales que explicarían por qué pasaron de ser víctimas a victimarios.
El hecho ocurrió en la madrugada del 23 de febrero, cuando Nicolás “Laucha” Tofanelli y Alexis Obregón irrumpieron en una vivienda ubicada en la calle Paraguay al 1000 del barrio José Hernández, propiedad de Walter y sus hijos, y se llevaron un televisor. En ese momento, las víctimas del robo atraparon al primero de los ladrones y lo mantuvieron retenido dentro de la casa. Inicialmente, los medios locales indicaron que lo agredieron y que después llamaron a la Policía de Santa Fe para que se lo llevaran detenido. Al otro día después, las víctimas del asalto fueron arrestadas tras ser acusadas del delito de privación ilegítima de la libertad por parte de los dos ladrones.
Increíble, al menos por ese entonces.
Hasta ahí, el relato que trascendió y que causó indignación. Pero en el trasfondo del caso hay detalles aún más escabrosos que fueron revelados por fuentes judiciales a Infobae. Según indicaron, después de que los propietarios de la casa atraparon a Tofanelli, y lo mantuvieron secuestrado para golpearlo por más de tres horas. El objetivo de la tortura era obtener información de dónde estaba su cómplice y el televisor. Finalmente el padre y el hijo lograron el dato, se dirigieron hasta el lugar de escondite y recuperaron (también a los golpes) el electrodoméstico.
Según la investigación llevada adelante por el fiscal Leandro Lucente, de la Sede Fiscal de San Lorenzo, dentro de la casa de los G. la agresión al delincuente fue brutal. Consta en el expediente que a Tofanelli lo ataron a una silla y lo golpearon con un objeto contundente durante horas. Se cree que pudo haber sido algún fierro que luego descartaron. Además, en base a las lesiones que se encontraron, alguien tomó una pinza y le arrancó un pedazo de la oreja izquierda. De la reconstrucción surge también que el ladrón fue ahorcado con mucha fuerza y llevado a la intemperie, donde fue mojado con agua helada mientras recibía más golpes en la cabeza.
El informe médico recibido por la Justicia es contundente: indicó un traumatismo de cráneo con cefalohematoma frontal izquierdo (por los golpes en la cabeza), hematoma periocular bilateral (golpe en sus dos ojos), laceración auricular izquierda (por el corte en la oreja con la pinza) y Laceración en cuello (por el ahorcamiento).
En la reconstrucción de los hechos, figura que los G., luego de golpear brutalmente al “Laucha”, lo subieron a la parte de atrás de una camioneta y lo llevaron a recorrer el barrio para que les diga dónde estaba el televisor. “Mientras lo hacían uno de los hijos de la familia lo golpeaba y cada vez que se desmayaba le tiraban agua fría para que reaccione”, cuenta una fuente judicial.
Los G. finalmente consiguieron recuperar su televisor. Según declararon los propios integrantes de la familia en indagatoria, fueron a una cosa donde una mujer les entregó lo que les pertenecía. Cuando lo consiguieron se dividieron. El padre y uno de los hijos, Brian, volvieron con el delincuente golpeado a su casa y lo volvieron a atar. Mientras que Ernesto fue a perseguir a un segundo delincuente que, de alguna manera, habían logrado identificar.
Al otro día, a las 7:15 de la mañana, la Policía local fue llamada por un anónimo que denunció que dos personas se estaban golpeando en la calle. Eran Ernesto G. contra Alexis Obregón, el que se cree que actuó como cómplice de Tofanelli en el hurto del televisor.
Cuando los efectivos santafesinos detuvieron a los dos, Ernesto G. realizó una confesión que luego sería usada en su contra: “Bueno ya que me van a llevar, vayan a buscar al otro que le estamos dando desde las 4 de la mañana”. Recién ahí, según los datos a los que pudo acceder Infobae, la policía llego a la casa de los G. y encontró una escena terrorífica: Se encontraban en el lugar el padre de la familia, uno de los hijos, la ex mujer que había llegado después y tirado en el fondo de la casa, aun atado, ensangrentado y desvanecido, Tofanelli.
Fue a partir de esas lesiones salvajes que el fiscal Leandro Lucente, de la Sede Fiscal de San Lorenzo, los acusó del delito de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de la violencia, en calidad de coautores, y pidió la prisión preventiva por al menos un mes. El juez de Primera Instancia, Eugenio Romanini, avaló el pedido y ordenó la detención. La justicia evalúa qué tipo de lesiones les agrega. Se trata de una pena que los puede llevar a más de 6 años de prisión.
El plazo de la preventiva vencía el viernes 25 de marzo último y tras revisar la medida cautelar, el magistrado resolvió en una audiencia imputativa extender hasta el próximo 8 de abril la prisión preventiva de Walter G. y sus hijos, tras contar con varios elementos en la investigación que dan cuenta de que mantuvieron secuestrado a Tofanelli por varias horas. Pero de acuerdo con las fuentes judiciales consultadas por este medio, hubo otro motivo para explicar la medida; el prontuario.
De acuerdo con lo que revelaron a Infobae, Brian y Ernesto G. tienen antecedentes por robo calificado y por un violento e insólito episodio: se pelearon y se apuñalaron entre ellos. Respecto al padre, las fuentes no señalaron algún tipo de delito previo. Es por esto que estarán tras las rejas por al menos 15 días más en la Alcaidía Mayor de San Lorenzo. “Los tratan como si fueran unos delincuentes más”, declaró Alejandra, ex pareja del dueño de la casa y madre de los otros dos detenidos.
En la misma audiencia del viernes pasado también se resolvió la situación de los dos ladrones que ingresaron a la propiedad a robar el televisor. A Obregón, que no estaba en el lugar durante el episodio, lo acusó del delito de hurto, en calidad de coautor y lo dejó en libertad. En cuanto al “Lucha” Tofarelli, quien fue el que se llevó la peor parte de la golpiza, se lo acusó del mismo delito pero “se le ofrecieron medidas alternativas a la prisión preventiva con restricciones y reglas de conducta”. La investigación continúa.
Según publicó el diario La Capital de Rosario, los dos delincuentes que recuperaron su libertad, también cuentan con antecedentes por robo y tentativa de homicidio.
SEGUIR LEYENDO: