La lluviosa noche del sábado 25 de noviembre de 2006, en Río Cuarto, quizás el asesino miraba televisión o comía algo para matar el tiempo. O sólo esperaba, en silencio, que llegara la víctima. Su decisión era irreversible. A esa hora, Nora Dalmasso llegaba a la última cena de su vida. Fue la primera en entrar, poco después de las 22, al pub Alvear, por entonces propiedad del ex tenista Agustín Calleri, en pleno centro de la ciudad. El encargado del lugar la sorprendió: le dijo que un hombre había llamado para suspender la cena.
Nora llamó a una de sus amigas y le dijo que todas estaban en camino. Pese a la cancelación de la reseva, les hicieron una mesa improvisada para seis: Rosarito Márquez, mujer de Gonzalo Gagna; Silvana, la esposa del legislador provincial Alfonso Mosquera; Graciela Bonino de Compagnucci; Paula “Polly” Fite de Ruiz; Patricia Funes de Carmine y Nora. El menú: ravioles de salmón, brochettes y ensaladas, y tomaron vino.
Entre las amigas, que a veces se hacían llamas “Las congresistas” porque sus amigos viajaban a congresos, comentaron el incidente de ese misterioso llamado. Pero no ahondaron en el tema. En la etapa de instrucción, Luis Pizarro, el último fiscal del caso, sospecha que el llamado para postergar el encuentro de las amigas lo hizo Macarrón o alguien de su parte. En el expediente figura que a las 18.47 Nora llamó a su marido para contarle que iba a ir a cenar. Y 15 minutos más tarde un hombre llamó al restobar para suspender la cita.
“Creemos que el cambio de planes intentó volver al curso de la planificación del crimen”, dijo Pizarro en la elevación a juicio. Consiró que el viudo estaba al tanto de todo lo que pasaba en Río Cuarto. ¿El móvil? “Entre desavenencias conyugales y cuestiones económicas”, dijo una fuentre judicial.
“Nos quedamos pensando quién había cancelado la reserva. Igual, nos prepararon una mesa. Comimos muy rico, la pasamos bárbaro y Nora estaba muy bien. Alegre, divertida, sensual, como era ella. Sólo pido Justicia por Nora”, declaró este martes “Polly” Fitte de Ruiz, una de las amigas de Nora, en el el juicio oral que desde el 14 de marzo juzga a Marcelo Macarrón, viudo de Nora, por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y precio o promesa remuneratoria”, cuya pena es de cadena perpetua.
El tribunal técnico de Río Cuarto que juzga al viudo está integrado por Daniel Antonio Vaudagna; Natacha Irina García, vocal de la Cámara; y Gustavo José Echenique Esteve, juez de Ejecución Penal. Hay ocho jurados populares (cuatro mujeres y cuatro hombres). El fiscal de Cámara es Julio Marcelo Rivero.
Fitte fue la que le envió el mensaje a Nora para invitarla a esa cena. “Nori: hoy a las diez está reservado para ir a comer al Alvear. Llamame para confirmar tu presencia. Que no decaiga. Polly”.
En la cena, las amigas vieron a Nora como siempre: despreocupada, jovial, haciendo chistes, alegre, hermosa, con sus jeans o blusas escotadas, no por nada de joven había sido Reina de la Belleza en el club Estudiantes de Río Cuarto.
Antes de la cena, Nora fue a La Casona del Arte, donde su cuñada Silvia Macarrón exponía dos obras. La hermana del viudo también declaró hoy: “Nora no tenía amantes. Cuidaba a su familia y estaba enamorada de mi hermano”, dijo esta tarde ante los jueces y los jurados populares.
Una vez más, en el juicio se hizo mención a Miguel Rohrer, el empresario rural y ex rugbier que pasó de ser amigo de Macarrón a sospechoso de la familia. Facundo y Valentina, los hijos de Macarrón, su tío Juan Dalmasso y Margarita Dalmasso, amiga y pariente de Nora, apuntaron contra Rohrer como presunto asesino.
Pero esta vez ocurrió lo contrario: Fitte lo defendió. “Nunca supe su tuvo algo amoroso con Nora. Era muy divertido. Acostumbraba a tirarnos a las mujeres a la pileta. Es muy amigo de mi familia. El no estaba en Río Cuarto la noche del crimen. Es inocente. No desvíen la investigación”. Cuando le preguntaron por Macarrón, respondió: “Que se defienda”.
“No maté ni fui amante de Nora”, le había dicho Rohrer a Infobae, en exclusiva. “Es probable que lo citen a declarar como testigo. Por más que se presenten pruebas en su contra, no pueden hacer nada por la causa prescribió”, dijo una fuente judicial.
“La testigo que defendió a Rohrer aclaró que era muy amiga de ese señor. Por otro lado, un testigo desmintió haber visto a Rohrer y Macarrón brindando con champán días después del hecho. Y respecto a la llamada del bar, nunca pudo especificarse si la hizo un hombre y si realmente quedó registrada la reserva”, dijo a Infobae Marcelo Brito, abogado de Macarrón.
La Fiscalía cree que todo fue orquestado por Macarrón. Que preparó el viaje a Uruguay como coartada y contrató a un sicario para matar a Nora, quien fue estrangulada con el cinto de su bata y por las manos del asesino, que -la teoría oficial-, armó la escena del crimen para que pareciera no un asesinato planificado, sino un hecho violento.
El clima celebratorio de la última cena de Nora siguió en la casa de Rosario Márquez. Allí tomaron un champán y Nora se fue a su casa. Le quedaba una hora de vida.
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