Anoche, un vecino de Tigre se acercó trotando a un móvil de seguridad municipal que circulaba cerca del cruce de avenidas Larralde y Liniers para advertirle algo: “Mirá, me parece que en ese colectivo se subió el violador de San Fernando”, le dijo a los agentes, señalando a una unidad de la línea 720. Se refería a Cristian Andrés Rivas (34), alias “Cristian D-Tigre”, quien era buscado desde el 20 de marzo pasado por haber abusado de una empleada de una panadería hipoacúsica durante un robo en la localidad de Virreyes.
Tras la alerta, los efectivos del Centro de Operaciones Tigre se comunicaron con la base de operaciones y, de inmediato, se montó un operativo cerrojo con la Policía Bonaerense. El colectivo fue seguido mediante las cámaras municipales hasta ser detenido minutos después a la altura de la Ruta 197 y Mármol, en la localidad de Troncos de Talar. Rivas seguía arriba del transporte y, según fuentes policiales, no ofreció resistencia en el momento de la detención.
El acusado tenía consigo su DNI y vestía jeans, buzo oscuro y barbijo en tonalidades rojo y blanco, es decir, otra ropa diferente a la del día del ataque, cuando llevaba pantalones azules, buzo gris y barbijo oscuro. Ese domingo 20 de marzo, a las 16.22, Vivas ingresó a la panadería de Avenida Avellaneda al 3.800, golpeó a la empleada de 22 años, la ató con un cinturón, la encerró en el baño y abusó sexualmente de ella. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad que permitieron identificarlo.
“Vos quedate ahí. Esto es un robo. Quedate quietita”, fue lo primero que le dijo a la única empleada del lugar ese domingo. La víctima, hipoacúsica, apenas entendía lo que le decía. Sólo alcanzó a responderle que no tenía plata. Luego, el delincuente le pidió su celular desbloqueado. La mujer se lo dio, pero no fue suficiente. Y, entonces, la golpeó y la violó.
Según el relato que realizó la joven de 22 años, Vivas sacó de su bolsillo un arma y comenzó a golpearla con la culata: “Después, me apunta con el arma y me lleva al baño. Me arranca el cinturón que yo tenía y me ata con eso. Me abusó sexualmente”.
Tras el abuso, el delincuente cruzó la calle y se sentó a esperar el colectivo 203 en la vereda de enfrente. Así lo mostraron las filmaciones de las cámaras municipales de San Fernando. Vivas se bajó luego en el barrio San Jorge, pero al poco tiempo se fue: intentaba despistar a los investigadores. En los días siguientes se mantuvo prófugo hasta que ayer finalmente cayó. Ahora deberá responder ante la Justicia por los delitos de robo calificado y abuso sexual agravado.
Vivas es un viejo conocido de la Justicia. La primera condena que recibió fue en el 2006 por el delito de robo doblemente agravado. Por ese hecho estuvo encarcelado hasta el 2013, cuando salió con la condena cumplida. No tardó mucho en volver a robar.
En abril del 2014, fue detenido mientras asaltaba un comercio. La imputación fue por robo calificado. En este caso, estuvo detenido en Campana y Magdalena hasta que logró la libertad en agosto del 2015, con la pena extinguida.
Volvió a ser atrapado en marzo del 2018 y se le inició una causa por robo agravado por el uso de arma de fuego. Ese mismo año llegó la condena a cuatro años de prisión, que cumplió en los penales bonaerenses de San Martín y Melchor Romero.
El 22 de febrero salió en libertad. El 20 de marzo entró a la panadería de Virreyes para robar y abusar sexualmente de la empleada. Y ayer volvió a caer preso.
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