Insólito: viveros de Merlo y Moreno vendían cactus alucinógenos

Cinco establecimientos fueron allanados por la división Delitos Ambientales de la PFA bajo las órdenes del fiscal Sebastián Basso y el Juzgado N°2 de Morón

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Cactus incautados por la Federal
Cactus incautados por la Federal

La División Delitos Ambientales de la Policía Federal allanó este lunes por la mañana cinco viveros de las zonas de Merlo y Francisco Álvarez, y arrestó a cinco sospechosos. En todos los lugares se encontró una especie prohibida para el consumo humano: el cactus echinopsis pachanoi, oriundo del Noroeste argentino y de la región andina sudamericana. Se lo conoce también como wachumo o San Pedro. Con poderes psicoactivos, se utilizan para extraer mescalina, presente también en el peyote, lo que puede inducir experiencias visionarias y alucinaciones.

Los procedimientos fueron autorizados el Juzgado N°2 de Morón, tras una investigación del fiscal federal Sebastián Basso, que se dirigía a diversos procedimientos en horas del mediodía. El Ministerio de Ambiente de la Nación también participó de los allanamientos. Un biólogo convocado por la Justicia confirmó la presencia de los cactus en los allanamientos. También se incautaron varias plantas de marihuana.

Durante años, el consumo de San Pedro se reservó para el circuito de chamanes locales, fuera del menú narco. Hoy, el echinopsis se ofrece en sitios de compra y venta de internet a diversos precios, desde dos mil pesos el ejemplar pequeño a 18 mil uno de gran tamaño. Los viveros, también, fueron allanados por vender especies de flora protegidas como la orquídea mono, o plantas carnívoras como la nepenthe.

El caso comenzó a investigarse por una denuncia recibida el 29 de septiembre de 2021 por la fiscalía, con un relevo de Internet que exponía a los viveros allanados. En el mercado virtual, el echinopsis es vendido abiertamente, una simple búsqueda para acordar la compra de un ejemplar.

Los ejemplares de San Pedro
Los ejemplares de San Pedro pueden costar de dos mil a cinco mil pesos

Así, comenzó la investigación de campo, con la toma de testimonios y el envío de policías encubiertos a los lugares. Uno de los locales allanados fue el vivero Nao-mi, ubicado en la calle Atuel, en Francisco Álvarez.

“Se tomó contacto con una mujer cliente del lugar, quien indicó que el vivero es atendido generalmente por la dueña, llamada ‘Naomi’. En relación a los ejemplares de cactus, refirió que Naomi posee varios ejemplares de los conocidos como “cactus madre”, entre ellos de la especie San Pedro, de los cuales se extrajeron esquejes que se encuentran a la espera de que enraícen para estar próximamente a la venta. Estos ejemplares fueron observados en distintas oportunidades por personal abocado a la investigación”, asegura un documento de la causa.

En otro de los viveros, un policía encubierto se encontró con “un sector cerrado al cual no es posible acceder, en el cual habrían instalaciones de tipo invernadero, y que en su interior habría varios perros”. “Al momento de acercarse a estas instalaciones, uno de los empleados del lugar indicó que allí se emplaza el cultivo de distintas plantas y cactus de los cuales se cortan trozos para que luego enraícen y sean comercializados”, siguió el reporte posterior.

De los operativos, también participó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental, destacó que “el tráfico de flora y fauna se han convertido en uno de los tres vectores de generación ilegal de dinero más importantes del mundo”.

El mercado clandestino de alucinógenos crece en diversos sectores en la Argentina. La semana pasada, la división Precursores Químicos de la PFA arrestó a M.F, un hombre de Victoria que se había convertido en un referente del consumo local del veneno del bufo alvarius, un sapo proveniente del desierto de Sonora de México. El veneno, en forma de cristales, se fuma en pipa para acceder a estados visionarios, profundas alucinaciones y visiones que ocurren gracias a su presunta presencia de moléculas de DMT, un agente psicoactivo que también es parte de la ayahuasca y está penado por la Ley argentina desde la actualización del decreto de la Ley de Drogas en 2016.

Fue allanado en una quinta de Ingeniero Maschwitz, en medio de un ritual para fumar la sustancia.

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