Cuatro presos se fugaron de una comisaría de Berazategui

Se escaparon tras romper una reja del sector de acceso a los calabozos. Lo descubrió el imaginaria cuando fue a despetar a los detenidos

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Cuatro presos que se encontraban alojados en una comisaría del partido bonaerense de Berazategui se fugaron esta mañana tras romper una reja del sector de acceso a los calabozos.

Fuentes policiales y judiciales informaron que todo sucedió cerca de las 7.30 de este lunes en la Comisaría 1ª, situada en las calles 11 y 147, en la zona Sur del conurbano bonaerense.

La fuga se descubrió cuando el oficial que cumplía funciones de imaginaria fue a despertar a los más de 30 detenidos, ya que debían ser revisados por un médico para ser luego trasladados a un penal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), según la agencia de noticias Télam.

Fue en ese momento que el oficial advirtió que una varilla de una reja externa al sector de contraventores se encontraba cortada, al igual que otra similar en la zona de los calabozos. Rápidamente, los policías constataron que cuatro detenidos no se hallaban en sus celdas, por lo que emitieron un alerta por la fuga, indicaron las fuentes.

En principio, la cuenta inicial daba que eran tres los evadidos, aunque cuando personal del Grupo GRI requisó el calabozo principal, ahí se constató la fuga de un cuarto detenido.

Los fugados fueron identificados como Leonardo Ezequiel Ochoa, preso por tentativa de homicidio; Rubén Molina, detenido por robo calificado; Lucas García, acusado por portación ilegal de arma de fuego, y Rubén Sanpedri, por encubrimiento agravado por el ánimo de lucro.

El fiscal Daniel Ichazo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de Berazategui, quedó a cargo de la investigación y ordenó las medidas tendientes a dar con los fugados en el macro de la causa caratulada “evasión”.

En tanto, desde la Auditoria General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, a cargo de María de los Ángeles Martínez, informaron que comenzó una investigación administrativa para establecer si hubo responsabilidades del personal policial en la fuga, aunque hasta el momento no se tomó ningún temperamento con los efectivos que se encontraban en la dependencia al momento del hecho.

La fuga en Berazategui ocurrió luego de que la noche del 24 de agosto se diera un motín en una comisaría porteña, donde los detenidos rompieron candados de los calabozos y se enfrentaron a la Policía de la Ciudad.

Ocurrió en la Comisaría 3A de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en Lavalle 1958, en el límite entre los barrios porteños de Balvanera y Recoleta, donde 22 detenidos se amotinaron en un calabozo. Finalmente, la situación fue controlada y casi todos los presos fueron llevados a otras sedes policiales. Casi en simultáneo, los detenidos en una comisaría de Villa Urquiza armaron una revuelta que, afortunadamente, no pasó a mayores.

Los reclusos amotinados en la Comisaría 3A exigían que los trasladaran a cárceles del Servicio Penitenciario Federal, que vive hace meses un escenario de tensión con el Ministerio porteño que reclama cupos para trasladar detenidos mientras enfrenta una fuerte sobrepoblación.

La comisaría tenía lugar para 11 detenidos: había 22. Hoy, las comisarías porteñas y sus alcaidías tienen un récord de detenidos y una fuerte sobrepoblación. Donde debería haber 600 detenidos, hoy hay más de 800. No deberían pasar más de 24 horas, o 48. Sin embargo, varios de los internos en la 3A ya habían alcanzado el procesamiento. El Servicio Penitenciario Federal, hoy intervenido por la referente de Justicia Legítima María Laura Garrigós de Rébori, no da el cupo suficiente. Así, las comisarías se atoran. El problema en la provincia de Buenos Aires atraviesa todas las gestiones desde Daniel Scioli, con las mismas críticas y situaciones de fuga, violencia institucional y tormentos.

El ministro Marcelo D’Alessandro realizó reclamos en múltiples sectores, desde el Ministerio de Justicia de la Nación del SPF hasta el Congreso. También, querelló al Servicio Penitenciario en el Juzgado Federal N°7 de Sebastián Casanello por no dar el cupo, de cara al histórico convenio de que el sistema de cárceles federales debe absorber a los detenidos de la Capital Federal. “Tuve diez horas a un detenido en un camión de traslado por este problema”, asegura a Infobae: “Hay semanas que mandás 80, otras 50, otras cien, hay semanas que no mando. Tenemos un promedio de 2.500 detenidos por mes, entre 800 y mil quedan dentro del sistema. Y no tienen quedar ni dos días, no corresponde“.

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