Cristian Andrés Rivas pasó 12 de sus últimos 15 años tras las rejas. Cada vez que el hombre de 34 años salió, volvió a robar y fue detenido. Pesan sobre sus espaldas tres condenas por robo agravado y estadías tanto en cárceles federales como bonaerenses. Su última salida fue hace muy poco, el 22 de febrero del 2022 le abrieron las puertas del penal de Melchor Romero. Tardó 28 días en volver a robar y, además, violar.
El domingo pasado ingresó a asaltar una panadería en Virreyes, golpeó a la empleada hipoacúsica de 22 años, la ató con un cinturón, la encerró en el baño y la abuso sexualmente. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad que difundió Infobae.
Ahora Vivas, o “Cristian D-Tigre” como le gusta llamarse en las redes sociales, se esconde de la Bonaerense en algún lugar de la zona norte del conurbano.
El hecho por el cual la DDI de San Isidro, y el fiscal Sergio Szyldergemejn, lo buscan ocurrió a las 16.22 del domingo pasado. Vivas ingresó a la Panadería ubicada en Avenida Avellaneda al 3800, a pocos metros del ramal Tigre de la Panamericana.
Una cámara de seguridad, ubicada en el interior del local, mostró el momento en el que se lo ve ingresar con pantalones azules, buzo gris y barbijo oscuro. “Vos quedate ahí. Esto es un robo. Quedate quietita”, fue lo primero que le dijo a S.Q, la única empleada del lugar.
La joven de 22 años, hipoacúsica, apenas entendía lo que Vivas le decía. Sólo alcanzó a responderle que no tenía plata. Luego el delincuente le pidió su celular desbloqueado. La mujer se lo dio, pero no fue suficiente.
Luego de eso, la golpeó y la violó.
Según el relato que realizó la víctima, Vivas sacó de su bolsillo un arma y comenzó a golpearla con la culata: “Después me apunta con el arma y me lleva al baño. Me arranca el cinturón que yo tenía y me ata con eso. Me abusó sexualmente”. La mujer contó que el ladrón le pegó tres veces en la cara y que, 5 días después, sigue sin poder comer del dolor.
La escapatoria de Vivas del lugar fue sumamente llamativa. No salió corriendo ni intentó alejarse disimuladamente. Todo lo contrario. Cruzo enfrente y se sentó a esperar el colectivo 203, que finalmente abordó.
A partir de ese momento, y de la denuncia de S.Q, comenzó una búsqueda por parte de la Bonaerense y de la fiscalía de Szyldergemejn. Recién el miércoles la DDI de San Isidro logró identificar a Cristian Andrés Vivas.
Los efectivos determinaron que, luego de abordar la unidad del 203, el sospechoso recorrió apenas 9 paradas por la misma Avenida Avellaneda hasta el cruce con la calle Málaga, donde finalmente descendió. De ahí caminó hasta el Barrio San Jorge.
No duró mucho tiempo ahí, según un reporte de la Policía Bonaerense. Cuando el caso se mediatizó, 24 horas después de lo sucedido, sus vecinos lo identificaron y lo expulsaron del barrio. De ahí en más, nadie sabe dónde se esconde.
Infobae logró reconstruir su historial delictivo en base a distintas fuentes judiciales. La primera condena que recibió Vivas fue en el 2006 por el delito de robo doblemente agravado. Por ese hecho estuvo encarcelado hasta el 2013, cuando salió con la condena cumplida. No tardó mucho en volver a robar.
En abril del 2014, fue detenido mientras asaltaba un comercio. La imputación fue por robo calificado. Por ese hecho estuvo detenido en Campana y Magdalena hasta que logró la libertad en agosto del 2015, con la pena extinguida.
Volvió a ser atrapado en marzo del 2018 y se le inició una causa por robo agravado por el uso de arma de fuego. Ese mismo año llegó la condena a cuatro años de prisión, que cumplió en los penales bonaerenses de San Martín y Melchor Romero.
El 22 de febrero salió en libertad. El 20 de marzo entró a la panadería de Virreyes para robar y abusar sexualmente de la empleada.
Vivas es muy activo en redes sociales, sobre todo en Facebook. Durante los últimos meses de su estadía en Melchor Romero, subió fotos y posteos casi todos los días. “En Canadaaaa”, solía escribir junto selfies suyas en distintos lugares del penal. También hay dedicatorias para su hijo, de apenas 4 años.
Mientras la Justicia y la policía continúan con la búsqueda, esta tarde, a las 18, familiares y amigos de la víctima se juntaran en la puerta de la panadería.
El pedido es el mismo que se repite en estos casos: “Queremos vivir tranquilas y que haya justicia”.
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