La secretaria de Deportes, Inés Arrondo, volvió a estar en el centro de la polémica y a ser blanco de críticas y hasta de un pedido de renuncia, tras conocerse un grave episodio -otro más- que la tiene como protagonista. Esta vez, se trató de una agresión a un empleado de seguridad del CENARD que le había impedido el paso por no contar con la correspondiente identificación. La situación fue tan grave que terminó con una intervención policial y un expediente en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
Referentes sociales y políticos cuestionaron a la funcionaria por su violenta reacción ante el custodio e incluso llegaron a pedir que dé un paso al costado. Es que no es la primera vez que Arrondo queda en medio de una situación polémica. El año pasado fue acusada de “descalificar, silenciar y amedrentar a varios referentes gloriosos e intachables de nuestra reciente historia deportiva” por las críticas que plantearon contra su gestión dos medallistas olímpicos.
Ante los últimos acontecimientos, y consultados por Infobae, los diputados Maximiliano Ferraro (presidente de la Coalición Cívica) y Waldo Wolff (PRO), al igual que Maximiliano Guerra, bailarín, referente de la cultura y dirigente alineado con la titular del PRO, Patricia Bullrich, rechazaron el comportamiento violento que tuvo la secretaria de Deportes de la Nación con el trabajador que brindaba seguridad a esa dependencia donde entrenan en alta competencia los deportistas de elite de la Argentina.
Además, este medio pudo saber que desde el año pasado recrudeció el malestar tanto de gobernadores como de intendentes con Arrondo por demoras o falta de cumplimiento de promesas de envío de recursos y materiales al interior del país. “Es una persona que no sabe trabajar en equipo. Es un problema cada vez que hay que coordinar una medida con un gobernador o un intendente porque después no cumple lo que acuerda”, revelaron fuentes que están al tanto del día a día de la Secretaría de Deportes.
“Es inadmisible el uso de violencia verbal, física, psicológica o abuso de poder en el ejercicio de un cargo en la función pública. Los funcionarios públicos debemos actuar con responsabilidad, humildad, austeridad y no creernos dueños y señores”, afirmó Maximiliano Ferraro, al ser consultado sobre el episodio. Por su parte, Waldo Wolff, diputado del PRO, también se expresó sobre la acusación contra Arrondo por la agresión al personal de seguridad del CENARD: “Por lo menos debería dar un paso al costado hasta que se expida la Justicia de manera definitiva”.
En tanto, Maximiliano Guerra, que trabaja en el equipo de Patricia Bullrich, advirtió que “ocupar un cargo público implica asumir una responsabilidad muy grande” y que lo ocurrido en el CENARD con Arrondo fue “patético y una demostración de soberbia”. Ex director del Ballet Estable del Teatro Colón, fundador y director del Ballet del Mercosur, y de la Fundación MG, destacó que la Secretaría de Deportes es una institución clave para mejorar ayudar y asistir a los atletas pero también “para atender a la juventud y la niñez que tanto necesitan: el deporte y el arte son lugares donde se puede rescatar a los chicos que más lo necesitan, por eso se requiere de personas aptas para cumplir con su rol de liderazgo”.
“Según los hechos que contó Infobae, esta persona que fue agredida estaba haciendo su trabajo. No tenía la obligación de conocer a todo el mundo y aún así, un funcionario público tiene que respetar a todos los que cumplen con sus labores en los lugares en los que él mismo tiene responsabilidad”, afirmó Guerra. El también docente de danza agregó: “Creo que estamos con la persona incorrecta para ser Secretaria de Deportes, porque no tiene el equilibrio emocional para liderar a un grupo. Cuando el ego te sobrepasa, te hace hacer estas macanas”, agregó.
“Da mucha tristeza ver una situación así porque no tiene nada que ver con lo que nosotros hemos aprendido como deportistas, pero tampoco como dirigentes. No son los valores que priman como es el respeto y el juego limpio. Más tristeza me da a mí porque se trata de una ex atleta que hoy es funcionaria pública y que no está dando el ejemplo”, manifestó Juan Curuchet, uno de los medallistas con la que tuvo un desagradable cruce, al ser amenazado por Arrondo para que no hiciera declaraciones públicas sobre la onerosa contratación de un vuelo privado para llevar -en medio de la crisis por la pandemia de COVID- deportistas a participar de un torneo en Guayaquil, Ecuador.
De hecho, esa situación llegó a ser tan grave que el Comité Olímpico Argentino emitió un fuerte comunicado de repudio a Arrondo, por haber agraviado y presionado a Curuchet, Walter Pérez y Federico Molinari, tres figuras del deporte argentino. En ese contexto, el COA expresó su repudio a “los dichos y procederes” de Arrondo, ya que “agravian a nuestra institución y además pretenden descalificar, silenciar y amedrentar a varios referentes gloriosos e intachables de nuestra reciente historia deportiva”.
El incidente que protagonizó Arrondo
Tal como publicó este jueves Infobae, el 16 de febrero último, Inés Arrondo, ex integrante de las Leonas con las que conquistó varias medallas olímpicas, protagonizó el grave incidente en las instalaciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, ubicado en el barrio de Núñez. Según confirmaron fuentes del caso, Arrondo llegó al lugar a bordo de un Renault Fluence cerca de las 12:10. Un empleado de seguridad privada encargado de controlar el ingreso de vehículos la frenó al ingresar, al no reconocerla. Allí le pidió que presente su identificación. Arrondo, según el relato de la víctima, bajó del auto de forma intempestiva y comenzó a increparlo.
Entonces -de acuerdo a las actuaciones a las que accedió este medio- comenzó un forcejeo. El empleado, de 24 años, oriundo de Villa Ballester, recibió un rasguño en la cara. Esta agresión motivó un llamado a la Policía de la Ciudad y al lugar llegó un móvil de la Comisaría Vecinal 13B. Allí, el hombre relató el incidente y se formó una causa por lesiones leves. Mientras la policía realizaba el acta, el empleado de seguridad se retiró para luego volver. Aseguró que no quería realizar denuncia alguna.
De todos modos, la causa fue reportada a la Unidad de Flagrancia a cargo del fiscal Norberto Brotto. Se dispuso que comiencen las actuaciones y luego el expediente fue derivado por territorialidad a la Unidad Fiscal Norte del MPF porteño.
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