Liberaron por “inimputable” a un femicida que mató de 11 puñaladas a su pareja y se fue de vacaciones

Ramón Hermes Acuña fue excarcelado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza, que decidió enviarlo a su domicilio. Organizaciones feministas escracharon la casa del hombre

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Ramón Hermes Acuña, el femicida
Ramón Hermes Acuña, el femicida de María Dolores Juncos

El 15 de septiembre de 2020, María Dolores Juncos gritó lo más fuerte que pudo para que alguien la rescatara. Gritó tanto que cuando observó que el ataque era inevitable intentó disuadir a su agresor, convencerlo de que no le hiciera daño. Pero ya era tarde. “Yo también te quería”, le dijo la mujer de 35 años y madre de tres chicas, segundos antes de morir a Ramón Hermes Acuña, su pareja desde hacía al menos un año, 43 años mayor que ella. Pero a Acuña no le importó: la asesinó de 11 puñaladas en el cuello con un cuchillo de 15 centímetros de filo.

Tras casi un año y medio preso, el hombre fue declarado inimputable y liberado. Acto seguido, se fue de vacaciones a Corrientes.

El día del hecho, del otro lado de la pared donde asesinaron a Juncos, la empleada de limpieza de Acuña escuchó los pedidos de auxilio, pero se quedó en estado de shock. Inmóvil. No sabía qué hacer. Cuando logró comprender la situación, se dirigió rápidamente a buscar a la hija de Acuña, Sandra, quien vivía cerca del lugar.

Una vez que llegó a la casa de Fournier al 1000 en Isidro Casanova, la mujer ingresó y fue directo al cuarto de donde habían salido esos gritos de pavor. Abrió la puerta y la dantesca escena que observó la dejó atónita. Ambos yacían tendidos sobre la cama envueltos en sangre y el cuchillo se encontraba en medio de la pareja.

Juncos ya no respiraba. Acuña, en cambio, apenas se movía. Había intentado quitarse la vida acogotándose con el mismo elemento que segundos antes había utilizado para asesinar a su pareja. Sandra llamó al 911.

María Dolores Juncos, la víctima
María Dolores Juncos, la víctima de Acuña

Tras recuperarse de la herida autoinfligida, Acuña fue enviado a un calabozo acusado por el delito de homicidio agravado por el vínculo de pareja existente con la víctima y por haberse perpetrado contra una mujer por un hombre con violencia de género: femicidio.

Pasó poco más de un año en una celda hasta que el 22 de febrero pasado fue declarado inimputable por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza, que decidió enviarlo a su domicilio bajo la sugerencia de realizar un tratamiento psiquiátrico. El fiscal del caso, Alfredo Luppino, esgrimió que representa un “riesgo para terceros” y la familia de la víctima denunció que nunca fue notificada de la liberación del acusado y teme que pueda regresar para atacarlos.

“Estamos aterradas. Tenemos mucha angustia y desesperación. Él está libre y sabe exactamente dónde vivimos. Después de lo que hizo, no sabemos qué esperar de un tipo así”, expresó angustiada en diálogo con la agencia de noticias Télam Karina Juncos, hermana de la víctima, que dijo que “no recibió ni una sola explicación de la Justicia” sobre la liberación de Acuña (78).

Escrache en el domicilio de
Escrache en el domicilio de Acuña, donde asesinó a Juncos

La medida fue adoptada por los jueces Alfredo Drocchi, Matías Rouco y Andrea Schiebeler, que basaron su fallo en una pericia psiquiátrica hecha por profesionales del Gabinete Psiquiátrico Forense, dependiente de la Dirección de Salud Mental de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria.

La misma determinó que “el acusado no estaba en condiciones de ser juzgado” y que “no presenta riesgo cierto e inminente en la actualidad”, por lo que los magistrados ordenaron su inmediata excarcelación y solamente le “sugirieron” a Hermes Acuña “la continuación de un tratamiento psicológico-psiquiátrico”.

Nueve meses antes, en otra pericia, psiquiatras de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense habían hecho un diagnóstico similar, al aducir que Hermes “no obró con voluntad ni libertad de conciencia, dado que su accionar estuvo condicionado por síndrome delirante celotípico montado en personalidad premórbida de tipo narcisista”.

Sin embargo, dicho informe decía que el hombre de 78 años presentaba “alteraciones morbosas de sus facultades mentales con ideación de perjuicio de terceros y rasgos paranoides, que son pasibles de desencadenarse toda vez que se pongan en riesgo sus intereses”, por lo que recomendaron que el hombre “sea internado en un establecimiento psiquiátrico”.

Juncos, madre de tres niñas,
Juncos, madre de tres niñas, fue asesinada de 11 puñaldas

Nunca vi que en nueve meses se cambie tan radicalmente el diagnóstico de una persona”, señaló a la agencia de noticias Télam una fuente judicial con acceso al expediente.

Por su parte, el fiscal Luppino, apeló el fallo de los magistrados y pidió que se “revoque el sobreseimiento” y que “se haga nula la excarcelación”, con el fin de que Hermes Acuña quede bajo la custodia de un hospital neuropsiquiátrico.

La familia Juncos denunció que el femicida vive actualmente “con total normalidad” en la casa donde María Dolores fue asesinada.

Nos acostumbramos a vivir con miedo gracias a la Justicia de mierda que tenemos. No cabe en ninguna cabeza dejar en libertad a un tipo así”, remarcó Karina, hermana de la víctima, a la vez que añadió: “Nos enteramos que el tipo se fue de vacaciones a Corrientes después de que lo liberaron, es como si no hubiera pasado nada”.

Tras la muerte de María Dolores, Karina, junto a su hermana Virginia y su madre, se hicieron cargo de la custodia de las tres hijas de la víctima.

Al principio las nenas estaban muy mal. Tenían miedo de dormir a la noche. No se dormían hasta que era de día. Todavía nos cuesta aceptar la realidad. Ellas están con psicóloga. Si a mí me duele y me angustia, imaginate a ellas”, relató Karina sobre las hijas de la víctima, todas ellas menores de edad.

En tanto, la familia contó con el acompañamiento de la organización Atravesados por el femicidio desde “el primer momento”, la cual calificó el fallo del TOC 1 de La Matanza como “horroroso”.

Después de que dejan en libertad a una persona que apuñaló a otra de 11 puñaladas, no sé qué más puedo esperar. Una pierde la fe con todo lo que pasó”, concluyó Karina Juncos.

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