Claudio Gabriel Rodríguez (32) fue asesinado el domingo pasado de un disparo en la cabeza en el partido de Ituzaingó, tras ser abordado por motochorros que le dispararon a sangre fría, y huyeron sin robarle nada. Todo quedó registrado por una cámara de seguridad vecina. En apenas 10 segundos, los homicidas frenaron la moto, mataron y huyeron. Las imágenes son dramáticas. A 72 horas del crimen, hay dos detenidos que no precisamente eran motochorros sino cuñados y, uno de ellos, incluso, es soldado de la Fuerza Aérea.
También los investigadores del crimen de Claudio tienen una hipótesis más sólida sobre el móvil: un ajuste de cuentas pero no con la víctima sino con un familiar directo, dijeron las fuentes consultadas por Infobae. Sí, lo mataron por un problema ajeno.
En ese sentido, las mismas fuentes contaron que en las últimas horas se hicieron allanamientos en el barrio Storni, del partido de Merlo, del que participaron agentes de la Comisaría 4ª, de la DDI y el GAD de Morón tras una orden del Juzgado Garantias N°4.
Así, se allanaron dos domicilios ubicados en E. Lamarca al 2300, en San Antonio de Padua. En el primero, detuvieron a Julian Santiago Zeitune (24), alias “Juli o Julito”, desocupado que se dedicaría a la narcomenudeo. De su casa se llevaron dos celulares, una moto Yamaha Crypton y dos casos negros.
A unos metros del domicilio de Julito, cayó su cuñado. Para sorpresa de los investigadores, Nahuel Nicolás Gamarra (26) es un soldado voluntario de la Fuerza Aérea que trabajan en la oficina de archivos del Aeroparque porteño. De su casa se llevaron un celular y un casco. Y ahora, tanto él como Zeitune fueron acusados por homicidio agravado.
El crimen de Claudio, que trabajaba como albañil, es una verdadera tragedia para su familia, sobre todo porque su muerte se debió a un problemas de uno de sus parientes más cercanos.
El domingo pasado, el día del Superclásico, Claudio llegó a la esquina de Monroe y San Salvador. Volvía de la casa de la novia: había bajado en la estación de tren San Antonio Padua y estaba a unas diez cuadras de su domicilio. Por lo que se ve en el video, el reloj marcaba las 18.53 cuando dobló en la esquina e intentó continuar por San Salvador.
En ese momento, fue interceptado por los asesinos, que iban a bordo de una moto negra de baja cilindrada. En las imágenes se ve cómo uno de ellos se bajó del vehículo, se dirigió hacia él y, sin mediar palabra, le disparó para luego huir del lugar junto a su compañero sin sustraerle absolutamente nada.
Fue el estruendo del disparo lo que alertó a uno de los vecinos de la cuadra que, en seguida, dio aviso a la Policía. Al arribar al lugar, los efectivos de la Comisaría 4° encontraron a Claudio tendido sobre el piso con un disparo en la cabeza. “No le quitaron su mochila, la cual llevaba sobre su espalda, ni el celular ni la billetera que poseía en el bolsillo de sus pantalones. Tampoco hubo un forcejeo”, dijo una fuente allegada a la investigación.
“Claudio era más bueno que el pan. Lo quería medio mundo. Trabajaba como albañil con el mejor amigo. Se estaba terminando de construir la casa con su novia y, hace una semana, había empezado el colegio. Quería terminar el secundario porque trabajaba desde los 11 años, como yo”, confió a Infobae Oscar Rodríguez, hermano de la víctima.
De acuerdo con Oscar, a Claudio lo mataron para robarle. “No fue un ajuste de cuentas, como se dice por ahí. Mi hermano no tenía deudas y tampoco debía plata. En el video se ve cómo él quiere sacarse la mochila y cuando levanta la mano el delincuente empieza a disparar. Hay tres tiros que quedaron marcados en la pared”, agregó el hermano de la víctima. Justamente, tampoco fue un robo como aseguraba Oscar. A Claudio lo mataron por un problema de otro.
En la causa interviene el fiscal Patricio Ventricelli, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción UFI N° 2 descentralizada de Ituzaingó
SEGUIR LEYENDO: