La Policía Bonaerense, bajo la orden de la fiscal Alejandra Olmos Coronel, secuestró dos cuchillas con un filo de 25 centímetros cada una en la casa del principal sospechoso por el crimen de Alan Osvaldo Lipovsky (33). El remisero fue asesinado el sábado pasado en la localidad de Gerli luego de una discusión de tránsito con un motociclista. Además, los agentes encontraron una moto y una camioneta: serían los vehículos que el agresor utilizó en el homicidio.
El procedimiento donde se incautaron las armas blancas se produjo este martes en Larrazábal al 1.100, el domicilio del principal sospechoso por el crimen, identificado como Jonatan René Valdez (36), quien aún no fue localizado y esta tarde continuaba prófugo.
De este modo, en el operativo desplegado por personal de distintas comisarías de Avellaneda se secuestraron dos cuchillas con mango de madera y con hoja metálica brillosa de 25 centímetros de largo. Ambas fueron enviadas a peritar bajo sospecha de ser las armas homicidas.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Infobae, que la moto hallada durante el allanamiento, sería en la que se desplazaba el agresor en el primer ataque hacia Lipovsky. Además, secuestraron una Chevrolet Blazer Dlx Turbo Diesel color negra; los investigadores sospechan que fue empleada por el homicida para escapar una vez consumado el asesinato.
El crimen ocurrió el sábado alrededor de las 18.30 en General Paz al 1.600, donde vivía y fue asesinado el remisero que había regresado para ir al baño.
Cristina, madre de la víctima y testigo clave del ataque, explicó que su hijo trabajaba con su Chevrolet Corsa en una remisería ubicada muy cerca de su casa. Por ese motivo, había decido ir hasta el baño de su domicilio cuando tuvo un problema de tránsito con un motociclista.
Cristinas señaló que cuando su hijo estacionó en la puerta de su casa, se dio cuenta de que el motociclista lo había seguido y recordó que antes de que se llegara a bajar del auto, este hombre “lo empezó a agredir” y la pelea a golpes continuó cuando se bajó del Corsa.
”En un momento, amaga como que va a sacar un arma y mi hermana, que estaba en la calle en ese momento, se abalanza sobre él y lo empieza a golpear. El muchacho de la moto se va y pensé que todo había terminado ahí”, dijo la mujer, quien explicó que en ese momento es cuando su hijo le contó todo sobre el incidente previo a ella y a su hermana, y les aclaró que no conocía al agresor.
Cristina señaló que su hijo entró a la casa para ir al baño y que pasaron entre siete y diez minutos cuando vio que por la calle De la Serna se acercó alguien que se abalanzó sobre su hermana, María, a quien comenzó a agredir con un arma blanca en la zona de la cabeza.
”Mi hermana de un ojo no ve y creyó que era un fierro, puso su mano y atajó los golpes. Mi hijo, cuando ve eso, se abalanza sobre el hombre, no sé si le vio el puñal o quiso defender a su tía. Le dijo ‘dejá a mi tía, no la toques’ y le largó una patada. Ahí, le asestan una puñalada y el hombre sale corriendo”, narró.
Según las fuentes del caso, el remisero recibió el puntazo en la zona intercostal izquierda. En el hospital Fiorito, hacia donde la llevó su madre en el auto, no pudieron salvarlo.
La madre contó que ella corrió detrás del agresor y vio que se subió “a una camioneta tipo Trafic” y que para ella fueron dos personas distintas las que fueron a su casa y que por lo que le dijeron serían “padre e hijo”.
Sin embargo, hasta el momento, en la causa figura un único imputado, dado que en las imágenes de las cámaras de seguridad los investigadores observaron que esa misma persona fue la que iba en la moto y que luego regresó a cometer el crimen vestido con una camiseta de fútbol.
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