Ayer, efectivos del Comando Patrulla de la Comisaría Tercera de Virrey del Pino, en el partido de La Matanza, se dirigieron hasta un domicilio del barrio Mi Esperanza tras un llamado al servicio de emergencias 911. Del otro lado del teléfono, alguien había alertado a la Policía sobre la presencia de un cadáver en una casa deshabitada y localizada sobre la calle Miguel Servet, entre Rómulo Carbia y Antonio Rivero.
Al llegar, los uniformados inspeccionaron el lugar y encontraron el cuerpo dentro de una de las habitaciones. Había sido carbonizado, estaba atado de manos y tenía una soga alrededor del cuello.
En el caso tomó intervención el fiscal Marcos Borghi, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, quien ordenó que la Policía Científica realice las pericias correspondientes. Así, en la vivienda abandonada se levantaron muestras de cenizas, con el fin de establecer el material de combustión, y se tomaron muestras sanguíneas y fotografías.
Según fuentes de la investigación, hacia la tarde de este martes todavía no se había podido identificar la identidad de la víctima. Un investigador indicó a Télam que se trataría de un hombre “de aproximadamente entre 20 y 30 años”. Tampoco se sabe la mecánica de la muerte: se desconoce si fue prendido fuego vivo o ya fallecido. El cuerpo calcinado fue llevado a la morgue judicial de La Matanza, para la autopsia de rigor.
Hasta el momento no hay una hipótesis firme de lo ocurrido. Una línea que siguen los investigadores es que se trate de un crimen vinculado a un ajuste de cuentas. Al parecer, el hecho habría ocurrido el sábado por la noche, cuando dos hombres fueron vistos al salir corriendo de la casa en dirección al río Matanza, ubicado a unos 200 metros de allí. Por lo pronto y mientras se siguen buscando pistas, el caso fue caratulado como homicidio.
Hace unos meses sucedió un hecho similar en la localidad de Virrey del Pino. El 1º de agosto del año pasado, fue encontrado el cuerpo sin vida y quemado de un hombre de 24 años. En este caso, el cadáver estaba en medio de la vía pública, en la manzana 28, Lote 1, del barrio San Javier. Un vecino que caminaba por el lugar lo observó tirado en la calle y avisó a la Policía.
En los minutos siguientes, dos efectivos se acercaron hasta allí y constataron el fallecimiento de la persona que había sido calcinada y, además, tenía herida cortopunzantes. El cuerpo, se supo más tarde, pertenecía a Daniel Ernesto Díaz, quien residía en el barrio Golf.
Casi al mismo tiempo cayó el principal sospechoso: vecinos de la zona vieron a un joven intentando escapar y esconderse en los frentes de algunos domicilios. No tuvo éxito y fue detenido en la esquina de las calles Bacigaluppi y Warnes. Se trató de Nahuel Maximiliano Muñoz, también de 24 años y también con domicilio registrado en el barrio Golf, al igual que el hombre asesinado.
Durante las pericias realizadas a las prendas del sospechoso del crimen, la policía logró encontrar algunos efectos personales que testigos aseguraron que pertenecían a la víctima del crimen. El sospechoso tenía en su poder un bolso rojo, que en su interior contenía zapatillas, otras prendas de ropa y también había una billetera con el DNI de Daniel Díaz.
Muñoz fue detenido e imputado por homicidio y robo agravado por el uso de arma.
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