“Mamá, me dio un puntazo, llevame al médico”. Eso fue lo último que Cristina escuchó de su hijo Alan Osvaldo Lipovsky (33). Luego, se subió al coche que usaba para trabajar de remisero y se desvaneció sobre su mamá. La mujer, como pudo, manejó hasta el hospital Fiorito pero no pudieron salvarlo.
Apenas unos minutos antes, la víctima había llegado a su casa de Gerli y se había trenzado en una pelea con un moociclista que lo siguió y le recriminó por un incidente de trásito. La tía de Alan fue testigo de los sucedido e intercedió. Cuando el agresor se fue, escuchó de su propio sobrino lo que había pasado. Pero, unos minutos después, fue ella el objetivo del ataque y su sobrino salió a defenderla. Fue entonces que lo apuñalaron.
“Mi hermana de un ojo no ve y pensó que era un fierro, y pone su mano y ataja los golpes. Mi hijo cuando ve eso, se abalanza sobre el hombre, no sé si le vio el puñal o quiso defender a su tía. Le dijo: ‘Dejá a mi tía, no la toques’. Y le largó una patada, y ahí le asestan una puñalada y el hombre sale corriendo”, narró Cristina, en diálogo con C5N, como pudo este lunes, quebrada por el llanto. “Su vida se fue y me quedé sola para siempre, no tengo a más nadie en la vida”, se lamentó.
El crimen ocurrió el sábado pasado a las 18.30 en General Paz 1686, en la zona Sur del Conurbano bonaerense, y por el crimen no había detenidos este lunes. Son dos los sospechosos buscados por la Justicia por el delito de “homicidio”: por un lado, el motociclista con el que la víctima tuvo su primer altercado, y por otro, un hombre que sería padre del primero y presunto autor material del crimen.
Ese 19 de marzo, María vio cómo llegaba su sobrino Alan a bordo de su Chevrolet Corsa. También observó cómo detrás estacionó una moto, del cual descendió un joven que vestía un pantalón corto y una remera d Rosario Central, según indicaron fuentes del caso. El agresor, de contextura física robusta, sin mediar palabras golpeó al remisero y se fue.
Cristina relató que su hijo trabajaba en una remisería ubicada muy cerca y, por ese motivo, había decido ir hasta el baño de su casa. Fue entonces cuando tuvo el incidente de tránsito. Lo sabe porque Alan se lo contó tras el altercado no bien estacionó. Según la mujer, su hijo circulaba por Crisólogo Larralde y al doblar en Florencio Varela se encontró con una moto que “venía haciendo piruetas o manejando raro”. Cuando su hijo pasó, el motociclista “le hace como señas o guiños”, pero él “no le dio importancia y siguió”.
Por ello, cuando Alan estacionó en la puerta de su casa, se dio cuenta de que el motociclista lo había seguido. “En un momento, amaga como que va a sacar un arma y mi hermana, que estaba en la calle en ese momento, se abalanza sobre él y lo empieza a golpear. El muchacho de la moto se va y pensé que todo había terminado ahí”, relató Cristina.
Diez minutos después, un hombre con un elemento “del tipo hierro brillante” -según las fuentes- atacó a la tía de Alan en la cabeza y el remisero intercedió: fue apuñalado en la zona izquierda del pecho. El homicida huyó y es intensamente buscado en la causa que investiga la UFI N°1 de Avellaneda, a cargo de la fiscal María Olmos Coronel.
La madre del remisero contó que ella corrió detrás del agresor, y vio que se subió “a una camioneta tipo Trafic”, pero que luego escuchó que su hijo le gritaba: “Mamá, me dio un puntazo, llevame al médico”. Cristina trasladó a su hijo al Hospital Fiorito de Avellaneda, pero Alan no sobrevivió.
La fiscal ya ordenó un relevamiento de cámaras de seguridad que hayan captado los momentos previos y posteriores al crimen, y otras tareas investigativas para dar con los autores del hecho.
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