Armas y dólares: la furiosa caída y la vida en Instagram de “El Feo”, detenido por el crimen de un empresario

Sebastián Alejandro Quiñónez tiene apenas 18 años. Fue capturado por la Policía Bonaerense en el Complejo Carlos Gardel por participar en el homicidio de Rolando Omar Villafañe cometido el 14 de febrero pasado

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Video: la Policía Bonaerense arrastra a Quiñones.

El 14 de febrero pasado, Rolando Omar Villafañe, un empresario del rubro textil, fue asesinado a quemarropa dentro a su fábrica en la localidad bonaerense de Caseros por un grupo de cuatro delincuentes que quisieron robarle. Tras el hecho, la Policía Bonaerense capturó a dos menores de edad que habían participado en el crimen. Sin embargo, restaba atrapar a dos de sus cómplices. Esta mañana, personal de la Comisaría 3° de Febrero detuvo al tercer sospechoso: Sebastián Alejandro Quiñónez, de 18 años, alias “El Feo”. No se rindió tan fácil. Quiñonez, que posaba con armas de fuego y billetes en Instagram, peleó y se retorció mientras lo llevaban.

Quiñónez fue atrapado en el Complejo Carlos Gardel, en El Palomar. Para dar con “El Feo”, los detectives realizaron tareas de vigilancia encubierta en la zona y registraron sus redes sociales. Además de dar con Quiñónez, los agentes fueron tras el último prófugo del caso que también se encontraba en el mismo lugar.

Sin embargo, este último logró escaparse. Según relataron fuentes policiales a Infobae, fue “gracias a los vecinos del lugar” que lo respaldaron y pararon a los efectivos mientras iban tras él y el otro joven intentaban fugarse.

Banda: Quiñonez y su alarde
Banda: Quiñonez y su alarde de dinero.

“El Feo”, por su parte, no se escondía demasiado. En su perfil de Instagram, el joven de 18 años se mostraba con pistolas y billetes. Las fotos donde mostraba su estilo de vida eran un tanto llamativas: el mismo se apuntaba sobre su cabeza y abajo dejaba un mensaje, en general, hacia alguna persona cercana a círculo íntimo: “Te aprecio una banda hermanito. Sabes que siempre con vos, ladrón”, se lee en una imagen. En otra, en cambio, luce una camiseta del club Vélez Sarsfield y se lo ve con un fajo de dólares estadounidenses sobre su oído y recreando que sostiene un teléfono celular.

Así, “El Feo” cayó detenido. El hombre llegó a la comisaría de Caseros tomado del cuello por dos agentes y con los pantalones caídos. Luego, fue depositado en un calabozo a la espera que la fiscal del caso, Gabriela Disnan, a cargo de la UFI N°5 de San Martín, le tome declaración indagatoria por el brutal crimen del que se cree que participó. “El Feo” está imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego criminis causa, es decir, matar para ocultar otro delito, que prevé una condena a prisión perpetua.

El crimen ocurrió pasada la medianoche del 14 de febrero en la algodonera de Rolando, ubicada en Ángel Pini 5445. La víctima había ido, como siempre, a adelantar la jornada laboral: lo hacía todos los días desde las 0.30 hasta las 4. Esa madrugada, recién había llegado cuando los delincuentes lo sorprendieron y le dispararon. Los investigadores creen que la víctima se resistió a con un arma que fue hallada en su coche.

El dueño de la fábrica había recibido un disparo en el abdomen y yacía al lado de su camioneta Ford Ranger.

“Escuchamos detonaciones, tipo 3 ó 4 tiros, y una arada de un auto que salió huyendo. Lo fui a ayudar a ‘Roli’ y lo vi que estaba en el piso, al lado de su camioneta. Se estaba tapando en el estómago, que era donde le habían dado”, relató uno de los vecinos que había socorrido al empresario, y contó lo que Villafañe le dijo: “Ayudame, me duele mucho. Por favor, fijate que me cierre el portón”.

"El Feo" detenido en la
"El Feo" detenido en la comisaría de Caseros

Justamente, fueron los vecinos los que dieron aviso al 911, por lo que agentes de la Comisaría 1ª de Caseros se trasladaron al lugar. Ahí estaba también el yerno de Villafañe, que, según declaró luego, había recibido un llamado en el que su suegro le indicaba que “vino uno y le tiró sin mediar palabra”. Fue su pariente quien trasladó a la víctima en su auto hasta la clínica Trinidad de Ramos Mejía, donde pese a los intentos por reanimarlo, falleció tras un paro cardiorrespiratorio.

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