El curioso relato de la víctima de la “estafadora del amor” de WhatsApp: asegura que le robó más de $4 millones

Una joven llamada “Leila” fue denunciada ayer en Puerto Madryn por un hombre de nacionalidad boliviana que vive en un asentamiento luego de una relación ficticia de más de tres años

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El Barrio Pujol 2 de
El Barrio Pujol 2 de Puerto Madryn, donde vive el denunciante (Policía de Chubut)

Una dependencia policial es, básicamente, un lugar donde la gente va y hace sus denuncias, donde cuenta sus historias, algunas más terribles, otras más curiosas. El miércoles 9 por la mañana, Jhunior, un joven de 24 años oriundo de Bolivia, hijo de una familia numerosa, se presentó en la División Policial de Investigaciones de Puerto Madryn, provincia de Chubut, para contar la suya. Lo que relató a la Policía resuena un poco con el caso del israelí Simon Leviev, el “Estafador de Tinder” retratado en una reciente serie de Netflix, pero mucho más deslucida, literalmente de acá.

Denunció haber sido desvalijado, no en su casa, no en su auto, sino en su corazón. Jhunior no tiene un trabajo en blanco hace dos años según sus registros, cobra un seguro por desempleo de acuerdo a sus datos previsionales y es vecino del Barrio Pujol II de Puerto Madryn, un asentamiento marcado por hechos de violencia como femicidios con víctimas adolescentes, autos incendiados, crímenes de venganza por cosas triviales. En el barrio, por ejemplo, un hombre apuñaló a su hermana en 2016 por una pata de pollo en un asado. Sin embargo, el bolsillo de Jhunior decía otra cosa.

En su denuncia ante las autoridades chubutenses, advertido de la pena por mentir y reportar un delito que no existe, el joven aseguró que mantuvo una relación virtual con una mujer durante tres años. Afirmó que la mujer le quitó $4,5 millones de pesos que le giró por transferencias bancarias, Western Union y otros medios de pago.

Jhunior dio un nombre para esta mujer misteriosa: “Leila”.

“La conocí a través de una página de citas. Comenzamos a comunicarnos por medio de esta página y con el transcurrir de los días cambiamos teléfonos para comunicarnos por WhatsApp”, dice la transcripción a la que accedió Infobae. “Ella me comenta cosas de su vida, su profesión, familia, hijos y sus separaciones recientes”, continúa. Un mes más tarde, la mujer le dijo “que fue abandonada por dos maridos y tenía tres hijos que mantener”.

Así, Jhunior accedió a ayudarla. Le envió dinero, cada vez más. “Sentía que el vínculo era cercano a pesar de ser virtual”. No solo la ayudaba a cubrir el alquiler. También, “Leila” le dijo que tenía “una situación judicial” con “ciertos bienes” embargados y que necesitaba plata para recuperarlos. Luego, se puso peor. “Leila” le aseguró que había pedido dinero a un prestamista y que no tenía cómo pagarle, que su vida corría peligro: su casa había sido atacada a tiros. Jhunior accedió.

En el día de la supuesta balacera, dijo Jhunior, “Leila” fue a operarse los pechos. Luego, la supuesta mujer le pidió más plata. El joven se negó. Después, todo se puso un poco más extremo.

A fines de enero de este año, comenzó a recibir mensajes de una extraña que lo agregó a Facebook, una mujer llamada “Yamila” que se mostraba en fotos en poses sugerentes, imágenes que podrían ser robadas. “Necesito me pagues”, le posteó en su muro: “Necesito la plata”. Ante la Policía de Chubut, Jhunior aseguró que era la prestamista con la que “Leila” supuestamente se había endeudado. Efectivamente, le pagó.

Ofendido, terminó por bloquear a “Leila”. Tres días antes de presentarse a denunciar, otro supuesto prestamista a la que Leila le debía le reclamó a Jhunior otros 150 mil pesos, con varias amenazas por audio. El hombre, esta vez, no accedió y fue a la Policía.

Aseguró tener pruebas. Aportó el último número con el que “Leila” lo contactó, con una característica de Santa Fe y efectivamente activo con una cuenta de WhatsApp, sin foto de perfil. Dijo tener comprobantes de transferencias.

El caso está en manos del fiscal Mauricio Baigorria y la Policía chubutense que buscan saber, para empezar, si “Leila” existe, si ella y “Yamila” son la misma persona o si quien lo estafó, directamente, es un hombre en otro lado del país.

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