Homicidio simple con dolo eventual es el delito que le imputan al director del centro de rehabilitación de Pilar donde el 22 de febrero pasado un paciente incendió un colchón y provocó su muerte y la de otros tres internos. El lugar no estaba habilitado y, por eso, desde el 9 de marzo el responsable de la comunidad terapeútica está detenido.
La orden de detención para Alan Emmanuel Cambra Sarife (36) la firmó el juez de Garantías N°6 de Pilar, Nicolás Ceballos, por pedido del fiscal de la UFI N°3 de Pilar, a cargo del fiscal Germán Camafreita.
Infobae tuvo acceso a la acusación contra Cambra Sarife, donde se relata que la tragedia se desencadenó el 22 de febrero pasado, cerca de las 10.15, en el interior de la propiedad ubicada en Los Chañares 3.997, de la localidad de La Lonja, en el Norte del Conurbano bonaerense, donde se encontraba emplazado el Centro Terapéutico ”Resilencia SanFernando”, que en su sitio web se define como un “centro de rehabilitación de adicciones con abordaje terapéutico y espiritual”.
Allí, se produjo un incendio que provocó la muerte de Nicolás Ezequiel Bisbal, José Nahuel Castaño, Rodrigo Ariel Moreno y Nicolás Claudio Ortiz. “Déjenme acá”, les dijo a quienes quisieron rescartarlo el fallecido que había prendido fuego un colchón. Las otras tres víctimas murieron al quedar atrapados e intoxicados por el humo.
En ese predio, que no tenía habilitación y que fue clausurado, había más de 50 jóvenes en tratamiento que debieron ser reubicados de urgencia.
Para el fiscal Camafreita, Cambra Sarife, “dada su educación, conocimientos, volición y lucidez, se representó como posible la consecuencia de su accionar, resultándole indiferente cualquier ocasional víctima y los resultados descriptos”. Habló de “desprecio” y que el “imputado no cumplió con los mínimos recaudos de seguridad e higiene previstos para una organización de tal envergadura, tales como: matafuegos, colchones ignífugos, plan de contingencia, personal terapéutico idóneo, médicos y enfermeros encargados para suministrar la medicación a los pacientes, accesos y salidas de emergencias del establecimiento, iluminación de emergencia”.
Según el fiscal, el detenido “tampoco cumplió con lo recaudos administrativos al no contar con la debida autorización legal”: no estaba habilitado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. “Varios de los compañeros intentaron apagar el fuego, pero se les complicó porque allí no había matafuegos”, declaró un testigo y habitante de la comunidad ante la Justicia
Otro paciente relató al fiscal las condiciones en las que se vivía allí: “No había médicos ni enfermeros, nunca jamás vi. Nunca me revisó un médico. Llamaban a la ambulancia si pasaba algo. No había matafuegos, nunca vi. Los colchones eran comunes, de goma espuma. Empecé a dormir en el piso... Había recién llegados, entonces no había cama para todos. Después, el colchón lo llevaba para el baño de los gatos: un lugar que es un baño vacío, donde antes había gatos”.
Y un tercer testigo del incendio, que también estaba internado en el lugar incendiado, dijo: “Mi familia empezó a visitarme a los quince días de que llegué ahí. Te dejaban que vayan pero ponían un encargado al lado para que no digas nada, para no pedir que te saquen de ahí”.
Desde que ocurrió el drama en la comunidad Resiliencia San Fernando la situación del centro de rehabilitación de Pilar había quedado en la mira de la Justicia. Justamente, por entonces, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denunció que en ese lugar había “condiciones de detención y régimen de vida que se constituyen en graves violaciones de derechos humanos”. Luego, hicieron una presentación y el juez del caso admitió a la CPM como particular damnificado.
El caso
Lo cierto es que, según fuentes de la investigación, ese trágico 22 de febrero “los chicos estaban en medio de un taller, cuando uno de los pacientes se levantó, con el encendedor y un cigarrillo en la mano, y se fue para la zona de los cuartos”.
En base a la descripción del lugar que conecta la zona donde se daba el taller y la de los cuartos, hay como una curva. “Perdieron de vista al chico que se fue a fumar y enseguida comenzó un fuego voraz en las habitaciones, donde primaban los colchones y también las rejas en las ventanas”, detallaron.
“Muchos quedaron encerrados del lado de los cuartos cuando comenzaron las llamas. Como pudo, el resto intentó rescatarlos. Rompieron las ventanas que pudieron pero las rejas dificultaron todo”, señalaron las fuentes consultadas y dijeron que, incluso, llegaron al joven que había comenzado las llamas. “Cuando lo quisieron sacar, les dijo: ‘Déjenme acá’”, revelaron. Fueron 16 los que se salvaron. Cuatro murieron.
Los mismos bomberos que apagaron las llamas y que certifican este tipo de centros “informaron que tampoco contaba con ese certificado”, dijeron las fuentes consultadas.
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